Ted Cruz se bajó de la carrera presidencial luego de haber perdido en las decisivas primarias de Indiana. Era la última posibilidad de frenar a Donald Trump y evitar que llegase a reunir los 1.237 delegados necesarios para obtener la nominación republicana. Con los delegados sumados en Indiana, Trump ya supera los 1.000 delegados y ya nadie impedirá que se convierta en el candidato republicano para enfrentar a Hillary Clinton en las elecciones de noviembre.La tarea que tiene por delante el estalishment político republicano es enorme. Tendrá un candidato que no quiere porque es ajeno a las tradiciones partidarias. Además, tiene dificultades para lograr el apoyo de amplios sectores de la población con lo cual no sólo le será muy difícil ganar la carrera por la Casa Blanca sino que también, en el caso de una derrota abultada puede arrastrar a los candidatos republicanos al Congreso y hacerles perder el control que hoy tienen ( hay dudas en particular con el Senado).
Trump tiene dificultades para lograr el apoyo de las mujeres y de casi todas las minorías. Su base electoral la constituyen los hombres blancos descontentos con la marcha de la economía del país. Es un sustento importante para ganar las primarias republicanas pero insuficiente para ganar una elección general. Tiene, además, altos niveles de rechazo lo cual constituye el peor punto de partida para cualquier campaña electoral. Reunificar al Partido Republicano detrás de su candidatura no será fácil luefo de una campaña muy agresiva para para ganar las primarias.
Contra todos los pronósticos de los analistas, la pelea en noviembre será entre Clinton y Trump. Que Trump sea candidato dice mucho sobre las demandas que hoy tiene la sociedad estadounidense, que constituirá el centro del análisis político en los próximos días.
