La marcha de la economía, como ocurre en todo el mundo, tendrá mucha influencia en el resultado de las elecciones de Estados Unidos.
En este momento, se asiste a un proceso de desinflación que seguirá en los próximos meses, por lo que la suba de precios tendrá menos peso en la decisión de los votantes.
La preocupación por la inflación dejará paso a una mayor por el aumento de la desocupación que se viene observando en los últimos datos del mercado laboral. Y así como la inflación traería buenas noticias para el Gobierno, lo contrario ocurriría con el empleo.
En los últimos años, la mayoría de la sociedad estadounidense desaprobaba la gestión de Joe Biden y en particular en el terreno de la economía. Muchos analistas consideran que Biden recibe peores notas que las que se merece. Pero ese es el dato y ahora Kamala Harris deberá hacer frente a esos cuestionamientos.
Antes de las elecciones, en septiembre, la Reserva Federal decidiría un recorte de la tasa de interés. Será bien recibida por los mercados y constituiría un hecho poco habitual adoptar una medida relevante de política monetaria en plena campaña electoral. Es probable que Donald Trump, que es un crítico de Jerome Powell, diga que ese paso se demoró mucho y que darlo en este contexto tiene un alto contenido político porque crea un clima favorable para la candidata demócrata.
Pero Harris enfrenta un desafío adicional en los siete estados considerados decisivos porque no tienen un comportamiento electoral definido (Arizona, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Georgia y Nevada). En ellos viven 61.000.000 de personas y sus PIB sumados equivalen al de Alemania. Una reciente nota de Bloomberg señala que, en promedio, el ingreso per cápita en esos estados creció 4,2% en el período 2019/2003 mientras que en el resto del país lo hizo al 6,3%. Y que sólo Arizona y Carolina del Norte estuvieron por encima del promedio nacional mientras que los otros cinco estuvieron por debajo. La economía anduvo peor justo donde Harris necesitaría obtener más votos.
De todas maneras, los procesos políticos no son tan lineales, y más allá de los números de la economía, las últimas encuestas ubican a Harris con una leve ventaja en dos estados clave como Michigan y Wisconsin.
