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Los vecinos inundados de dólares, pero aquí no se ven

Uruguay, Chile y Brasil tienen tantos dólares que sus monedas se revalúan. En Argentina ocurre todo lo contrario. No hay ni un dólar, el cepo traba todo y el MEP llegó el viernes a un récord histórico.

Los bonos bajan, el riesgo sube, y la Bolsa porteña pierde valor.
Los bonos bajan, el riesgo sube, y la Bolsa porteña pierde valor.
Luis Varela 06 marzo de 2023

Arrancó marzo y hay un claro cambio de escenario tanto a nivel local como internacional. En Estado Unidos las tasas largas siguen siendo altas (el viernes se pagó 5% anual a 1 año, 4,2% a 5 años, 4% a 10 años y 3,9% a 30 años, pero esta vez, a contramano de lo que venía sucediendo, el dólar global no subió, sino que bajó. La semana pasada el billete verde cayó 2,8% en Chile, 0,8% contra la libra y el euro, 0,7% en China, 0,5% contra el franco suizo, 0,4% en Japón y 0,2% contra el real.

Y es tan controvertido lo que está pasando que comparando con  Argentina (donde el dólar oficial sube 11,4% en lo que va del año), en los países vecinos inmediatos de nuestra frontera, que también sufrieron pandemia, guerra, sequía y "gobiernos anteriores destructivos como Bolsonaro y Piñera", en lo que va de 2023 el dólar cae 5,3% en Chile, baja 2% en Uruguay y se achica 1,8% en Brasil, con los tres países inundados de dólares hasta el techo, al punto complicarlos porque les revalúa sus monedas, mientras en la Argentina se repite una pregunta que ya hizo Juan Perón en 1948: ¿alguien vio un dólar?

El rumbo de las commodities

Esta situación de debilidad global del dólar está generando un comportamiento dual en las commodities mundiales en lo que va de marzo. El petróleo sube 3,5%, en Chicago la soja aumenta 2,6%, el oro gana 1,4%, el aluminio 1%, la onza de plata y el sorgo en Rosario mejora 0,8%, pero el esto está o quieto o en baja. En Rosario el trigo el girasol y la soja están con muy pocos negocios, esperando el dólar soja 3.0, el maíz rosarino cede 0,4%, el cobre baja 0,6%, el níquel achica 1% y lo peor de todo es el bitcoin, que retrocede 3,7%.

Mientras la pobreza y la indigencia siguen subiendo la inflación de febrero apunta a una variación cercana al 6,5%, que puede llevarla a un 102% anual, mientras amparándose en un caso de gripe aviar en Río Negro, acaban de cerrar la exportación de pollos (y huevos) porque los precios se estaban yendo a las nubes. Anclan, encepan, otra exportación que traía unos US$ 400 millones al año, para que los precios internos no exploten. Veremos qué inventan con los lácteos, las harinas y los derivados, ante la creciente escasez por la sequía.

El tema es probablemente más grave de lo que calculábamos hasta ahora, ya que CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), una asociación integrada por más de 2.000 productores agropecuarios, acaba de analizar cómo está la foto del campo argentino, con la sequía, alguna helada reciente, y la plantación de maíz y soja tardíos. Y su número es alarmante: estima que este año, a valores actuales, puede haber una exportación del agro inferior en US$ 20.000 millones a lo conseguido el año pasado, al tiempo que analistas internacionales advierten que hay gran riesgo de que los precios internacionales de los granos bajen este año. Lo que determina que podremos tener menos precios y menos cantidades.

El INTA viene pronosticando desde fines de enero que "la Niña" está terminando, pero ya transcurre la primera semana de marzo y los días de altas temperaturas persisten. Ahora se dice que para abril o mayo llegará "el Niño", con más lluvias y más humedad, que bendecirán con una buena cosecha al 2024, año en el que quizás se termine destrabando la exportación de granos de Rusia y Ucrania, lo cual provocaría un derrumbe de lo que tenemos para vender.

La estrategia de Massa

Ante esta compleja situación, el equipo económico sigue haciendo malabares y artilugios contables. Los primeros dólares de la cosecha que viene, lo que haya, empezará a entrar recién a mediados de abril. Hay una deuda con los importadores que ya supera los US$ 10.000 millones, la inflación sigue bajo altísima presión y el esquema es el mismo, anclar el tipo de cambio (aumentando apenas el crawling peg, pero sin llegar a la suba de los precios), lo que nos acaba de llegar a algo que la Argentina no sufría desde hace rato: tenemos rojos gemelos, fiscal y comercial. 

La presente situación es tan al límite que esto debería obligar al equipo económico a lanzar el dólar soja 3.0, algo que el FMI desaconseja de manera taxativa, porque son dólares que entran y se van, dejando un gran quebranto para el BCRA, porque los compra caros y los vende más baratos, y deja una inundación de pesos en la calle, que fomentará otro salto en los dólares libres.

Desde el Gobierno sacan pecho porque le pusieron la tapa al dolar blue, que no se mueve desde hace 45 días. Pero esa afirmación es un relato: hace siete semanas la distancia entre el dólar blue y el dólar MEP era de $45. Desde ese momento, muchos ahorristas e inversores fueron comprando todo lo que pudieron en el MEP y lo vendieron en el blue, encareciendo 10% al MEP y planchando al blue. El viernes terminaron con una distancia de sólo $8, por lo que a partir de hoy la oferta en el blue cederá y la demanda en el MEP estará más limitada, por lo que el mercado cambiario entra en una nueva fase.

De hecho, mientras que el BCRA siguió gastando una montaña de reservas y endeudándose en Leliq con los bancos por cifras millonarias, la semana pasada el dólar MEP alcanzó un récord histórico con un aumento del 2,7%, mientras que el dólar oficial y el contado con liquidación subieron 1,4% y el blue bajó su último 1%. Desde hoy no será tan fácil el rulo: en enero había una distancia enorme entre las cotizaciones, ahora el valor del MEP y lo que pagan para la compra en el blue la diferencia es de apenas $4,40.  El hormiguero buscará el nuevo movimiento, y Massa y su gente se desesperan para que el blue no llegue a $400.

La negociación con el FMI

Esto sucede mientras el viceministro Gabriel Rubinstein hace equilibrio para que le liberen los DEG por US$ 5.600 millones, y levantar un poco el copete, ya que desde el 5 de enero las reservas del BCRA están en caída libre: perdió US$ 6.237 millones, y los verdes líquidos están otra vez en nivel crítico. Con una gran diferencia, estos DEG que desahogarán el corto, son complicación de largo, ya que el FMI se abre, no le hará más auditorías al Gobierno, pero este año los préstamos de DEG serán inferiores en US$ 3.500 millones a lo que se le debe pagar al FMI, para no caer en default y que se corte el crédito con todos los organismos multilaterales. En estas horas se anunciará cómo queda el acuerdo, en el que se deberá leer con atención la letra chica, para entender en qué situación quedamos. Según se deslizó hasta ahora, a cambio de no auditar más, el FMI habría pedido que el Gobierno no intervenga en el mercado cambiario y que el BCRA no compre bonos en el mercado. ¿Cómo logrará el Gobierno frenar al dólar si hace eso?

Por esa razón, los bonos argentinos bajaron la semana otro 5,2% y de los US$ 35 que llegaron a valer (desde US$ 18) acaban de bajar a US$ 28, con el riesgo país otra vez en alza hasta 2.081 puntos básicos. 

Y, los inversores deben estar con los ojos bien abiertos porque hay intensas conversaciones con los bancos para canjear la deuda en marzo, para limpiar los vencimientos del segundo trimestre. La idea sería arreglando a los bancos con los encajes y dejando afuera a los privados, que serán licuados. A los bancos no les importa qué pase con los ahorristas, no es plata de ellos, ya se sabe: tienen las persianas preparadas por si hay que volver a cerrar todo. Y la situación es compleja, hay un par de bancos al límite y el kirchnerismo le quiere tumbar el canje a Massa, para darle aire al "clamor por Cristina".

Pero atención, del dinero nuevo que va circulando, antes el 70% iba a renta fija soberana, pero ahora esa proporción bajó al 25%. Se acercan las PASO, nadie sabe cómo quedará todo, y los antecedentes no son buenos: el temor es producto de mueve  reestructuraciones, algunas con quitas de capital importantes. Ahora, a nivel local, lo que se puso de moda son las ON (bonos privados) pero como es un merado muy chico sus cotizaciones subieron últimamente y ya no pagan una TIR del 8% en dólares como pagaban en diciembre. Ahora hay bonos AAA internacionales, de empresas más sólidas, que pagan más, sin riesgo como a nivel local que las ON vayan planteando canjes voluntarios, para pagar más con vencimientos dentro de cinco años.

La visión del mercado

¿Qué ven los analistas? Aparecieron informes sobre Argentina de bancos como Goldman, Citi, JP Morgan o BofA que advierten sobre posibles sorpresas en agosto y tras las PASO, con una potencial crisis de gobernabilidad. Faltan 24 semanas para las PASO. La política parece estar dispuesta a todo, matar o morir para no quedar en Siberia, porque de ahí no se vuelve más. 

¿Qué respuesta están dando los papeles privados frente a toda esta coyuntura? Los inversores conservadores o moderados van danzando al compás de las señales que emiten los directores de la Fed. Un día uno dice que la tasa corta debe ser subida el 22 de marzo en 0,5% y dos días después otro dice que con 0,25% será suficiente. Nadie quiere bonos, nadie quiere efectivo, prefieren seguir en acciones, aún a riesgo de que a corto plazo haya una caída importante. Por eso casi todos los mercados bursátiles tuvieron un buen resultado la semana pasada, salvo Argentina y Brasil, donde el horno no está para bollos.

Así, la semana pasada la Bolsa de Madrid subió 2,9%, México avanzó 2,8%, el tecnológico Nasdaq ganó 2,6%, Frankfurt 2,4%, Santiago de Chile 2% y el Industrial Dow Jones y Tokio crecieron 1,7%. Lejos de todo ese movimiento, el Merval en pesos cayó 1% (subió 0,1% en dólares blue) y la Bolsa de San Pablo descendió 1,8% (se desploma 5,4% desde que Lula reemplazó a Bolsonaro).

¿Qué ven los analistas cuando miran la radiografía a trasluz? Caen las ganancias de las empresas, balances vienen mal (sobre todo en las compañías que ya cumplieron con sus números en detalle en la Bolsa porteña). Ante eso los brokers advierten: "El Merval quedó relativamente caro, sobre todo por la incertidumbre que está por venir". Igualmente, todos están pendientes de tres fechas: este viernes sale el dato de empleo en EE.UU., el 14 de marzo se difunden los IPC en EE.UU. y en Argentina y el 22 de marzo Powell bajará el martillo desde la Fed, confirmando si sube la tasa corta de 4,75% a 5% anual, o si la aumenta a 5,25%. Las commodities presionan a nivel global, los índices de inflación mundiales parecen resistir en niveles muy altos y las tasas actuales no parecen suficientes para que la espiral de los precios se apague.

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