Panorama
Mientras los principales mercados mundiales continúan repletos de dudas, por las tensiones geopolíticas, por una inflación pegajosa y por tasas de interés que apuntan a demorar para tener bajas, la plaza financiera argentina volvió a tener otra rueda exultante, convirtiendo a Argentina en el gran éxito de los primeros 100 días de 2024.
Afuera todo es duda. Se teme intensamente por China, cuya economía está desacelerando, con sectores quebrados y muchos precios en deflación. Hay inquietud porque la inflación sigue muy firme en EE.UU., al punto de que el director ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, advierte que las tasas de la Fed podrían mantenerse altas, mientras se ve claramente que el humor de Wall Street está cambiando. "Lo que viene puede ser más difícil de lo que se espera", afirmó, y eso potenció una nueva suba para los refugios tradicionales, con oro en récord, salto para la onza de plata y criptomonedas resucitando.
Todos los mercados externos toman clara lectura de lo que pasa con las economías asiáticas y europeas, y con la tensión en los números norteamericanos. Por eso las tasas largas de EE.UU. subieron a su mayor nivel de 2024: se pagó 5,1% anual a 1 año de plazo, 4,4% a 5 años, 4,4% a 10 años y 4,6% a 30 años. Y lo contradictorio es que a pesar de ese gran premio, en el exterior el dólar estuvo flojo: subió 0,2% en Japón, pero luego bajó 0,1% contra la libra y el yuan, 0,2% contra el euro, 0,4% contra el chileno, 0,7% contra el real y 1,2% contra el mexicano.
En el mercado local, a pesar de serias advertencias de economistas prestigiosos y de consultoras que afirman que la inflación tanto de marzo como de abril seguirán siendo de dos dígitos (el BCRA difundió el REM con una estimación de 12,5% para marzo y 10,8% para abril), la pax cambiaria se extendió.
Hubo todo el día rumores de que continuará la baja de la tasa de interés de los plazos fijos, ya que el stock total de depósitos en pesos y dólares siguen creciendo. Y buena parte de esa tranquilidad está atada a una cosecha gruesa que está a las puertas de mostrar todo su potencial.
Mientras buena parte del día estuvo marcada (además del eclipse) por las amenazas de paro de colectiveros y camioneros, las grandes empresas exportadoras ya les pagaron a los choferes el pago total que se marcó en la paritaria no homologada aún por trabajo, consignando la cifra "a cuenta de la confirmación paritaria".
Con eso hay una cola interminable de camiones ya pagos listos en puerto, para sacar granos a más no poder, en una cosecha que probablemente sea 35% más abundante que la fallida cosecha de 2023 por la sequía.
En ese sentido, sin que haya entrado ni un solo dólar por esa vía, sino por exportaciones de energía y minería, a pesar de tener un dólar exportador anclado en $ 935,35, el BCRA compró otros US$ 280 millones en el mercado, y al final del día la autoridad monetaria sumó US$ 140 millones a las reservas. Hay críticos que dicen que las compras de dólares se están haciendo con más emisión de pesos y que están creciendo los pasivos del BCRA y las deudas con los importadores, pero la pax cambiaria anotó un nuevo round.
El dólar blue no cambió, ya que volvió a cerrar a $985, pero los dólares financieros libres siguieron retrocediendo. El Senebi bajó $12,07 hasta $1.038,63, el MEP bajó $15,19 hasta $985,86 y el contado con liquidación bajó $12,07 hasta $1.038,63. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 8% y la del CCL con el mayorista fue del 20%. O sea, Argentina tiene la menor brecha cambiaria de todo el gobierno de Javier Milei y no se ve un número tan bajo desde antes de que los argentinos votarán a Alberto Fernández como presidente en diciembre de 2019.
Pero, por lejos, lo mejor del día no estuvo en la notable pax cambiaria, sino en el explosivo crecimiento de los títulos públicos. Con buen volumen operado, los bonos argentinos saltaron otro 4%, por lo que el riesgo país cayó otras 95 unidades, hasta 1.205 puntos básicos. Ese número, más la cola de camiones repletos de granos que están por llegar a los puertos de Rosario y Bahía Blanca, puede convertirse rápidamente en un mágico 1.000 puntos de riesgo país, lo cual colocaría a Argentina a las puertas de volver a conseguir crédito voluntario en el mundo.
Sólo será necesario que de alguna manera Milei acelere el final de cepo, algo que no puede hacer porque realmente los denominados dólares libres actuales no son libres del todo, ya que los capitales grandes tienen trabas para moverse: si hacen una cosa no pueden hacer otra. Y hay muchas multinacionales que no están enviando a sus casas matrices dividendos desde hace varias temporadas, y si se abriera ahora el cepo de golpe podría correrse el riesgo de que el dólar pegara un respingo. De ahí que Milei señaló que el cepo podrá ser abierto recién en el principio del segundo semestre, con buena parte de la cosecha ya cobrada.
En papeles privados no hubo euforia a nivel local, y hubo inquietud en el exterior. Cada vez más inversores están inquietos, suponen que la baja de tasas de la Fed puede entregar incluso la sorpresa de entregar algún aumento más este año. En consecuencia hubo otro cierre débil en la Bolsa de Nueva York: con suba del 0,1% para el Nasdaq, con bajas del 0,1% para el Dow y el S&P. Mientras que la Bolsa de San Pablo subió 1,6% y la de México bajó 0,2%.
Y a nivel local las cosas no estuvieron mal, pero tampoco hubo una fiesta como con los bonos, que mejoraron tanto sus valores contado que sus tasas a vencimiento (TIR) están entre 15% y 22%, cuando con Sergio T. Massa (que dejó un agujero de US$ 11.000 millones en las reservas del BCRA) llegaron a prometer una histérica tasa anual de más del 50%, en dólares por supuesto.
Con las actuales políticas que aplica Milei con Luis Caputo, con $24.524 millones operados en acciones y $17.517 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 1,3%. Y los ADR argentinos que operan en NY mostraron subas del 1% al 11,5% para Loma Negra, IRSA, Central Puerto, YPF, Supervielle, Despegar, Galicia y Telecom; con bajas del 1% al 2,6% para TGS y Pampa E.
Pero más allá del gran éxito que está logrando Argentina hasta ahora, hay que entender que mucho del superávit financiero que se logró en el primer trimestre fue por licuaciones o postergaciones de pagos que no son sostenibles. Y el mundo económico está revolucionado, tanto que las materias primas están registrando ebullición de cotizaciones, demostrando que el tablero internacional no está para nada tranquilo.
Hubo una baja del 0,3% para el petróleo. Los metales preciosos siguieron subiendo, con récord para el oro y fuerte empuje para la onza de plata: la onza de plata. Alentados por la demanda bélica, los metales básicos también siguen firmes. Los granos están con tendencia mixta: en Chicago hubo subas y bajas, al igual que en Rosario, pero el girasol, el maíz y la soja, que son lo que importa en este momento, mostraron precios débiles.
Y lo que volvió a hacer girar la cabeza de todos fue un firme repunte en el mundo cripto, que no se rinde: el Bitcoin subió 5,4% y hubo subas de hasta el 7% en el resto del panel, con el Ethereum como el valor que en este momento se está posicionando.
