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El mercado se dio vuelta y Guzmán está con frentes abiertos

El ministro de Economía no tendrá un lunes sencillo. Hoy presenta el Presupuesto en el Congreso y realizará una colocación de deuda

El mercado se dio vuelta y Guzmán está con frentes abiertos
Luis Varela 13 diciembre de 2021

El ministro de Economía Martín Guzmán tendrá hoy focos de atención bien diferentes: por un lado presentará en el Congreso el Presupuesto 2022, donde ya hizo dibujos hace un año hablando de una inflación del 29% que fue del 52% (se equivocó por "apenas 23 puntos" y por otra parte intentará realizar una colocación de deuda, después del festivo discurso de Cristina y Alberto del viernes. 

El día que fue derrotado en la última elección legislativa el Presidente adelantó que en la primera semana de diciembre su Gobierno presentaría su plan plurianual, una idea que fue criticada con humor por el economista Juan Carlos De Pablo, quien dijo "no sabemos qué va a pasar dentro de 15 minutos, ¿y hablan de un plan a cinco años? Sea como fuere, lo de hoy de Guzmán en el Congreso es su Presupuesto para el año próximo, porque lo necesita legalmente para ejecutar partidas.

Los mensajes del acto

Lo del acto de kirchnerismo del viernes, que usó el 38° aniversario de la Democracia sin invitar a un solo radical a su tribuna, con la CGT ausente, la izquierda haciendo otro acto al día siguiente, hasta con Hebe de Bonafini ausente cuestionando todo, fue tomado por los analistas financieros como una actuación de Cristina para decirle a Alberto delante de su gente que acuerde con el FMI pero sin ajustar, a lo que Alberto le contestó: "Quedate tranquila, que si el FMI me suelta la mano voy a estar agarrado de la mano de cada argentino”.

¿Qué hicieron con sus manos los argentinos que tienen cada vez menos ahorros últimamente? Estuvieron retirando sus depósitos de los bancos, en dólares y también en pesos.  

Después de 24 meses de eternas negociaciones, sin que haya aparecido ni una sola novedad, los comunicados tanto de Argentina como del Fondo repiten lo mismo hasta el cansancio: "estamos avanzando bien". Ya son 730 días en los que estamos avanzando, y nunca aparece nada diferente. El Gobierno pide ayuda y el Fondo reitera su receta: terminen con el déficit fiscal y desregulen el sistema cambiario y las leyes laborales, a lo cual ahora para enfrentar la inflación agregaron que hay que subir la tasa de interés.

Por supuesto, con una inflación del 52% anual, y con un proyectado del 60% para el 2022, tener plazos fijos que pagan 37% son un incentivo para que la gente saque los pesos de los bancos, consuma lo indispensable, y si le queda algún sobrante lo coloque en algo que supuestamente mantenga un poco el valor: y en Argentina, lo sabemos, el refugio elegido para conservar los ahorros es el dólar, en cajas fuertes o en el colchón, sin pensar que hoy EE.UU. tiene una inflación del 6,8% anual, la más alta en 39 años, desde 1982.

O sea, los dólares que se quedan quietos también se están incendiando. Para enfrentar el fenómeno, la Reserva Federal anunció que retirará rápido el estímulo monetario, amenazando con subir las tasas en 2022, no una vez, sino dos veces. Y los inversores especulativos de la Bolsa de Nueva York se ríen de esa amenaza: saben que EE.UU. tuvo más de 18.000 muertos por Covid en la última semana, entienden que para mantener la actividad la Fed tendrá que seguir regando con dólares, y siguen subidos a la burbuja de Wall Street, que tiene muchos precios insólitos, a pesar de que muchas acciones grandes ya sufrieron estocadas profundas.

El mercado global de divisas

Frente a eso, durante la semana pasada los inversores mundiales estuvieron divididos, algunos se inclinaron por el dólar, pero otros fueron en una dirección diferente. En Chile y Japón (en el primero, hay una elección presidencial con pronóstico desconocido y en el otro hay una caída en recesión) el dólar subió 0,6% en la semana y también hubo una suba del 0,3% contra el franco suizo. Pero después el dólar bajó entre 0,1 y 0,6% contra el euro, el yuan, la libra y el real.

Como en cada apertura de cada diciembre, en Argentina, con ahorristas y empresas muy necesitados de pesos para cubrir vacaciones, aguinaldos, bienes personales y otros gastos, el dólar estuvo ofrecido: y mientras el dólar oficial subió un escalón su ritmo de crawling peg de 0,3% a 0,6% semanal, el dólar blue bajó 2%, el mep achicó 3% y el contado con liquidación se desplomó 5,7%.

En lo que respecta a los títulos, bonos y acciones, la realidad fue cambiante: la semana arrancó con subas, pero desde el martes las cotizaciones empezaron a declinar y terminaron la semana pidiendo la hora. El punto de quiebre fue otra vez la voz de Cristina, la única que tiene algún poder político en el frente oficialista: le dijo a Alberto que no acepte un ajuste con el FMI, eso generó inquietud y los valores argentinos cambiaron de dirección.

Pero atención: a pesar de las bajas de las últimas ruedas de la semana, los títulos públicos terminaron con una suba semanal del 6%. Eso fue porque los precios subieron primero y después volvieron a debilitarse. En sentido inverso, el riesgo país bajó primero 85 puntos entre lunes y martes y después volvió a subir 25 puntos, finalizando la semana a 1.714 puntos, en la estratósfera, casi 9 veces más alto que todos los países vecinos de América latina.

Y con las acciones el cambio de humor se sintió todavía más. En el balance semanal, el mundo le perdió un poco de miedo a la cepa Omicron y las bolsas tuvieron una muy buena semana: hubo subas del 1 al 4% en Wall Street, Frankfurt, San Pablo, Tokio, Madrid, México e incluso en Santiago de Chile. Pero la Bolsa de Buenos Aires defeccionó: tuvo una baja semanal del 1,1%, y terminó el viernes con el menor volumen operado de las últimas ruedas. En acciones locales hubo transacciones por 862 millones de pesos, cuando el volumen promedio diario de todo este año había sido de 1.155 millones. 

La oposición, JxC, ya advirtió que no apoyarán si Cristina no da un respaldo explícito al acuerdo que cocinan Guzmán y Alberto con el FMI. Hoy el ministro mostrará sus cartas en la Comisión de Hacienda de Diputados y veremos qué respuesta tiene del mercado en la licitación. El economista Ricardo Delgado, de Analytica, sentenció su pensamiento: "Argentina no puede entrar en default con el FMI, el FMI repite lo obvio y Argentina tiene que hacer su trabajo". 

La idea es la misma, que el gasto lo paguen los que tienen, segmentarán tarifas en algo que incidirá mínimamente en los subsidios. Con eso la plata futura seguirá esquiva, la inversión continuará sin aparecer y los empleos nuevos tampoco florecerán. Y menos ahora, que los contagios por Covid vuelven a crecer, determinan un pase sanitario para ir a comer a un bar, y permiten marchas, gente en los estadios, piquetes y más campos de cultivo para que los contagios vuelvan a ser una amenaza.

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