El dólar no flota, se hunde, y los títulos argentinos resbalan
Con las empresas privadas argentinas empezando a acceder con normalidad al crédito voluntario internacional, con papeles privados con tasas de interés que ya rozan el 7% anual, e incluso con CABA a punto de dar ese paso decisivo (algo que no sucede desde hace tres años), el Gobierno ha tomado la decisión de seguir contradiciendo las recomendaciones del FMI e incluso del gobierno de EEUU.
Antes de la elección del 26 de octubre y del apoyo irrestricto del secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent, el ministro Caputo había adelantado que pronto se iniciaría la compra de reservas desde el Banco Central argentino y que el Gobierno nacional iniciaría una recompra de los Bonares y Globales más cortos. Sin embargo, con el triunfo electoral y con el respaldo del tío Scott, el presidente Milei salió a decir: "No voy a comprar reservas para que suba el dólar".
Pese a esa gran decisión, que analistas financieros critican duramente, ya que entienden que con eso el riesgo país irá nuevamente hacia arriba, el mercado financiero argentino tuvo este lunes otro día con los dólares oficiales marcando bajas consistentes, con acciones y bonos hacia abajo y con leve suba del riesgo país. Es más, el dólar mayorista, que es el que más volumen involucra de todos los dólares, rompió el piso de $1.400: terminó a $ 1.387, el menor valor en más de un mes, y con los operadores diciendo: "el dólar no flota, se hunde".
Lo que está generando este fuerte descenso en todos los dólares obedece a dos factores fundamentales. Primero, se está dando una oleada de emisiones de títulos privados, que prometen pagar tasas en dólares de entre 7 y 9% anual, y eso trae divisas a Argentina, emparejando un poco los niveles de oferta y demanda de un mercado mínimo como es el argentino. Pero, además, muchos de los que se sobredolarizaron entre la elección bonaerense y las legislativas que ganó Milei, están empezando a vender el canuto, ya que tienen que cumplir con pagos en pesos, y el mercado local se quedó completamente seco en moneda local.
Esta situación financiera se está dando con el Gobierno acelerando para avanzar con gran velocidad para lograr aprobar el Presupuesto 2026 con el nuevo Congreso, antes de fin de año. Y, de manera insólita, sin que se conozcan los detalles definitivos, abundan las críticas a las reformas tributaria y laboral que se esperan votar hacia enero o febrero próximos.
En los bancos, mientras tanto, el BCRA sigue dándole oxígeno al sistema financiero, con una tasa de política monetaria que ahora está en el 22% anual. Y, con eso, siguió bajando la tasa de los plazos fijos: por plata chica el interés bajó de 30% a 29% anual y por plata grande descendió de 39,7% a 39% anual. Aunque debe remarcarse que los bancos grandes pagan por plata chica sólo 24% anual, en tanto que los bancos chicos (en general más ilíquidos) todavía están pagando una tasa anual del 33%.
Esta situación de descompresión cambiaria y monetaria, con conflicto gremial local, cuando pasaron apenas tres semanas desde que la población respaldó al gobierno de Milei el 26 de octubre, confronta con una situación internacional que también muestra inquietudes. Esta semana se esperan datos laborales norteamericanos y el balance clave de Nvidia, la empresa con mayor capitalización bursátil del mundo, todo a tres semanas de que la Fed defina si volverá o no a bajar su tasa base, que ahora está en 4% anual.
Por lo pronto, en el mercado de este lunes se frenó el repunte de las tasas largas de EE.UU.: se pagó 3,7% anual a 1 año de plazo, 3,7% anual a 5 años, 4,1% anual a 10 años y 4,7% anual a 30 años. Y, con eso, en el exterior el dólar subió 0,7% en México, 0,6% en Brasil, 0,4% en Japón, 0,3% contra el euro y el franco suizo y 0,1% contra la libra y el yuan, pero bajó 0,3% en Chile, tras el resultado de la elección que favorece al candidato de derecha en el balotaje que se celebrará en diciembre.
Pero mientras en el mundo el dólar global estuvo firme, en la Argentina ocurrió todo lo contrario. El dólar mayorista (principal valor cambiario por su volumen) vuelve a cotizar por debajo de $1.400, algo que no pasaba desde hacía un mes. Y, con el dólar oficial a $1.422,09, el BCRA no intervino en el mercado de cambios, pero al final del día la autoridad monetaria perdió reservas por US$ 280 millones, a pesar de que Milei siga insistiendo en no comprar reservas para asegurar los pagos de deuda de 2026.
Pese a esa decisión, de manera notable, el dólar oficial bajó $9,97 pesos hasta $1.422,09, el blue subió $5 hasta $1.435, el MEP bajó $3,59 hasta $1.448,93 pesos y el contado con liqui bajó $1,75 hasta $1.485. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue de 1% y la del CCL con el mayorista fue de 7%.
Entre los títulos públicos cayó mal la decisión de Milei se seguir empacado en algo que el FMI le pide desde abril. Esto pone en riesgo la revisión de metas que debe cumplir Argentina a fin de año, y si ese examen no se aprueba, es posible que el Gobierno no reciba los US$ 1.000 millones que quedaron pendientes de la asistencia del Fondo. Por eso, con gran volumen, los bonos argentinos bajaron 0,1% y el riesgo país subió 4 unidades hasta 616 puntos básicos.
En papeles privados, a las puertas del balance de Nvidia, en un momento en el que siguen las advertencias sobre precios exuberantes en las compañías vinculadas a la inteligencia artificial, hubo una buena rueda para Google ya que Warren Buffet ubicó a esa compañía entre sus 10 papeles elegidos para enfrentar la tendencia que viene.
Así y todo, hubo otra rueda en rojo en la Bolsa de Nueva York, con baja del 1,2% para el Dow, descenso del 0,9% para el S&P y retroceso del 0,8% para el Nasdaq. En tanto que la Bolsa de San Pablo bajó 0,6% y la de México perdió 0,3%.
Mientras tanto, el mercado bursátil argentino tampoco vio bien que Milei sigue obstinado, diciendo que el BCRA no debe comprar reservas. La idea que parece ganar espacio es que el Tesoro se ubicará un escalón más abajo, por ejemplo, en la zona de los $ 1.350, y recién empezar a realizar compras en ese nivel, pero sólo en esa línea, evitando que el tipo de cambio se siga retrasando y que, además, haya más reservas para pagar Bonares y Globales el 9 de enero, sin recurrir al swap de Bessent.
Por eso, con $115.564 millones operados en acciones y $146.035 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 2,2%. Al tiempo que los ADR argentinos mostraron subas de 1% para IRSA y Cresud, pero luego con una baja en bloque del 1% al 7% para Bioceres, Edenor, Supervielle, Macro, Galicia, Pampa E, TGS e YPF (con advertencia de los especialistas, afirmando que los bancos están colocados en un canal bajista).
Finalmente, en commodities, lo peor de la jornada tuvo que ver con el mundo cripto, que tiene cada vez más preocupados a los adictos a ese tipo de posiciones. Hubo una caída de 0,3% para el petróleo. Los metales preciosos continuaron con bajas por toma de ganancias. Los metales básicos también declinaron, por expectativa de poco crecimiento económico mundial. En granos, el día fue muy positivo: en Chicago saltó el trigo, subió fuerte la soja y el maíz acompañó. En tanto que en Rosario la soja fue algo para arriba, con bajas para el girasol y el maíz, mientras los expertos reiteran que las cosechas de trigo y girasol vienen con las alforjas repletas. Pero el título que más ansiolíticos suma tuvo que ver con la cotización del Bitcoin, que se hundió otro 4,7%, con caídas mayores en el resto de las criptomonedas. El BTC vale US$ 92.000, menos de lo que cotizaba en septiembre de 2024, y las ventas en los ETF cripto siguen sumando a inversores nerviosos, apretando en sus teléfonos la tecla vender, sin que aparezcan compradores interesados.