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El BCRA sufre una pérdida de reservas insostenible

Ayer hubo fuerte pedido de dólares al BCRA de parte de los importadores de insumos y también hubo gasto de dólares y de bonos en el mercado cambiario porque los tipos de cambio libres siguen subiendo

El BCRA sufre una pérdida de reservas insostenible
El BCRA sufre una pérdida de reservas insostenible Archivo
Luis Varela 30 septiembre de 2021

Con un cepo cambiario que ya no tiene mucho más para estrangular, las dos hendijas que dejó abiertas el Banco Central volvieron a sufrir ayer una catarata de salida de reservas, generando gran preocupación y llamando a una reunión de urgencia en el directorio de la autoridad monetaria.

Las dos ventanillas mínimas que tiene abiertas Reconquista 266 tienen dos destinos bien determinados. Por un lado se abastece a las empresas argentinas que fabrican productos locales con insumos importados, y que requieren dólares para que esa fabricación pueda seguir activa. Y por otra parte se les entrega dólares a los formadores de mercado (manos amigas) para que apaguen el incendio de un mercado cambiario local, que sigue al rojo vivo.

Y esas dos hendijas se llevaron ayer una montaña de reservas. 

Las empresas que importan insumos le sacaron ayer a la autoridad monetaria US$ 128 millones. Y los operadores le fueron solicitando partidas hora por hora, ya que en la apertura los dólares financieros libres iniciaron negocios 3 pesos arriba del cierre del martes, y con baldazos de reservas regaladas se terminaron entregando por esa vía US$ 62 millones. Por lo que, entre ambos mecanismos, ayer se le fueron al Central nada menos que US$ 190 millones y todavía quedan decenas de ruedas hasta las elecciones.

O sea, estamos asistiendo a una ola de pedido de fondos creciente. Desde que recibió los DEG del FMI el 22 de agosto pasado (considerando que ya se le devolvieron US$ 1.885 millones por el pago de una cuota por deuda de capital), el Banco Central lleva perdidos US$ 1.604 millones, lo que hasta ahora da un promedio de US$ 57 millones por día.

En el Gobierno parecen estar convencidos de que tienen la capacidad de aguantar esta estructura de mercado hasta que se vote, para recién tomar decisiones gruesas una vez que la población haya entregado sus votos en las urnas. Pero hay un elemento que parece estar fuera del cálculo de los funcionarios actuales: el mercado está convencido de que después de las urnas vendrá sí o sí una devaluación de al menos el 50%, de golpe o escalonada, y esa expectativa plantea que los importadores se amontonen  para traer productos con el tipo de cambio actual, y los exportadores parecen estar decididos a postergar las liquidaciones de divisas, ya que en dos meses podrán conseguir muchos más pesos que ahora.

Distintas visiones

Frente a la actual coyuntura, el economista Esteban Domecq, de Invecq Consulting, resaltó con mucha lógica que "en la historia argentina ningún Gobierno pudo anticipar cuándo iba a devaluar, el fenómeno simplemente sucede porque las expectativas hacen que los participantes del comercio exterior detienen exportaciones o aceleran importaciones". Y en un Banco Central con muy pocas reservas líquidas, con las pérdidas diarias actuales, los tiempos están jugados y veremos de qué modo se llega a las urnas.

Esta entrega de reservas en la ventanilla para abastecer a importadores de insumos y en la ventanilla para apagar el mercado cambiario se dio por supuesto con un contexto en el que la economía actual acusa desequilibrios enormes, y en la que el dólar sube porque es la caja de resonancia de todos los problemas que tiene el país. 

A los importadores de insumos se les dieron más dólares porque a los supermercados están llegado productos con remarcaciones, y en vez de bajar la presión tributaria que integra gran parte de los precios finales en las góndolas, la legisladora Cecilia Moreau, la misma que tuvo gran protagonismo en la traba de entrada de vacunas norteamericanas  y en vez de enviar una buena señal para la inversión ayer sentenció "si siguen especulando habrá que clausurar sucursales".

Al mismo tiempo, la población atónita sigue abriendo los ojos de par en par ante más ideas locas, o engaños, en plena campaña.  Alberto Fernández (completamente corrido del rush final de la campaña) firmó ayer un DNU con el que se permitirá la jubilación anticipada, con menos edad, a unas 30.000 personas, 90% hombres y 10% mujeres, que recibirán ingresos que con el correr del tiempo serán menos que propinas.

Con todo eso, mientras Cristina Kirchner mete mano en el Presupuesto que mandó Guzmán hace dos semanas, sin importar que en las urnas su partido político fue ampliamente derrotado, y con el nuevo jefe de Gabinete, Juan Manzur, planteando "ojalá que Dios nos ayude porque realmente nos hace falta", ahorristas e inversores siguieron presionando para desprenderse de los pesos sobrantes e irse al dólar, a pesar de que el billete verde tiene precios ya históricamente elevados.

Presión sobre el dólar

Algunos analistas advierten que los precios actuales del billete muestran hoy cotizaciones astronómicas, súper altas, que superan incluso con el gran susto de la salida de la convertibilidad, cuando llegó a $4 en el 2002. Pero al mismo tiempo dicen que la gente sigue comprando porque calcula que con la gigantesca masa de pesos que están repartiendo para ver si pueden comprar votos y dar vuelta la elección están sembrando una crisis casi segura para principios de 2022, por lo que el precio actual quedará como un valor absolutamente de rebaja.

Sea como fuere, como el titular de la Fed anticipó que EE.UU. deberá empezar a dejar de repartir tantos dólares en noviembre, ya que la inflación ya es estructural y está empezando a generar problemas importantes, ayer el dólar subió en el mundo contra casi todas las monedas. En el exterior, el billete verde saltó 0,9% en México y Chile, subió 0,8% contra el euro y la libra, 0,4% contra el yen, pero bajó 0,3% en Brasil. Y atención que el billete verde alcanzó ayer su mejor posición del año contra el euro y la libra se está hundiendo por los enormes problemas de abastecimiento que está sufriendo Gran Bretaña, muchos vinculados al Brexit y a la firmeza del petróleo.

Pero, mientras el dólar global subía, en Argentina pegó un brinco en la apertura, los dólares financieros arañaron los $178, pero el Gobierno, con entrega de reservas y gran uso de bonos (con doble volumen operado y nueva caída en sus precios) terminaron frenados, pero anotando una nueva suba diaria, con récord histórico para el dólar MEP, que es el que los ahorristas llevan a las cajas fuertes o directamente al colchón.

Por la situación vivida ayer, el dólar turista subió 2 centavos hasta $171,93, el oficial subió un centavo hasta $104,20 y el blue terminó sin cambios a $187. El dólar mayorista subió 6 centavos hasta $98,72, con el BCRA perdiendo US$ 190 millones en las reservas hasta US$ 42.894 millones brutos. El dólar Senebi no cambió y siguió a $195. Pero el dólar MEP subió 23 centavos hasta $174,64 y el contado con liquidación subió 24 centavos hasta $174,74. Y con eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 79,5% y la del CCL y el mayorista fue del 77%. Y, medidos en pesos, el real subió 3 centavos hasta $18,18, el euro cayó 83 centavos hasta $114,35 y la libra cayó $1,07 hasta $132,37.

La situación no es sencilla en ninguna parte. Nadie espera que las tasas cortas de la Fed suban de inmediato, pero las tasas largas de los bonos de Tesoro se están calentando: ayer cerraron al 1% anual a 5 años, 1,53% a 10 años y 2,1% a 30 años. Y la perspectiva de que se empiecen a comprar unos u$s 10.000 M en bonos hipotecarios dentro de cinco semanas empieza a debilitar el valor de los bonos de todas partes, que terminan setiembre con el peor resultado mensual de 2021. Y con muchas empresas empezando a abrir el paraguas: por ejemplo, Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000) ya ofrece extender plazos de bonos por US$ 336 millones que canjeó en el 2020 hasta el 2031.

Palabra de millonarios

Con ese marco, el financista multimillonario Warren Buffet decidió bajarse de todo lo que tenga que ver con acciones de bancos o de entidades financieras y Wall Street terminó ayer mixto, con subas leves para el Dow y el S&P, pero con bajas para el Nasdaq, ya que las tecnológicas se encuentran ante una gran encrucijada: termina el dinero gratis y la pandemia, dos condiciones que las permitieron elevarse hasta alturas inconcebibles, convirtiendo a empresarios vinculados a esas áreas en los hombres más ricos del planeta: Elon Musk vuelve a estar primero con una fortuna de US$ 207.000 millones, luego Jeff Bezos (de Amazon) tiene US$ 194.000 millones y en tercera posición está Bernard Arnault (LVMH) con US$ 160.000 millones.

Muy lejos de semejantes montos, mientras la Bolsa de San Pablo mejoró 0,9% y la de México 0,3%, la Bolsa de Buenos Aires operó tristes $765 millones en acciones y $2.036 millones en Cedears, pero el índice Merval pudo subir 1%, con los ADR argentinos mostrando un resultado mixto, con buen día para Pampa E (subió 5%) y mal resultado para Despegar, Mercado Libre e YPF.

Musk vuelve a estar primero con una fortuna de US$ 207.000 millones, luego Bezos tiene US$ 194.000 millones y tercero está Bernard Arnault (LVMH) con US$ 160.000 millones

En casi ninguna parte se ven venir tiempos fáciles. La pandemia dejó muchas empresas heridas. Por eso ayer hubo bajas generalizadas en casi todos los commodities. Cedió algo el petróleo, perdieron los metales precios y los básicos, también estuvieron sin fuerza las criptomonedas. Y solo los granos pudieron mostrar un día aceptable, con mejoras tanto en Chicago como en Rosario.

¿Qué viene por delante? El panorama actual es de ficción: el Gobierno trabó las tarifas para que la gente vote en noviembre con sensación de que algo funciona, Guzmán las quiere subir algo en 2022 y los economistas aseguran que la suba proyectada (y frenada por Cristina) es corta e imposible de cumplir. El Gobierno intenta generar más consumo, pero no hay crédito en los bancos. Desde ahora hasta a fin de año el BCRA no recibirá dólares y la soja acaba de caer de US$ 610 a US$ 472. 

Encima hay cada vez más gente que exporta servicios y que los cobra con dólares enteros en cuentas del exterior. Por eso crece la sensación que después de las urnas, gane quien gane, habrá 90 días para negociar con el FMI, en un verano caliente, y si no se muestra un proyecto creíble, que genere confianza, podemos ir a un escenario disruptivo. Evidentemente, las urnas mandaron un mensaje, la coalición oficial tembló, pero luego insistió con más de lo mismo y eso está generando lo que se ve en estos días.

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