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Una historia de la pobreza argentina entre 2002 y 2024

Ahora se vuelve a tomar a la pobreza de más del 50% del 2024 como una "medicina cruel pero necesaria" para volver al modelo de los '90.

Menem y Milei comparten varias similitudes.
Menem y Milei comparten varias similitudes. .
Jorge Colina 29 septiembre de 2024

La pobreza por encima del 50% se vio en el 2002 y el 2024. Esto implica que los argentinos perdieron el primer cuarto del Siglo XXI. 

De todas formas, el derrotero desde el 2002 al 2024 no ha sido parejo ni estuvo exento de ilusiones. Por eso, vale la pena hacer un poquito de historia para contar el cuentito de la Argentina.

En el 2002, Argentina sale de la convertibilidad y China de su aislamiento para incorporarse a la Organización Mundial del Comercio lo que implicó una nueva revolución industrial que conmovió al mundo entero. China empieza a demandar muchas materias primas que Argentina producía y también a demandar muchas materias primas que Brasil producía, y Brasil es el principal cliente de la Argentina. 

Así fue que las exportaciones argentinas pasaron de US$ 25.000 millones en el 2002 a US$ 80.000 millones en el 2012 y las importaciones de US$ 10.000 millones a US$ 70.000 millones en el 2012. Semejante expansión del comercio exterior empujó a la economía a crecer 100% entre el 2002 y el 2012. Los asalariados formales en empresas privadas también se duplicaron pasando desde 3 a 6 millones de trabadores. El Siglo XXI era de Argentina.

¿Cuánto disminuyó la pobreza entre el 2002 y el 2012? Bueno, no sabemos. Porque algunos se pusieron a toquetear las estadísticas oficiales de inflación del Indec por lo que no había medida de línea de pobreza; sin línea de pobreza no se puede calcular la pobreza. 

No importa, decían los oficialistas de la época, porque medir la pobreza -según ellos- es estigmatizante y además con el nuevo modelo de crecimiento con inclusión seguro que no quedó nadie pobre. Este era, más o menos, el discurso oficial allá en el 2012.

Pero la basura estaba debajo de la alfombra. No sólo que no se quiso ver la inflación sino tampoco se quiso ver que, aunque el empleo asalariado formal crecía, el empleo informal no decrecía. En el 2002 había 8 millones de trabajadores informales (entre asalariados no registrados y cuentapropistas); en el 2012 había 8 millones de trabajadores informales. 

¿Cómo se explica? Porque la economía no se modificó estructuralmente. Las leyes laborales se endurecieron supuestamente para favorecer a los trabajadores (existentes, no a los que tenían que salir de la informalidad para incorporarse a la formalidad), la calidad educativa se deterioró (alimentando el empleo informal porque con mala educación es difícil conseguir empleo formal) y no hubo un cambio tecnológico modernizador en la estructura productiva (sino un mero aprovechamiento de la bonanza internacional).

Por esta razón, cuando se calmó la bonanza internacional, se cayó la balanza comercial positiva que promovía el crecimiento económico. Entonces, vino (en el 2012) el cepo cambiario que era meter debajo de la alfombra el desequilibrio externo estructural de la Argentina que exigía apelar, otra vez en el cuentito de la Argentina, al control de cambios. 

Así como era estigmatizante medir la pobreza, pasó a ser estigmatizante el dólar paralelo que naturalmente se forma con el control de cambio; "dólar ilegal" le llamaban los medios oficialistas.

Cuestión es que a partir del 2012 la economía -con desequilibrio externo (cepo), leyes laborales poco sensibles con el sistema productivo y una informalidad laboral que seguía siendo masiva a pesar del crecimiento económico pasado- se estancó y nunca más volvió a crecer. 

En el 2016 un nuevo Gobierno vuelve a medir bien la inflación con la intensión de bajarla para que aumente la inversión productiva y volver a crecer. Pero financió el déficit fiscal con endeudamiento externo y un día del 2018 los prestamistas se asustaron y se llevaron sus dólares y se generó una cruenta crisis cambiaria que desató una rampante inflación. En el 2019 la pobreza terminó en el 35% de la población (grave, pero no tanto como en el 2002).

En el 2020 un nuevo Gobierno tuvo la "suerte" de que una pandemia le permitió encerrar a toda la población, minimizó su consumo y esto, obvio, bajó la inflación. Necesariamente se tuvo que emitir (como en todo el mundo ocurrió) un montón de moneda que mientras la población estaba encerrada no generaba inflación. Algunos oficialistas de la época hasta llegaron a argumentar que esto demostraba que la emisión no genera inflación. 

Sí señor, cuando la población está encerrada. Cuando se des-encerró, volvió la inflación rampante. Así, a finales del 2023, la inflación llegó al 200% y la pobreza al 40%.

En el 2024, el electorado vota un presidente que promete volver a la década del '90. Década que los que provocaron la crisis del 2002 saliendo de la convertibilidad defenestraban. Por eso tomaban a la pobreza de más del 50% del 2002 como una "medicina cruel pero necesaria".

Lo más paradójico es que ahora se vuelve a tomar a la pobreza de más del 50% del 2024 como una "medicina cruel pero necesaria" para salir de las políticas inflacionarias, tomadas a partir del 2002, para volver al modelo de los '90.

Y colorín, colorado, este cuento obviamente que no ha terminado. 

Otra vez el cuentito de la Argentina volviendo al punto de partida.

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