Ideas Coqueteando con la hiperinflación
La tasa de inflación no puede ser creciente indefinidamente. Es muy peligroso juguetear con la inflación.
jue 28 Sep
jue 28 Sep
Economista
Especialista en economía laboral, de la educación, de la salud, de la protección social y del sector público.
Master en Economía (Universidad de Georgetown, USA/Chile) y Master en Finanzas (Escuela de Negocios de Amsterdam, The Netherlands)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Español, inglés
La tasa de inflación no puede ser creciente indefinidamente. Es muy peligroso juguetear con la inflación.
Los que proponen y pugnan con saña por destruir el impuesto son el ala gobernante del peronismo y los partidos de izquierda.
Las provincias deberían recibir la totalidad del IVA, que debería unificarse con Ingresos Brutos. Cada provincia debería quedarse con el IVA que recauda en su propio territorio. Esto es un enorme incentivo a la generación de valor agregado en la provincia.
En la construcción, el empleo es por un período acotado (el que dure la obra) y no hay una indemnización por despido como en la LCT. La regla en la construcción es: "se te acumula en tu cuenta 8,3% del salario por mes y cuando termina la obra te llevas lo que hay".
Esta "ayudita" del Gobierno es un tiro a los pies de la población.
El "unitarismo generoso" es atractivo para el político porque siente que le cambia la vida a la gente.
Si se ordena el Estado nacional, provincial y municipal se puede lograr que funcione mucho mejor y con equilibrio financiero. Ahí ya se podría cerrar el Banco Central y dolarizar. Aunque ya habría dejado de hacer falta porque, con un Estado ordenado, el peso argentino tendría valor.
La Gran Tentación consistiría en mantener licuados estos gastos con la inflación para aprovechar el aumento de los ingresos públicos y así reducir el déficit fiscal.
Cada provincia, con sus municipios, tiene que hacerse enteramente cargo de financiar y gestionar la vivienda, la salud, la educación, la seguridad y la asistencia social. Esto va a llevar a que tengan que rendir cuentas por los impuestos que cobran y los servicios que otorgan.
Los equipos técnicos preparan planes económicos y sociales para el próximo Gobierno. Más allá de los matices todos confluyen en que hay en que equilibrar las cuentas públicas. Pero en la estrategia para equilibrar las cuentas públicas aparece, de nuevo, el error.
Que el Estado nacional deje de interferir en funciones provinciales es tan urgente como estratégico.
La demagogia en política de vivienda es letal para el sueño de la casa propia y la de alquileres más baratos.
El (grave) problema hoy es que las empresas terminan generando saldos a favor de manera permanente. O sea, las provincias les hacen a las empresas tantas retenciones y percepciones que las empresas terminan teniendo más plata a favor de lo que tienen que pagar por Ingresos Brutos.
¿Qué debería hacer el Estado Nacional y provincial con el dinero digital? Promoverlo para que se use mucho más y no aplicarle ningún impuesto ni retención.
Hay numerosas dirigencias provinciales viviendo "de arriba" y cometiendo daño a su gente. La coparticipación envicia los dirigentes provinciales.
Si el próximo Gobierno reconstruye lo viejo después de la explosión, estamos perdidos.
Hace 10 años que el empleo asalariado registrado en empresas privadas no crece. Lo único que crece es el Monotributo.
El Estado Nacional y las 24 provincias no tienen ningún incentivo en trabajar con los contribuyentes para generar desarrollo y, así, recursos fiscales. Lo que está sucediendo en Argentina es que el Estado Nacional y las 24 provincias se sientan a esperar que los contribuyentes generen riqueza.
Desde el 2012 que los empleados en relación de dependencia en blanco en empresas privadas están clavados en 6 millones.