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La actividad económica creció 5,2% en 2022: sequía e inflación ponen en jaque el crecmiento de 2023

En 2022, la actividad arrancó con buen nivel, pero fue perdiendo dinamismo hacia finales de año

Para 2023, el Gobierno proyecta un crecimiento del 2%: el mercado es más escéptico
Para 2023, el Gobierno proyecta un crecimiento del 2%: el mercado es más escéptico
23 febrero de 2023

La actividad económica en su conjunto creció durante el año pasado 5,2% respecto a 2021, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Este resultado se obtuvo luego de que en diciembre, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (Emae) mostrara una baja del 1% respecto a noviembre, marcando así su cuarta caída mensual consecutiva.

Asimismo, en términos interanuales, mostró una caída del 1,2%.

Con relación a igual mes de 2021, 10 de los sectores de actividad que conforman el Emae registraron subas en diciembre, entre las que se destacan las de pesca (+15,5%), hoteles y restaurantes (+10,8%) y explotación de minas y canteras (+10,8%).

A su vez el sector explotación de minas y canteras (+10,8%) fue el de mayor incidencia positiva en la variación interanual del indicador, seguido por actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (+2,3%) y hoteles y restaurantes (+10,8%).

Por su parte, el sector agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-18,0%) fue el que registró la mayor caída en la comparación interanual, seguido de industria manufacturera (-2,1%) y comercio mayorista, minorista y reparaciones (-1,1%): entre los tres aportaron -1,41 puntos porcentuales a la caída interanual de la actividad económica.

Sin embargo, el sector agropecuario fue uno de los que explicó el crecimiento anual con exportaciones por US$ 49.581 millones, 8,5% más que en 2021, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.

En tanto, en 2020, en medio de la primera ola de la pandemia de coronavirus, el nivel de actividad registró una retracción de 10%, no obstante, en 2021, la economía marcó una recuperación del 10,3%.

En 2022, la producción industrial acumuló un crecimiento del 4,3%, tras cerrar diciembre con una merma de 2,7% respecto a igual mes de 2021.

Algo similar ocurrió con la construcción, que durante todo el año pasado acumuló una suba del 3,5%, mientras que en el último mes marcó una caída del 10,6% interanual.

En este sentido, los últimos 4 meses del año estuvieron marcados por caídas consecutivas del nivel de actividad, acumulando 2,8 puntos porcentuales respecto a agosto pasado (último mes con crecimiento).

"Ya con un cuarto trimestre malo, el arrastre estadístico del para 2023 sería negativo de 0,5%", señaló la consultora LCG.

Para 2023, el Gobierno proyecta un crecimiento del 2%.

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En el segundo semestre, la economía empezó a perder dinamismo de manera notoria

¿Qué esperan los privados?

"Para el 2023 esperamos que la actividad se encuentre afectada negativamente por una serie de variables. En primer lugar, por la sequía en sí misma, pero también por la merma en divisas que ella genera vía menores exportaciones (US$ 8.000 millones como piso), lo que tendría su correlato en una menor disponibilidad de divisas para importaciones. Por tal motivo el condicionamiento sobre la operatividad del sector industrial sería más palpable que el año pasado", afirmó LCG.

"Por otro lado, con una inflación que continúa elevada y que navega a ritmos del 95-100% anual difícilmente pueda esperarse una recuperación de los salarios y, con ello, del consumo. En síntesis, proyectamos una caída en torno al 2% anual promedio", agregó.

Respecto al consumo, la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en su último informe de consumo, señaló: "Si bien el 2022 comenzó con tasas marcadamente positivas (del consumo) de la mano de una baja base de comparación en 2021, mayor dinamismo económico, aumento del salario real, crecimiento de los niveles de empleo y una serie de bonos en los programas de seguridad y asistencia social, el poder adquisitivo de los hogares comenzó a sufrir a medida que los desequilibrios macroeconómicos fueron acumulándose y la inflación fue tomando mayor aceleración".

"Ello estableció un punto de quiebre que dividió al año en dos semestres opuestos: un primero de expansión económica, crecimiento de ingresos y consumo; y un segundo caracterizado por contracción de la actividad, el poder de compra y el gasto de los hogares acentuada por el recorte de subsidios a las tarifas de los servicios públicos", explicó la Cámara.

"Esta dinámica negativa del ingreso se sostuvo en el arranque de 2023, año para el que se espera una nueva caída del poder de compra de los hogares como consecuencia de la falta de dinamismo económico, una inflación que se sostendría en niveles elevados y un proceso de recomposición tarifaria que aún se encuentra en marcha", agregó.

  • Por su parte, desde Ecolatina, y respecto a la actividad, afirmaron: "La caída en la producción agrícola, que impactará, por un lado, sobre el nivel de actividad económica por una menor actividad del sector y sus actividades asociadas, pero a su vez limitará el abastecimiento de divisas a lo largo del año", afirmó la consultora.

Además, el Gobierno mantendrá un sesgo más contractivo de la política económica, en un contexto donde las tasas de interés se intentarán mantener en terreno positivo y donde no habrá margen para expandir el gasto primario en términos reales, incluso siendo un año de elecciones presidenciales.

"En suma, ante una exigente meta de acumulación de reservas internacionales y la sequía, continuará el esquema de administración de la escasez de divisas, destacándose la continuidad (y eventualmente fortalecimiento) de las restricciones a las importaciones, que le impondrían un límite a la expansión del mercado interno (y de ciertas exportaciones) vía complicaciones en el abastecimiento de bienes terminados, bienes de capital e insumos. Esto afectaría no sólo los niveles de consumo, sino también de inversión", indicó el informe.

"Adicionalmente se suman algunos riesgos globales, ya que se prevé una desaceleración del crecimiento mundial que podría limitar el margen de crecimiento de las exportaciones locales, en conjunto con precios de la energía y los fletes que se mantienen elevados", agregó.

"En síntesis, el principal desafío estará en reducir la tensión entre la necesidad de alcanzar las metas establecidas con el FMI en materia fiscal, monetaria y cambiaria, y, por otro lado, amortiguar las presiones políticas para llevar a cabo una agenda con objetivos sociales (mayor gasto social, menor evolución de tarifas y dólar, entre otros) típica de año con elecciones", concluyó.

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