El Economista - 73 años
Versión digital

lun 16 Sep

BUE 13°C
Ideas

Industria argentina, integración y desarrollo nacional

La industria es una de las tantas formas de mostrarle nuestro talento y capacidad de innovación a un mundo cada vez más pragmático.

El 2 de septiembre se celebró el Día de la Industria.
El 2 de septiembre se celebró el Día de la Industria. .
Ignacio Bruera 05 septiembre de 2024

La consolidación de sectores estratégicos como los hidrocarburos, la minería, el turismo, la agroindustria, la economía del conocimiento y las energías renovables aportarán inversiones, innovación y empleo en todas las regiones del país, pero también servirá para resolver cuestiones históricas tales como la falta de divisas, el desequilibrio regional y la distancia a la frontera tecnológica global. 

Estas actividades requieren de una industria nacional pujante, sin ataduras ni privilegios, inserta en un entorno macroeconómico e institucional estable.

A pesar de los vaivenes de las últimas décadas, nuestro país supo construir una industria competitiva.

Producimos y exportamos pick ups, tubos de acero, respiradores, medicamentos, satélites, zapatos de cuero, maquinaria agrícola, cables de acero para ascensores, alimentos innovadores, vinos de excelencia, instrumentos, quesos de primer nivel, pinturas, entre muchos productos más. 

También hace varias décadas la industria emplea a más de un millón de trabajadores lo cual representa el 20% del empleo formal total y genera el 20% del PIB con exportaciones por más de US$ 50.000 millones (65% de las exportaciones totales).

Las PyMEs industriales argentinas producen la mitad del valor agregado y emplean prácticamente la misma proporción de los trabajadores del sector. Y si bien hay cada vez menos PyME, emprendedores y exportadores, estas empresas han desempeñado históricamente un papel crucial en la movilidad ascendente, en la generación de nuevas ideas y en la conformación de una cultura productiva en cada rincón del país.

Nuestro país requiere políticas activas y coordinadas que apunten a restaurar la rentabilidad a los sectores productivos por encima del riesgo sistémico asociado a su actividad y apalancar la transformación económica. No se trata de una "lluvia de inversiones" sino de inversiones que "brotan" de cada territorio cuando las reglas de juego son claras y sostenibles en el tiempo, y cuando los liderazgos hacen recuperar en las sociedades locales el sentido del esfuerzo y el progreso. Los desafíos para el desarrollo productivo y, por ende, humano y social del país son muchos.

El crédito interno al sector privado en Argentina es de sólo el 8% del PIB y nuestro país enfrenta una alta presión impositiva con un impuesto a la renta de los más altos de la región, y otros tantos gravámenes distorsivos.

En el marco de este debate, resulta esencial el rol del comercio internacional en el desarrollo productivo, así como de las reformas, los instrumentos y la articulación con otras políticas para superar las visiones simplistas de apertura unilateral/proteccionismo ciego. 

La mayor integración en materia de comercio e inversiones requiere conjugar planos que deben actuar de manera sincrónica: la macroeconomía -orden fiscal, monetario y cambiario-, las políticas sectoriales ligadas a los complejos exportadores y, finalmente, la política comercial.

Se requiere un entorno integrado en sí mismo y con el mundo a través de la resolución de cuestiones que implican un gran acuerdo de la sociedad:

  • Reforma tributaria para una efectiva reducción de impuestos al ahorro, al trabajo, a la producción y a las exportaciones. 
  • Financiamiento accesible, amplio y abundante para aumentar las posibilidades de inversión productiva.
  • Promocion de inversiones en un esquema amplio que integre los beneficios del RIGI pero que no dependa exclusivamente de ellos sino de las condiciones de competitividad sistémicas (estabilidad, infraestructura, entre otros).
  • Incentivos fiscales para la incorporación de tecnología. 
  • Propagación de las tecnologías de la industria 4.0 al conjunto del sector productivo apuntalando la calidad y la innovacion. 
  • Integración del mundo cientifico con el productivo a través de polos tecnologicos.

Los industriales plantean con cierta sensatez que están dispuestos a competir pero no con la cancha inclinada. Sus argumentos son ciertos dado que hoy día en el mundo compiten sistemas productivos.

Difícilmente un producto argentino con un mercado interno deprimido por la baja de ingresos, sin financiamiento y trabas a la importación de insumos, falta de divisas y mercados internacionales de difícil acceso pueda hacer frente a las condiciones que garantizan nuestros socios comerciales a sus empresarios.

La industria nacional es la oportunidad de desarrollar nuestro país. No implica reproducir retóricas del pasado sino que es el trabajo diario de millones de argentinos con el fin de brindarle progreso a la sociedad. 

La industria nacional es una de las tantas formas de mostrarle nuestro talento y capacidad de innovación a un mundo cada vez más pragmático y generar un desarrollo sostenible a lo largo y ancho del país.

En esta nota

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés