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Cambios en el mercado laboral

El avance tecnológico y la transformación laboral

Hasta ahora siempre habíamos logrado crear más fuentes de trabajo que los que habíamos aniquilado con la tecnología

La relación trabajo-capital fue fuertemente en desventaja para los asalariados
La relación trabajo-capital fue fuertemente en desventaja para los asalariados -
Mariano De Rosa 14 diciembre de 2021

Mientras la tecnología sigue avanzando a pasos previamente inimaginables, el cambio de rol de los trabajadores genera desigualdades cada vez más dispares. La caída del ingreso laboral en la participación del PIB ha mostrado fuertes retrocesos no solo en países de ingreso medio, sino también en economías poderosas como la de Estados Unidos, donde la participación ha caído en el lapso 2001-2019 casi 10%.

Si solo tomamos como referencia el Nasdaq Composite, las empresas tecnológicas avanzaron durante los últimos 20 años casi 900% en su valor de mercado. Si bien los empleos en este sector son de los mejores pagos en comparación a otras industrias, la relación trabajo-capital fue fuertemente en desventaja para los asalariados. Ahora nos debemos hacer una pregunta: el avance de la tecnología ha mejorado sin lugar a dudas la productividad, ¿pero a qué costo?

El futuro del trabajo a largo plazo ha cambiado para mejor en 2021, ya que se ha digitalizado más. El trabajo remoto está aliviando el cuello de botella de las viviendas caras en las grandes ciudades. Desde sus casas, los trabajadores reportan niveles más altos de felicidad y productividad, siendo un alivio para los altos costos de vida que representan las megaciudades.

Según Financial Times, en 2020 las empresas estadounidenses gastaron 25% más en computadoras en términos reales que un año antes, y se espera que esta explosión de inversión tecnológica produzca un crecimiento más rápido de la productividad, lo que significa salarios más altos.

La capacidad de adaptabilidad de los trabajadores deberá ser amalgamada con la productividad que necesitan las empresas tecnológicas para hacer frente a las cuantiosas sumas de dinero que financian sus proyectos. La política y las corporaciones deben encontrar un punto en común a sus ganancias y la distribución del ingreso.

Desde la pandemia, los bancos centrales se preocupan cada vez más por los empleos y menos por la inflación. Y es claro al ver los números de inflación de los países desarrollados, donde la inflación llega al 6,2% en Estados Unidos, 4,2% en Gran Bretaña y 5,4% en España, entre otros países. El FMI, famoso por su austeridad, planteó la idea de impuestos solidarios únicos para los ricos y las empresas, acuerdo que se logró en la última reunión del G20 en Roma.

El trade off entre desempleo e inflación claramente está definido hacia bajar el desempleo y permitir grados de libertad en la inflación. Los nuevos empleos que se crean prometen generar más productividad para permitir un mayor crecimiento. Ahora bien, ese crecimiento debe ir acompañado de una mayor distribución de la riqueza.

Los sistemas automatizados permitirán mejorar las condiciones laborales de millones de trabajadores, pero al costo de dejarlos fuera del sistema. La educación y la capacidad de adaptarse a las nuevas tecnologías jugarán un papel crucial para que los desempleados tecnológicos no sean más que los empleos que generen las nuevas tecnologías.

La pandemia ha sido una catástrofe para muchos, pero su legado puede ser un mejor mundo del trabajo, ya que aceleró los cambios que estaban en marcha y favoreció a aquellos mercados laborales en los que se necesitaban mejoras adicionales. 

La mayor oportunidad que presenta la automatización es el crecimiento de la productividad, un rasgo esencial del capitalismo. A mayor productividad, mayor crecimiento. Sin embargo, la pregunta que nos deberá responder el tiempo es, si el aumento de la productividad permitirá un desarrollo económico inclusivo.

La tecnología ha venido destruyendo empleos desde la Revolución industrial, pero hasta ahora siempre habíamos logrado crear más fuentes de trabajo que los que habíamos aniquilado con la tecnología. ¿Podremos seguir creando más oportunidades de las que eliminamos?

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