"Estamos en un momento donde pareciera que al Gobierno todo le sonríe, como si Milei estuviera en estado de gracia", dice Carlos Pagni en La Nación. Probablemente, agrega, la clave para explicarlo no sea sólo el resultado electoral sino también la situación de la economía, sobre todo de las finanzas. En el sector financiero, sentencia el conductor de Odisea Argentina, "es donde el Gobierno obtiene los aplausos más apasionados".
Pagni profundiza su idea: "Hay, en ese mundo de los financistas y de los economistas sensibles a los movimientos de las finanzas, la idea de que probablemente en este momento la economía argentina está ingresando en un nuevo régimen virtuoso. Lo comparan con abril de 1991, cuando se inauguró la convertibilidad, que rigió en la Argentina durante una década de estabilidad, con reformas y una modernización de la economía. Aunque terminó en un estallido".
- ¿Estamos en una nueva era?
- ¿Se abre una nueva etapa?
- ¿O es una nube que, como recuerda Pagni, puede cambiar de forma muy rápidamente?
"Miramos y tiene esta fisonomía, dejamos de mirar y, al poco tiempo, lo que hoy parece luminoso empieza a resultar gris. No lo sabemos, porque por suerte no conocemos el futuro", escribe el historiador oriundo de La Feliz.
¿Qué es lo que está dominando hoy este clima de optimismo en los mercados, sobre todo en los que miran las finanzas? "La presunción de que el acuerdo con EE.UU. no se reduce solamente a un auxilio para el Banco Central que permita dominar el mercado de cambio. No es solamente la disponibilidad de dólares para comprar pesos, como dice Bessent. Habría algo más, que no se conoce porque los miembros del equipo económico de la Argentina firmaron un acuerdo de confidencialidad que los obliga al secreto en la negociación con los funcionarios del Tesoro de Estados Unidos", dice. Estabilidad, acercamiento con Estados Unidos, reformas...las similitudes con los '90 no son pocas.
"Pero, a pesar de ese compromiso de confidencialidad y la promesa de no hablar, existe en el mercado financiero la presunción de que va a haber un fondo -no sabemos de qué dimensión- para recomprar deuda y despejar los próximos dos años de vencimientos del Tesoro argentino con el mercado. Sería una noticia importantísima que estaría detrás de la baja en el riesgo país que se verificó este lunes. Es decir: la idea de que la Argentina tendría despejado por completo el peligro de un default, estaría en condiciones de recomprar deuda y que esto beneficiaría a las empresas y a las provincias que están endeudadas con dólares con una reducción enorme de las tasas de interés para el crédito internacional. La mejora en la cotización de los bonos argentinos y la idea de que la Argentina tendría resuelto el problema del endeudamiento no solo repercuten en la performance del Tesoro sino que se proyecta con la posibilidad de acceso al crédito de todos los actores que están ligados al mercado global", agrega Pagni.

Esto obviamente incide en la intensidad de la inversión. Hay una baja notoria del riesgo. Los bonos largos tienen un índice de riesgo de 700 puntos, cuando antes de las elecciones estaban en 1400, y hay bonos con un riesgo de 400 puntos. Son condiciones que podrían hacer imaginar que la Argentina, en otra situación, saldría al mercado del crédito como otros países de la región.
"Esto es importante porque antes de las elecciones y de la intervención del Tesoro se suponía todo lo contrario: que el Banco Central, carente de dólares, determinaría que el Tesoro no iba a poder honrar la deuda y, por lo tanto, tendría que juntar los dólares para pagar esos bonos, porque nadie se los iba a renegociar. Si tenía que comprar dólares para pagar esos bonos, el precio del dólar iba a subir y eso, en un primer momento, iba a complicar el nivel de importaciones y, por ende, complicar mucho más la producción", suma el periodista.
Este es el panorama que se pintaba antes de la intervención de Bessent. Ahora sabemos que hay una doble intervención del Tesoro: una para dominar el precio del dólar y otra, hipotética, para intervenir en el mercado de deuda y despejar el riesgo crediticio que tiene la Argentina. "Si esto fuera así, habría que darle la razón a los que dicen que hay un cambio fundamental en la estructura de la economía argentina y sus finanzas", dice.
Quienes piensan así, siempre según Pagni, dicen que lo que habría que imaginar es, en lo inmediato, un clima económico parecido o mejor que el que dominó el primer trimestre de 2018, cuando Mauricio Macri ganó las elecciones y se pensaba que se consolidaba su modelo promercado. En ese momento, la economía presentaba un crecimiento del 4% y la inversión un incremento del 18%.
¿Estos podrían ser los números que dominen a la Argentina en el 2026? Hay economistas y hay financistas que apuestan a eso. Ellos miran algunos datos muy positivos en las empresas: emisión de deuda de YPF, y de Tecpetrol, del grupo Techint. Ayer se sumó la de Pampa. "Posible emisión de deuda también, no lo sabemos, de Pluspetrol, que el año pasado hizo una adquisición importantísima con los activos petroleros que dejaba Exxon", suma Pagni.
Los que miran estos movimientos interpretan que va a haber un dinamismo superior en Vaca Muerta, que puede estar ligado al tendido de gasoductos, a que se abra un mercado para el gas que todavía no existe para la Argentina, es decir, que empiece a haber la posibilidad de exportaciones adicionales que mejoren la oferta de dólares. Todo esto está relacionado y une la punta productiva con la punta financiera.
Estamos hablando de una visión, de un pronóstico muy luminoso que es el que está dominando hoy la configuración de la nube. Esto es, en definitiva, "lo que domina hoy el minuto de este Milei en estado de gracia".
Ligado a este clima está el programa de reformas del Gobierno. Básicamente una reforma laboral y una reforma tributaria, que está guardada en el Ministerio de Economía, en la Secretaría de Hacienda, bajo siete llaves. Nadie conoce muy bien de qué se trata. El Gobierno quiere que se hagan. "No tanto que cumplan con un ideal teórico y conceptual como le podría gustar a Federico Sturzenegger, sino que la noticia sea que salió la reforma del Congreso. Es decir, que haya efectividad política", dice Pagni.
"La previsional es una reforma importante porque en el corazón del problema fiscal argentino está el problema previsional. Se ha hecho un desastre, tenemos una población joven y un sistema previsional con un costo similar al de los países que tienen una población muy envejecida", señala. Sin embargo, la modificación del sistema previsional, a"parentemente quedaría para un próximo mandato si es que Milei reelige". Y esto a muchos observadores los tranquiliza porque es una reforma donde podría empantanarse y la que le costó tanto costo político una caída de imagen fenomenal a Macri a fines del 2017.
Este clima económico también tiene la cara de un incremento en las exportaciones en cantidad, sobre todo en septiembre, y la promesa de una buena cosecha, sobre todo de trigo a fin de año.
En el corazón, en el centro, está esta perspectiva de que la Argentina mejoraría su situación frente al crédito, que es un problema enorme para un país que no tiene dólares. "Es el gran riesgo que corría Milei antes de las elecciones, cuando estuvo a punto de desbarrancarse por problemas de un modelo económico que estuvo al borde de colapsar", concluye Pagni.