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Respaldar o rechazar a las criptos, el gran dilema para los gobiernos

Respaldar o rechazar a las criptos, ese es el dilema para los gobiernos: cómo deben pararse frente a una nueva tecnología que parece no tener freno

Criptomonedas.
Criptomonedas. Archivo.
Gonzalo Martínez Mosquera 17 noviembre de 2021

La semana pasada comentamos el reporte con recomendaciones para el mercado de las stablecoins que había emitido el “President's Working Group on Financial Markets”, un “Grupo de Trabajo del Presidente en Mercados Financieros” que depende del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Su principal recomendación fue que los emisores de criptodólares deberían ser instituciones depositarias que tuvieran el debido seguro FDIC para proteger los activos de sus usuarios. En realidad ese seguro no es sólo una manera de cuidar a los depositantes sino que regula a las instituciones para proteger al sistema financiero como un todo ante la posibilidad de que los emisores se volvieran “muy grandes para fallar” y tuvieran que ser rescatados ante la imposibilidad de devolver sus depósitos.

La respuesta del Congreso de Estados Unidos no tardó en llegar. Los senadores Sherrod Brown, Pat Toomey y Cynthia Lummis emitieron comunicados en los que dieron su opinión al respecto. Los tres forman parte del comité de asuntos bancarios del Senado y, por lo tanto, cumplen un rol fundamental en el asunto.

Brown, que dirige aquel comité y que es un aliado político de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo: “Debemos trabajar para asegurar que todas las tecnologías financieras sean sujetas a todas las leyes y regulaciones para proteger inversores, consumidores y mercados, y que compitan en el mismo nivel con las instituciones financieras tradicionales”.

Lo importante de ese comentario es que aclara que no se necesitaría nueva legislación para las stablecoins sino que con las que existen sería suficiente. En Twitter yo comenté que, si las stablecoins debían aplicar al seguro FDIC, entonces PayPal también debería hacerlo y ello llevó a un interesante debate sobre los dobles estándares en las regulaciones respecto a esta industria.

John Paul Koning, un conocido tuitero al que ya hemos hecho referencia en esta columna, explicó a través de aquella red social que hoy ya existen stablecoins como BUSD, Pax Standard y Gemini Dollar que operan con una licencia del NYDFS, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York, lo que ya representaría una manera de emitir stablecoins reguladas que debiera ser suficiente. Sin lugar a dudas, esos criptodólares tienen una regulación más estricta que la que cuenta el conocido PayPal.

Aquel mismo tuitero hizo la semana pasada una buena pregunta al cuestionarse cuál sería la razón por la que los criptodólares mencionados sólo estaban emitidos sobre la red Ethereum, mientras que USDT y USDC, las dos mayores en tamaño, ya se extendieron a varias otras blockchains como Solana, Tron, Stella o Algorand.

Otro de los senadores comentados fue Pat Toomey, un republicano del Estado de Pensilvania, que se expresó en defensa de los emisores de stablecoins diciendo que “...es la responsabilidad del Congreso determinar si las agencias federales tienen jurisdicción sobre las stablecoins (...) espero que la administración (de Joe Biden) resista la tentación de utilizar las leyes existentes para expandir su autoridad regulatoria”.

La duda respecto a cómo tratar al ecosistema cripto, y en especial a los emisores de criptodólares, está en el centro del debate. Quien se expresó satisfecho respecto al reporte fue Rune Christensen, el fundador de Maker DAO, que explicó que a partir del informe “está muy positivo respecto a Estados Unidos”  y agregó que podrían alocar más colateral a la economía de ese país.

Maker es el emisor de la stablecoins DAI, que rankea segundo en total de activos bloqueados en el mundo DeFi (Finanzas Descentralizadas) según el sitio especializado DeFiLlama. Ese criptodolar es especial ya que no respalda sus tokens con activos reales, como pueden ser dólares en cuentas bancarias, sino que tiene detrás un sistema por el cual se piden préstamos en su plataforma y regula la cantidad de DAI para mantener la paridad con el dólar subiendo y bajando la tasa de interés de esos préstamos.

La idea original de esa stablecoin era ser una versión 100% descentralizada de criptodólar pero con el tiempo vio que era necesario incorporar USDC y USDP como colaterales para no perder la paridad. Estas hoy representan aproximadamente 25% del respaldo total lo cual le imprime una dosis de centralización demasiado relevante como para seguir postulándose como una stablecoin descentralizada.

Por su parte, una stablecoin que no tiene ninguna intención de mostrarse como descentralizada es Tether de la cual se conoció la semana pasada un muy extenso informe realizado por Protos.com en el que se intenta describir, a partir de análisis sobre la info disponible en las blockchains, cuál fue el destino de los más de 100.000 millones de tokens emitidos (de los cuales algo más de 30 volvieron al emisor).

Según el reporte, casi el 90% de los Tether emitidos fueron enviados del Tesoro de Tether a la cuenta de “Market Makers” y proveedores de liquidez. Por otra parte, un gráfico muestra claramente cómo desde sus inicios en 2015 Tether sólo estuvo emitido en la red Omni, para luego ser reemplazada por Ethereum y Tron que hoy dominan algo así como el 95% del total. Otras redes donde aparece la stablecoin mencionada (pero con mucho menor participación) son Liquid, SLP, Algorand, EOS y Solana.

Es el mercado de las stablecoins sumamente importante para el ecosistema cripto pues, para hacer negocios de manera fluida, es necesario una moneda estable que no tenga la volatilidad típica de las criptomonedas nativas.

Es esa misma volatilidad que buscan los especuladores y que suele generar buenas rentas para los exchanges que le prestan servicios a aquellos. De hecho, el precio de las acciones de Coinbase cayeron hasta 10% cuando se conocieron sus reportes financieros para el tercer trimestre del año el martes pasado que mostraron una ganancia de US$ 1.240 millones vs los US$ 1.800 que esperaba el mercado. Una de las causas esgrimidas por Coinbase fue justamente la caída en aquella volatilidad en el período mencionado.

Es también la misma volatilidad que buscan quienes apuestan a los ETF de Futuros de Bitcoin recientemente lanzados. 

La semana pasada comentamos que la SEC había pospuesto la aprobación de un Fondo Común de Inversión que siguiera el precio de esa moneda digital no ya a través del mercado de futuros sino con un respaldo real en la criptomoneda. Se trataba del pedido que había hecho Valkyrie. Pues unos días después ese mismo organismo rechazó el pedido para lanzar un ETF con las mismas características a la empresa VanEck. La razón es siempre la misma; considera que el mercado de Bitcoin es “proclive al fraude y la manipulación”.

Son de hecho razones similares las que llevaron al consejo religioso de Indonesia a prohibir el uso de criptomonedas a los creyentes musulmanes declarándose como: “fuera de la ley para el comercio porque tienen elementos de incertidumbre, especulación y daño”. Y agregó: “Son como una apuesta de juego”.

Otro que llamó a prohibir el uso de algunas criptomonedas (aunque por razones muy distintas) fue la Finansinspektionen, la autoridad supervisora financiera de Suecia. Explicó en un comunicado que la manera más común para “producir” activos criptos requiere enormes cantidades de electricidad lo que genera una enorme emisión de CO2 lo cual representa una enorme amenaza para el medio ambiente.

Y quién volvió a la carga en contra del ecosistema fue China, donde un nuevo comentario de sus autoridades describió a la minería cripto como “extremadamente dañina” y agregó que lanzarán un conjunto de medidas drásticas a gran escala. El resultado fue la caída en el precio del Bitcoin que cotizaba a US$ 60.000 escribir estas líneas, US$ 8.000 menos de lo que valía hace sólo una semana.

Pero no todos los gobiernos son opuestos a Bitcoin y las criptomonedas. Por ejemplo, el alcalde de Miami, Francis Suarez, anunció que distribuirá US$ 21 millones en criptos a sus ciudadanos que descarguen una billetera virtual y agregó que es una prioridad para su Gobierno el pago de empleados municipales con esa moneda digital.

Respaldar o rechazar a las criptos, ese parece el dilema para los gobiernos que se enfrentan a la decisión acerca de cómo deben pararse frente a una nueva tecnología que parece no tener freno. 

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