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La pandemia y la nueva normalidad

Está comenzando el tercer año de la pandemia, hay miles de millones de dosis de vacuna y estamos en una etapa de acomodamiento

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Fernando Cichero 21 diciembre de 2021

A lo largo de la historia, todas las pandemias que han azotado a la humanidad terminaron de dos maneras. Por un lado, el vector que las produjo, fuese un virus o una bacteria, fue perdiendo su poder de contagio y/o no pudo mutar y transformarse, por lo que terminó desapareciendo y la pandemia acabó.

Por el otro, la población se acostumbró a convivir con ese vector, teniendo para cada momento de la historia un cuidado diferente. Así, al acostumbrase a convivir con el mismo, todas las reglas, restricciones, pedidos y rezos que habían aparecido para hacerle frente, terminaron desvaneciéndose. 

¿En qué etapa nos encontramos con la pandemia del Covid-19?  Creo que estamos en la de acostumbramiento a convivir con el mismo. En 2022, estará comenzando el tercer año de la pandemia y la humanidad ha obtenido una ventaja histórica y única, que es la producción en masa de miles de millones de dosis de vacuna, lo que nos ha permitido sortear ya dos grandes crisis. 

Ahora estamos en una etapa de acomodamiento. Si, en un primer momento, el virus produjo incertidumbre o, incluso, indiferencia, luego pasamos al estado de alerta, el miedo hasta estar desesperados con lo que estaba sucediendo. Pero, en este momento, todo eso ya transcurrió y aprendimos muchas cosas. Cómo nos contagia, cuáles son los factores de riesgo, cómo tratamos a los pacientes que lamentablemente se complican y la prevención mediante la vacuna.

La vacuna es en sí un hecho extraordinario. Se produjo extremadamente rápido, aunque, a medida que vamos obteniendo nueva información, nos damos cuenta de que la inmunidad de la misma dura poco, unos seis meses aproximadamente. 

Por ello, en esta etapa, las vacunas de primera generación tienen como requisito casi obligatorio, para apaciguar o bajar seriamente la cantidad de casos, una dosis de refuerzo cada seis meses.  

Otra de las cosas que hemos descubierto gracias a las vacunas es que, combinando distintos tipos, igualmente se puede alcanzar una muy buena inmunidad. Es decir, no existe monopolio de ninguna marca sobre las otras y, de esta forma, descartamos la posibilidad de que algún tipo de vacuna implicase menos riesgo que las demás. 

Esto permitió que las severas restricciones a la circulación, la falta de contacto humano, la ausencia de viajes de placer o de negocios, entre otras cuestiones, pasaran de una parálisis casi absoluta a una organización diferente, lo que hoy permite que todas estas actividades se recuperen. En este sentido, la posibilidad de volver a la modalidad de cuarentena dura parece muy lejana, más allá de algunas restricciones para los eventos multitudinarios, como sucede actualmente en Europa.  

¿Qué nos queda para el futuro? Comenzará un proceso de adaptación y esta enfermedad se transformará en una más del calendario.  Por otra parte, intentaremos desarrollar vacunas de segunda o tercera generación que no requieran la aplicación de dosis de refuerzo tan seguido.

Por último, ante la posibilidad de que cualquier enfermedad sea transportada muy rápidamente debido a los aviones, se deberá generar otro tipo de controles que nos dejen mejor preparados ante la aparición de una hipotética nueva pandemia. 

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