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Guzmán ganó el round, pero todos quedaron expectantes

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Luis Varela 28 octubre de 2020

Por Luis Varela

Finalmente, después de mucho esfuerzo, el ministro de Economía Martín Guzmán, logró un tercer round exitoso contra la corrida bancaria, aunque el esfuerzo del Estado volvió a ser muy grande y que la lucha seguirá siendo muy complicada.

El éxito del día fue imposible de negar: el ministro bajó los dólares libres, todos, y bastante. Luego de haberse acercado a los $200 en las últimas ruedas de la semana pasada, ayer sólo el dólar mayorista subió apenas, y los restantes cinco dólares de Alberto estuvieron para abajo, y los libres con estocadas importantes.

El dólar turista bajó 2 centavos hasta $138,42, el oficial bajó 1 centavo hasta $83,89, el blue se desplomó $9 hasta $181 y el mayorista subió 4 centavos hasta $78,30. A su vez, el dólar MEP cayó $4,23 hasta $152,98 y el contado con liquidación bajó $2,12 hasta $162,99. Y en consecuencia, la brecha entre el dólar oficial y el blue bajó al 115,8% y la del CCL con el mayorista fue del 108%.

A seis días de la elección presidencial en Estados Unidos, en el exterior el dólar subió 1,5% en Brasil, mejoró 0,5% en México y 0,2% contra el euro, pero bajó 0,2% contra la libra, 0,3% contra el chileno y 0,4% contra el yen. Y en consecuencia, medidos en pesos, la libra subió 29 centavos hasta 102,11, el euro bajó 5 centavos hasta 92,30 y el real bajó 18 centavos hasta 13,72.

La parte mala de esta pelea es que Guzmán volvió a su rincón, al final de este tercer round, con un costo nuevamente muy complicado. El Banco Central perdió ayer otros US$ 120 millones de las reservas por lo que le quedan US$ 40.140 millones. Y Argentina se sumerge, como tantas veces en el pasado, en un festival de bonos, con una emisión de deuda gigantesca y ciertamente muy complicada.

En números bien concretos, sin ambigüedades, el Ministerio de Economía emitió ayer un comunicado en el que reconoció haber emitido diversos bonos con los que captó del mercado nada menos que $254.672 millones, por el equivalente a US$ 1.660 millones. Y son bonos que ajustan en parte por la evolución del tipo de cambio oficial y en parte por la inflación (el CER, inflación base del Indec), por lo que si el deslizamiento de los precios continúa, esta colocación de deuda tendrá un costo para Argentina.

Por supuesto, los inversores profesionales, que miden bien los números de la macroeconomía, se dan cuenta que esta jugada de Guzmán es pan para hoy y hambre para mañana. Y, decididamente, huyeron ayer a más velocidad de todos los títulos vinculados con Argentina, tanto los papeles del Estado como los papeles emitidos por las empresas privadas.

El mundo bursátil estuvo errático ayer porque nadie sabe cómo terminará la compulsa entre Trump y Biden: hay mucho desconcierto e indecisión. Por lo pronto, hubo cierre mixto en Wall Street: el Nasdaq pudo subir apenas, pero el S&P y el Dow Jones de papeles industriales volvieron a mostrar descensos, nada importantes. Mientras que la bolsa de San Pablo bajó 1,4% y la de México cedió 0,6%.

Pero mientras esta ondulante realidad mundial, siempre pendiente del covid, y de la elección norteamericana, muestra a los inversores con dudas, pero no con desplomes decididos, los titulos argentinos tuvieron ayer un día nuevamente muy malo. Los bonos argentinos perdieron ayer más del 1%, por lo que el riesgo país volvió a subir hasta 1.459 puntos básicos.

Pero probablemente la peor de las señales vino de parte de lo que pasó con los papeles privados. En el mercado bursátil local se operó muy poco con papeles argentinos (apenas $781 millones) y los inversores prefieren colgarse de los Cedears con acceso a papeles internacionales, con más del dólar de lo operado en la Bolsa porteña. Y lo peor del caso es que el índice Merval se desplomó 5,8%. Y por si quedara alguna duda, los ADR argentinos que cotizan en Nueva York bajaron en bloque, todas, sin ninguna excepción, con derrumbes de hasta el 8%, con YPF, Francés y Telecom como los papeles más castigados.

La huida de los inversores de los papeles argentinos está ligada a una realidad bien concreta. El presidente Fernández volvió a dar muestras ayer de no variar un ápice su proyecto político, ni siquiera luego de la ambigua pero crítica carta emitida por Cristina Fernández, quien se demostró muy preocupada por la situación económica, con un lenguaje igualmente ambiguo, criticando duramente a los empresarios pero al mismo tiempo planteando que hay que hacer un acuerdo con todos para arreglar la situación en la que hemos caído.

La situación global es ciertamente inestable y los consejeros de inversión de todas las compañías están viéndoselas muy complicadas para poder asesorar a sus clientes. Con gran volatilidad, los commodities siguen bailando al compás de los avances o retrocesos de las vacunas, y de los sondeos en cada estado para ver cuántos electores logrará Donald J. Trump para evitar que Joe Biden llegue a la Casa Blanca.

Con ese contexto, ayer el petróleo tuvo un importante repunte. Los metales preciosos actuaron sostenidos. Los metales básicos estuvieron mixtos. Hubo una posición ambigua para los granos, ya que los precios bajaron en Chicago pero estuvieron firmes en la Bolsa de Rosario (los productores siguen sin entregar lo que tienen en los silos Bolsa). Y la estrella del día tuvo que ver con el sector de las criptomonedas, como miles de inversores queriéndose ocultar de los fiscos, por temor a que el mundo se complique. Así, el bitcoin saltó ayer 5% y rompió el techo del último año y medio, lo cual abre expectativas importantes para lo que pueda aparecer por delante.

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