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El déficit ya es de 4,7% del PIB y está financiado 100% con emisión

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24 agosto de 2020

El jueves pasado, el Ministerio de Economía informó que durante el mes pasado se registró un déficit fiscal primario de $155.524 millones, mientras que durante el mismo mes del año pasado el resultado había sido de superávit por $4.293 millones. De esta manera, durante los primeros siete meses del año el resultado fiscal primario, que desde enero de 2020 volvió a terreno negativo luego de dos años y medio de consolidación fiscal, acumuló más de $1 billón.

No obstante, en línea con la flexibilización de la cuarentena y la reapertura de las actividades productivas, el desempeño de julio mostró mejoras respecto a los números desde el inicio de la cuarentena, con la reducción de la brecha entre el gasto público y los ingresos. El ritmo del aumento del gasto se desaceleró (desde tasas del 97% interanual en abril y mayo a 59% interanual en julio) y los ingresos mostraron una recuperación gradual (desde 2% interanual nominal en abril a 16% interanual en julio).

“La dinámica observada y la realidad económica no parecieran mostrar que la desaceleración del gasto fuese a continuar con su tendencia en los próximos meses, mientras que la evolución de los ingresos tributarios sí puede mantenerse debido al empuje que recibe por los impuestos no habituales (como el impuesto PAIS) que compensen en parte la baja reacción que están mostrando los tributos tradicionales como IVA y Ganancias”, señaló el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

En ese sentido, la entidad remarcó en un informe difundido ayer que, si bien la dinámica fiscal mostró mejoras durante el mes pasado, aún se está lejos de un escenario de alivio o sostenibilidad de las cuentas públicas para 2020. Iaraf estima que sólo en julio, el déficit fiscal fue de 0,65% del PIB, por lo que el déficit primario acumulado durante los primeros siete meses del año es de 3,6% del PIB, y el déficit fiscal total (incluyendo los intereses) acumuló hasta julio el 4,7% del PIB.

Al respecto, indicó que el resultado fiscal primario de julio se ubicó más cercano a lo esperado en un escenario pesimista (que preveía un rojo primario de $185.000 millones en el mes) que del escenario optimista (un déficit primario en la zona de los $105.000 millones). Asimismo, afirmó que el dato de julio dejó prácticamente inalteradas las proyecciones de la entidad en cuanto al déficit primario para 2020, que se ubicaría, respectivamente, entre el 8,1% y el 6% del PIB en los escenarios mencionados.

Dicho déficit, siguiendo el análisis, está siendo totalmente financiado con emisión monetaria. “Existe hasta el momento una relación prácticamente uno a uno entre el déficit fiscal nacional y las transferencias del BCRA al Tesoro. Sumando la transferencia de utilidades con los adelantos transitorios, la asistencia del BCRA al Tesoro totalizó hasta julio $1.472.000 millones, siendo récord en términos del PIB (5%). Dicho monto resulta prácticamente congruente con el déficit fiscal acumulado en los siete meses transcurridos de 2020 ($-1.377.000 millones)”, resaltó.

Por su parte, Ecolatina estimó ayer en un informe que, tras el déficit de 0,4% del PIB al que se llegó en 2019, el rojo fiscal primario de este año se disparará a “no menos del 7% del PIB”. Dicho aumento del déficit y, por consiguiente, el exceso de liquidez por el gran incremento de la base monetaria, ya se siente en varios frentes, especialmente, por ahora, en el cambiario, que a pesar del anuncio del acuerdo con los principales acreedores privados de la deuda externa no ha continuado con su dinámica al alza, registrando fuertes incrementos en los últimos días.

En tanto, desde el Grupo SBS esperan para este año un déficit primario de 7,5% del PIB. “El desafío del Gobierno será que los gastos que nacieron como transitorios no terminen siendo permanentes”, resaltaron en un informe. En ese sentido, hace unos días el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, indicó que no hay condiciones fiscales para implementar el ingreso universal que se había estado comentado en el Gobierno, el cual reemplazaría y funcionaría como una continuidad del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que se implementó tras el inicio de la cuarentena en el país, pero algunos otros gastos vinculados con el Covid-19 podrían pasar de largo y aletargar la recuperación de la posición fiscal.

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