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Los economistas analizan la profundidad de la crisis y el proceso de recuperación

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31 marzo de 2020

La profundidad del desplome económico y financiero que afronta el mundo es aún indeterminado. Su magnitud podría dimensionarse en varias semanas o tal vez en un par de veces. Asimismo, se debate sobre cómo podría darse el proceso de recuperación posterior a este parate de la actividad. Algunos especialistas prevén que dicho proceso será en “V”, es decir, que después de la fuerte caída y tras tocar piso, habrá un importante rebote de la economía global.

Otros estiman que el proceso tendrá la forma de una enorme caída, pero sin un rebote con la misma contundencia, sino con un lento camino de recuperación. En tanto, algunos otros, desde una visión bastante más pesimista, observan una prolongada caída de la economía sin un piso a la vista en el corto plazo.

Argentina no será ajeno al proceso global y, tome la forma que tome, el mismo impactará sobre el proceso económico del país. Sin embargo, se prevé que la situación local podría tener otra dinámica. En ese sentido, algunos analistas advierten que el camino hacia la baja en Argentina podría llegar a una profundidad mayor y que luego el sendero de emerger podría prolongarse más.

“Con déficit fiscal (primario y financiero) y un sector público tratando de reestructurar su deuda para evitar el default, la principal fuente de financiamiento de una política expansiva es la emisión. Además, la economía argentina sufre hace más de una década inflación de dos dígitos, y en los últimos dos años la suba de precios alcanzó 50% anual, consecuencia de la fuerte inestabilidad cambiaria que produjo la desconfianza en el peso. Por lo tanto, la pandemia nos encuentra con las 'defensas bajas' en este frente”, describió Ecolatina esta semana en un informe.

De acuerdo con ese análisis, la magnitud del deterioro económico local dependerá, esencialmente, de dos factores. Primero, de lo que duren las medidas de aislamiento social. Además, y muy importante también, de lo que ocurra con la renegociación de la deuda externa: si se logra canjear de manera acordada, si se paga en “cash” en caso de que no haya un acuerdo, o si se defaultea.

En ese sentido, desde la consultora Abeceb estiman que, en un escenario base, tomando como parámetro que la cuarentena se extienda hasta el 13 de abril y un levantamiento paulatino de las restricciones, el PIB en 2020 mostraría una caída promedio de 2,2%, con una baja de 4,9% en el primer trimestre y de 6,1% durante el segundo trimestre. De esta manera, el bimestre marzo-abril sería el más afectado, con una caída interanual que podría ubicarse por encima del 10%.

“No obstante, si la cuarentena se extiende una semana más y las restricciones post cuarentena estricta se prolongan, una primera aproximación a un escenario alternativo indicaría que el PIB exhibiría una baja que podría alcanzar en promedio -3,6% en 2020, llegando a un retroceso interanual del orden de 10% del PIB en el segundo trimestre del año”, proyectó la consultora en un informe que fue difundido ayer.

En tanto, otras consultoras económicas proyectan caídas mayores. La semana pasada, el Indec informó que la actividad durante 2019 presentó una caída de 2,2% y, antes del Covid-19, los privados esperaban que este año mostrara una caída unas décimas inferior a la del año pasado. Pero desde que se desató la crisis de la pandemia en el país, algunos prevén que la caída en 2020 podría ser de casi el doble o incluso un poco más.

Según los cálculos de Fernando Marull & Asociados (FM&A), durante el primer tramo de la cuarentena (del 20 al 31 de marzo), los sectores de la economía que están activos suman el 40% del PIB, por lo que el 60% restante está afectado por la cuarentena y ya están sintiendo el fuerte impacto que está teniendo en los niveles de demanda.

“En base a indicadores y evidencia anecdótica, podemos calcular que el impacto en la actividad (durante la primera semana de la implementación de la medida) sería de una caída promedio de 30% comparado con semanas atrás”, estimó FM&A en base la variación de la demanda en diferentes sectores relevados, como energía (-25%), transporte (entre -70% y -90%) o naftas (-70%).

Este caída en la economía y en la actividad se reflejará, obviamente, en el nivel de empleo, que es uno de los frentes más preocupantes en este contexto. Según informó la semana pasada el organismo estadístico, durante el último trimestre de 2019 la tasa de desempleo en el país bajó a 8,9%, luego de haber tocado el pico de 10,6% en el segundo trimestre del año pasado y de haber descendido a 9,7% durante los tres meses siguientes.

Las expectativas para este año no eran positivas (se mantendría el mismo nivel), pero a partir de esta crisis se prevé que la tasa de desocupación volverá al alza. Desde Analytica advierten que la misma podría elevarse a 13%. “Para tomar real dimensión del problema que se está incubando en el mercado de trabajo, por cada 10% de los 5,5 millones de trabajadores del grupo de alto riesgo que pierda su actividad principal y busque activamente un nuevo puesto, la tasa de desempleo aumentaría tres puntos porcentuales”, explicaron.

“Sostener ingresos en la crisis es una receta adecuada. Pero deberían comenzar a pensarse mecanismos para contener los empleos, ya que los puestos de trabajo que desaparecen luego tardan años en recuperarse”, resaltó Analytica, que a la vez señala que en los conurbanos de las grandes ciudades del país, y principalmente en el bonaerense, es donde se localiza gran parte de los trabajadores con elevado riesgo de perder el empleo.

Recuperación

Para mitigar el impacto de esta crisis, durante las últimas semanas el Gobierno viene anunciando medidas que costarán “sólo” el 2% del PIB, de los cuales la mitad se financiará con emisión monetaria y el resto, que serán préstamos a tasas bajas para adquirir capital de trabajo, se solventará con liberación de encajes de los bancos comerciales.

“En consecuencia, la respuesta oficial sólo buscará atenuar la caída de la actividad, mas no revertirla, quedando muy lejos de los planes de los países desarrollados. Como resultado, la pérdida económica por Covid-19 será mayor en nuestro país que en otras latitudes (suponiendo igual cantidad de infectados)”, estimó Ecolatina.

Por su parte, Bull Market Brokers advierte que Argentina podría padecer “un letargo considerable por el impacto del cepo y la brecha cambiaria”. En un reciente informe, esta compañía describió tres escenarios de recuperación: uno optimista, con recuperación en “V”; otro de recuperación progresiva; y otro con secuelas graves sobre la economía.

Para el primer escenario, afirma el rol del campo es fundamental para aminorar el impacto. “Una cosecha levantada sin contratiempo apoyaría el recupero en los meses críticos de abril, mayo y junio, con una comercialización que podría extenderse hasta agosto”, indicó Bull Market, que estima que lo perdido en parte se recuperaría a partir de la semana treinta del año y se prorrogaría por el resto de 2020. “Aun así, la pérdida continúa por encima de los US$ 40.000 millones y empleos gravemente afectados por 1,7 millones”, estimó.

En el segundo caso, la economía se iría activando por etapas. “Primero sectores intensivos en capital, luego intermedios y finalmente los intensivos en mano de obra”, señaló. En este escenario, la situación en empleo, recaudación y PIB es similar al optimista.

El tercer escenario sería secuencial, espaciado y con shocks intermedios, en el que las restricciones cambiarias y la brecha no ayudan en el proceso de recuperación. En este caso, la pérdida alcanza los US$ 77.000 millones con dos shocks cambiarios; el desempleo llega a 2,8 millones de afectados; y la pérdida fiscal alcanza los US$ 15,4.000 millones.

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