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"Los temores sobre una crisis en China están equivocados"

Entrevista a Ricardo Arriazu

10 septiembre de 2015

En las últimas semanas, las Bolsas y los mercados mundiales están muy nerviosas por los temores de un aterrizaje brusco o, incluso, una crisis en China. ¿Son acertados esos temores o, una vez más, los que apuestan a una crisis en China están equivocados?

Están equivocados. Cuando China movió su tipo de cambio de referencia todo el mundo dijo “China devaluó, hizo una devaluación competitiva, entró en una guerra de monedas y lo hace porque le cayeron las exportaciones y necesita crecimiento”. Eso demuestra varias ignorancias. Si uno pretende cambiar una estructura productiva con una devaluación de menos del 3%, no la consigo. En segundo lugar, hay dos mercados para el yuan: uno offshore y otro onshore. Los dos están ligados y en ambos se pueden liquidar operaciones de la cuenta capital. En el mercado onshore interviene el Banco Central de China y tiene una banda de fluctuación. Los chinos llevaron el yuan al tope de esa línea de fluctación. ¿Por qué lo hizo? ¿Porque tiene un problema de cuenta corriente? No, en el primer trimestre tuvo el superávit más alto de la Historia.   Excepcional: 10 puntos del PIB. Han tenido superávit todo el tiempo y, con eso, es imposible que los otros países acepten que China devalúe. Para hacerla corta, lo hizo para que incluyan el yuan en los DEG's del FMI y, para ello, le habían pedido que tenga más flexibilidad en su moneda. El problema es que tuvo tan mal timing y lo hizo justo cuando están cayendo las materias primas, Japón mostró un PIB negativo y ellos tuvieron un mes de caída en las exportaciones. Hay un grupo de personas que dicen que China no está creciendo porque no sube la demanda de electricidad, se abrió la Caja de Pandora y generó una cantidad de efectos en otros mercados. Independientemente de eso, la Bolsa china había subido muchísimo antes, aunque no había llegado a los niveles de 2007. O sea que, en realidad, no había subido tanto en relación al PIB. La burbuja fue causada por los locales porque no saben qué hacer con sus excedentes y sus ahorros. Eso generó un gran problema y despertó la sensación de que el mundo se va a venir abajo. Yo estoy en desacuerdo. En el reciente seminario de Techint, vino un economista chino y dijo que el PIB iba a seguir creciendo al 8%. Yo no creo que crezca a esa cifra sino, más bien, que va a ir creciendo cada vez menos, como le pasó a Alemania y Japón, y después a Hong Kong y Taiwán, porque las condiciones que me permiten crecer van cambiando.

Una economía que sí está en crisis es Brasil. ¿Cómo está viendo lo que pasa allí?

Brasil fue muy prudente hasta el 2006 y, en ese año, para ganar una elección, el gasto aumentó 6 puntos y, desde entonces, se dedicó a aumentar el gasto. El consumo pasó de ser el 75% del PIB al 88% del PIB, a costo de la inversión y el endeudamiento, es decir, con déficit en cuenta corriente. Cuando caen los precios internacionales, es más pobre. Lo mismo nos pasa a nosotros. Y los mercados ya no le quieren prestar y, entonces, no crece porque no tiene inversión. Es el típico caso de populismo sin darse cuenta que está en el medio de un ciclo. Está ajustando, y lo está haciendo bien, pero el ajuste siempre es duro y justo en el medio del escándalo de Petrobras.

¿Cómo impacta la caída en las materias primas en Argentina?

Como los brasileños, somos más pobres. El valor de la cosecha cayó U$S 6.000 y en 2016 podría caer otros U$S 4.000 millones. Somos más pobres. Lo que hay que hacer es reemplazar ese influjo. Podemos arrancar distribuyendo mejor el valor de la cosecha. El Gobierno y otros sectores subsidiados se han llevado una parte importante. Si queremos que el sector agropecuario produzca en un entorno de menores precios, está claro que tiene que cambiar la forma de distribución, es decir, menos retenciones, eliminar los ROE, tener un tipo de cambio más competitivo, etcétera. Pero también hay que dinamizar otros sectores en los cuales Argentina tiene potencial y para eso se requieren las condiciones necesarias para que eso pase. Pero lo más importante es que el sector privado se está llevando la plata y no está invirtiendo porque hay desconfianza. La manera de evitar la recesión es hacer que los argentinos inviertan en Argentina y eso va a traer a los inversores. Con eso, nos olvidamos del efecto de las materias primas porque lo estaríamos compensando.

¿A eso se refiere con el “shock sectorial”?

No están dadas las condiciones ni de crisis para hacer lo que hay que hacer, que es un shock. En consecuencia, ninguno se va a animar a hacerlo, y sería complicado hacerlo. La única alternativa es que haya gradualismo en lo que es políticamente sensible pero agresivo en lo que es potencialmente más remunerativo.

¿Cuáles son las variables que requieren sensibilidad?

Tarifas y salarios, es decir, tipo de cambio. Tarde o temprano se va a hacer, no hay dudas, pero se va a hacer gradualmente porque son medidas impopulares.

¿No ve una gran devaluación en 2016?

No al nivel al cual posiblemente tenga que ir. Si veo que todos van a intentar a hacer algo.

¿O sea que el tipo de cambio real seguirá atrasado?

Sí. Menos, pero atrasado igual.

Dijo que no están dadas las condiciones para un ajuste tipo shock. ¿Por qué?

No hay demanda popular por un ajuste que cambie las cosas en serio. La mayoría de la gente quiere que la cosa siga exactamente como está. No quieren perder beneficios. ¿Quiénes quieren el cambio? 300.000 agricultores, pocas empresas altamente competitivas y algunos intelectuales que miran el largo plazo. ¿Quiénes están en contra? 16.000.000 millones de trabajadores y subsidiados, 6.000.000 de jubilados y las empresas protegidas.

¿Y qué pasa si hay siga siga en la política económica?

No le veo muchas chances. Con la caída en el precio del valor de la cosecha y con la desconfianza estamos perdiendo reservas. Lo estamos compensando con el swap de China, que se puede usar para algunas cosas pero para otras no. En un plazo finito, esto se termina. Al menos que hagan mucho más profundos los controles y muchos más profundas las restricciones. No veo a ningún candidato en esa dirección.

¿O sea que cuando Daniel Scioli dice que quiere ser “el Presidente de la inversión” está acertando el diagnóstico?

Los tres están hablando de lo mismo. Básicamente, como hago para atraer inversiones ya que los precios de las materias primas no me van a jugar a favor.

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