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Hay potencial en agroquímicos

25 octubre de 2016

por Paula Español (Radar Consultora y ex Subsecretaria de Comercio Exterior)

El agro tracciona incorporando tecnología y valor agregado. Podemos ser el supermercado del mundo. Estas y otras máximas se escuchan una y otra vez, como si el mero hecho de ser un país con abundantes recursos naturales y alimentarios las validara automáticamente. Esto no es así, y la dinámica reciente del sector de agroquímicos es una prueba de ello. Luego de la devaluación y la quita/reducción de las retenciones a los granos (trigo, maíz y soja), las expectativas reinantes para la campaña 2016/2017 suponían un boom inversor en la producción agrícola, elevando el consumo esperado de agroquímicos y, por lo tanto, la producción del sector. Sin embargo, los números muestran una situación que se contrapone con el optimismo inicial.

Los agroquímicos se dividen básicamente entre fertilizantes y fitosanitarios: herbicidas, insecticidas, fungicidas, etcétera. La producción nacional de fertilizantes necesita complementarse con productos importados para cubrir la demanda local mientras que, para el caso de los fitosanitarios, en particular los herbicidas, nuestro país cuenta con capacidad instalada para cubrir la demanda interna e, incluso, exportar el excedente.

En efecto, Argentina, siendo el tercer mercado del mundo en el consumo de herbicidas, luego de Estados Unidos y Brasil, está en condiciones de abastecer dicho consumo por medio de sus 7 plantas de síntesis y otras 120 de formulación ?entramado industrial formado por empresas de diversos tamaños, tanto de capital nacional como multinacionales líderes mundiales en el sector-.

No obstante, el incremento de la demanda de fitosanitarios que se observó en los últimos meses fue cubierto de manera creciente por compras del exterior. En particular, las importaciones de herbicidas ?medidos en cantidades? crecieron 36% interanual, o sea, en el periodo enero-septiembre comparado con 2015. Esta dinámica se aceleró en los últimos meses, en particular en el último trimestre (71% interanual) y se observa en los tres principales productos: glifosato (84%), atrazina (342%) y 2,4D (26%). Como principales orígenes se destacan Estados Unidos (73%) y China (63%), éste último particularmente preocupante por la baja calidad del producto y los menores controles sanitarios y ambientales que posee la producción en dicho origen ?representando más de la mitad de toda la importación de herbicidas?.

La menor producción se detecta también en la menor importación de insumos del sector (-6%), un indicador importante ya que la gran mayoría de las empresas formulan en base a principios activos importados sin producción local. Este panorama pone en peligro, según referentes del sector, cerca de 40% de los puestos de trabajo. Y esto sin perder de vista que se trata de un sector cuyo mayor desarrollo podría implicar una menor demanda de divisas, ya que se importan entre US$ 600 y US$ 700 millones por año.

En definitiva, nuestro país tiene todos elementos necesarios para desarrollar esta rama productiva: el mercado, las empresas, una historia de desarrollo en el sector, la tecnología y un conjunto de actores vinculados a la investigación e innovación que puede acompañar el proceso. De la misma manera que Finlandia ?economía caracterizada por sus recursos forestales? se transformó en referente internacional de la maquinaria, la electrónica y los insumos químicos que la explotación forestal requiere, Argentina debe convertirse en una potencia exportadora de agroquímicos y maquinaría agrícola. Sólo recorriendo este camino podremos potenciar las oportunidades que nos brinda el campo para la consolidación de un país pujante que incluya a todos los argentinos.

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