La importación de vinos chilenos de parte de grupos vitivinícolas mendocinos puso en alerta a productos de San Juan, que apuestan a una sustancial mejora en los precios esta temporada. La noticia cayó mal, en momentos en que el sector atraviesa dificultades propias de un ciclo económico como el actual, en el que todas las variables macroeconómicas están buscando un nuevo punto de equilibrio.
Desde el gobierno de San Juan, los partidos de la oposición y los sectores productivos cuestionan que el país permite el ingreso de productos vitivinícolas producidos en el exterior, una medida que va en contra de los industriales locales y “afecta seriamente a las economías regionales donde se produce vino de calidad y en cantidades suficientes”, señalaron.
Según fuentes periodísticas de Mendoza, por el momento se habrían registrado operaciones de importación a cargo de tres compañías, entre las que se mencionan a RPB, uno de los mayores fraccionadores, Fecovita y Peñaflor. El gerente general del grupo RPB, Daniel Catalá, señaló al diario Los Andes que la marca “apuró la compra de diez millones de litros a granel en Chile”. Por su parte, y según la misma publicación, la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) “habría importado cinco millones de litros”, en tanto que otros gigantes, en este caso Peñaflor, “está en tratativas para importar vino español”.
Voces en contra
Juan José Ramos, titular de la Asociación de Viñateros Independientes, destacó que “esto atenta contra la recuperación del productor al que hace años se le vienen pagando precios irrisorios”, al tiempo que denunció que “se trata de una maniobra por parte de grupos monopólicos para bajar los precios de la uva y el vino de la cosecha que se avecina”. En este sentido, desde la Federación de Viñateros, Eduardo Garcés subrayó que “la Nación está haciendo un esfuerzo muy grande pagando un programa para eliminar el supuesto sobre stock vínico que hubo hasta el año pasado”, por lo que “estas maniobras vuelven estéril esa medida”.
