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¿Cómo destrabar o evitar los conflictos entre socios de una empresa?

Las diferencias siempre existirán, pero lo importante es que tengamos claro cómo resolverlas y superarlas para seguir adelante.

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30 septiembre de 2024

La creación y el funcionamiento de sociedades forman parte natural del universo de los negocios. Dos o más personas que se juntan, planifican y emprenden llevando adelante una empresa de manera conjunta. En el escenario ideal, la armonía reina de manera permanente, los planetas se alinean y los conflictos están ausentes. Sin embargo, en la realidad el panorama es bien diferente.

Los conflictos y las diferencias sin dudas surgirán, y lo importante es saber cómo dirimirlos. Esto es especialmente importante en las sociedades integradas por dos personas al 50%. ¿Por qué? Porque el surgimiento de un desacuerdo importante y la incapacidad para tomar una determinación conjunta puede trabar e incluso llegar a paralizar el negocio.

Afortunadamente, estas situaciones se pueden prever en los Acuerdos de Accionistas o en el Protocolo Familiar, en caso de que la sociedad tenga ese carácter. Allí se pueden establecer formas de desbloquear potenciales empates a través de diferentes alternativas que permiten resolver las situaciones sin intervención judicial y lograr que el negocio continúe su marcha.

Entre esas alternativas, muchas incluyen la participación de un tercero. Puede ser en forma de árbitro externo, puede ser un CEO profesional que tenga la potestad de decidir, también existe la posibilidad de crear un directorio de tres (una sociedad 49/49/2%) para que en situaciones de empate la definición quede en manos del accionista minoritario.

También hay fórmulas que permiten resolver la situación sin el concurso de terceros, sólo entre ambos socios. Entre ellas, acordar previamente que cada uno tenga la última palabra según de qué área o unidad de negocios se trate, o bien que ya de entrada, aunque las utilidades se dividan al 50%, se establezca que uno de los dos prevalece sobre el otro en la toma de decisiones.

Sin embargo, hay otros factores a contemplar en la génesis de la sociedad que pueden disminuir significativamente las probabilidades de que se generen conflictos. 

Según Gustavo Schutt, consultor especializado en Exit Planning y autor del libro "La reinvención del dueño", hay aspectos que van más allá de la amistad o la confianza, y que ayudan a que una sociedad sea más armónica y complementaria.

"Es importante que haya una visión compartida, que el aporte y la relevancia de cada uno sea equivalente, lo mismo que la dedicación, a la vez que exista una diversidad en las competencias y habilidades, para que se genere una verdadera complementariedad y no se superpongan. Todo esto influirá de modo sustancial para que la convivencia sea menos conflictiva", asegura el experto.

Un tema aparte dentro de esta problemática son las sociedades que involucran a los cónyuges o a otras personas de la familia. En esos casos, el Protocolo Familiar juega un rol crucial.  

"El trabajo de consenso de un Acuerdo de Socios o Protocolo Familiar requiere de encarar ciertas conversaciones que producen la emergencia de problemas ocultos. Es vital entender que, aunque puede ser incómodo y no deseado, el problema no es que esos problemas emerjan. El verdadero problema radica en que estuvieran sumergidos en primer lugar. Resolver un problema implica una acción concreta por parte de los participantes.  Puede ser un acuerdo sobre cómo abordarlo o, en algunos casos, puede incluso llevar a la decisión de tomar caminos separados. También se puede trabajar para disolver el problema a través de conversaciones y exploraciones para lograr que el punto ya no afecte la dinámica familiar o empresaria", explica Carlos Fiorani, abogado y consultor de empresas y dueños.

En cualquier caso, la regla general es que cuanto más se prevé, cuanto más claras y detalladas son las reglas que se establecen, menos posibilidades habrá de que los conflictos lleguen a obstruir el normal desarrollo de las actividades de la empresa. Las diferencias siempre existirán, pero lo importante es que tengamos claro cómo resolverlas y superarlas para seguir adelante.

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