Las ventas minoristas en China subieron en octubre el 7,6% anual. Se trata de un dato clave porque la economía necesita fortalecer el consumo interno para lograr que el PIB suba en torno al 5% como pretende el Gobierno. Los bancos de inversión y el FMI proyectan, incluso, una expansión algo mayor.
Por otra parte, la producción industrial creció 4,6%. Esos indicadores positivos se contraponen con la desaceleración de la inversión en activos fijos que anotó un incremento de solo 2,9% anual como consecuencia de un freno en los proyectos inmobiliarios.
A su vez, la tasa de desempleo se mantuvo en el 5%. El desempeño de la segunda economía del mundo fue mejor de lo esperado y eso asegura una mayor actividad a nivel global.
De todas maneras, y aprovechando un contexto deflacionario, las autoridades siguen tomando medidas de estímulo monetario para lograr un crecimiento mayor.
Por eso, el Banco del Pueblo de China realizó una gran inyección de liquidez este miércoles y mantuvo la tasa de los préstamos para que haya un mayor financiamiento para la producción.
La economía entró mejor posicionada al último trimestre de año, pero muchos analistas proyectan que el crecimiento en 2024 será algo menor que el de 2023.
Las tasas de crecimiento de China de principios de siglo ya no volverán, y los próximos años se ubicarán entre el 4% y el 5% anual, que de todas maneras, serán superiores a las de los países desarrollados.
La actividad en China es clave para los países exportadores de materias primas porque es la que sostiene la demanda global.
