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Los precios de los cuatro minerales claves de la transición energética van a vol
Gran oportunidad para Argentina

Los precios de los cuatro minerales claves de la transición energética van a volar

Según el FMI, los precios del cobalto, el litio y el níquel aumentarían "varios cientos por ciento" con respecto a los niveles de 2020

11 noviembre de 2021

El histórico giro mundial hacia la disminución de las emisiones probablemente desencadenará una demanda sin precedentes de algunos de los metales más importantes que se usan para generar y almacenar energía renovable en un escenario de cero emisiones netas de aquí a 2050.

El consecuente aumento de los precios de materiales como el cobalto y el níquel crearía un período de prosperidad para las principales economías que los exportan, pero la escalada de precios podría durar hasta finales de esta década y descarrillar o retardar la propia transición energética.

Los precios de los metales industriales, fundamentales para la economía mundial, ya han registrado un importante repunte pospandémico conforme se han ido reabriendo las economías. 

Los datos surgen de un nuevo informe de varios economistas del FMI: Lukas Boer, Andrea Pescatori, Martin Stuermer y Nico Valckx.

“Por ejemplo, el precio del litio, que se usa para las baterías de los vehículos eléctricos, podría subir de su nivel de 2020 de aproximadamente US$ 6.000 por tonelada métrica a alrededor de US$ 15.000 por tonelada métrica a finales de esta década, y permanecer en niveles elevados durante la mayor parte de la década de 2030. Los precios del cobalto y el níquel también registrarían alzas similares en los próximos años”, dijeron.

Concretamente, los precios del cobalto, el litio y el níquel aumentarían varios cientos por ciento con respecto a los niveles de 2020, y alcanzarían máximos en alrededor de 2030

La demanda tiene que ver con algo a veces genera contradicciones en los ambientalistas: las tecnologías de bajas emisiones ?energía renovable, vehículos eléctricos y captura de hidrógeno y carbono? usan más metales que los combustibles fósiles.

Ese grupo incluye el cobre y el níquel, “dos importantes metales tradicionales que se han cotizado en Bolsa durante décadas”, y el litio y el cobalto, “de menor pero creciente importancia”.

En un escenario de cero emisiones netas de CO2, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el consumo de litio y cobalto tienen que aumentar más de seis veces para cubrir las necesidades de las baterías y otros usos de energía limpia. El uso del cobre se duplicaría y el del níquel se cuadriplicaría, aunque esto contempla necesidades no relacionadas con la energía limpia.

La otra cara de la moneda es que la oferta crece, pero no tan rápido.

“El cobre, el níquel y el cobalto se extraen de minas, con procesos que requieren fuertes inversiones y que, según la AIE tardan en promedio más de una década en pasar del descubrimiento a la producción. En cambio, el litio suele provenir de manantiales minerales y salmueras, y se extrae bombeando agua salada subterránea. Esto acorta los tiempos de gestación de la nueva producción a un promedio de aproximadamente cinco años”, dice el reporte del FMI. 

El reciente análisis del personal técnico del FMI muestra que “los precios podrían alcanzar máximos históricos durante un lapso sin precedentes”.

Concretamente, dicen, los precios del cobalto, el litio y el níquel aumentarían varios cientos por ciento con respecto a los niveles de 2020, y alcanzarían máximos en alrededor de 2030. El cuello de botella que presenta el cobre, en cambio, no es tan grave porque su demanda no aumenta tan bruscamente. 

Un auge duradero de los precios de los metales también podría reportar cuantiosos beneficios económicos a los grandes exportadores: Argentina podría estar en ese lote

Como la inversión para producir es alta, “los cuatro metales podrían incidir en la economía a través de la inflación, el comercio y el producto, y generarían importantes ingresos excepcionales para los productores de estas materias primas”.

El informe del FMI no cita a Argentina como uno de los ganadores. En cambio, habla de la República Democrática del Congo, que representa alrededor de 70% de la producción mundial de cobalto y la mitad de las reservas. Otros casos destacables son Australia, por su litio, cobalto y níquel; Chile, por cobre y litio, junto con Perú, Rusia, Indonesia y Sudáfrica.

La conclusión del trabajo es que debería haber alguna coordinación, “análogo a la AIE o a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura”, que evite que la suba de precios y una oferta escasa frenen el camino hacia la transición energética.

Sumada a los lentos cambios en la oferta, la escalada de la demanda puede empujar los precios al alza

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