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Juegos de Río 2016: promesas incumplidas

A pocos días del inicio, la organización no pudo solucionar el grave estado de contaminación que presenta la Bahía de Guanabara, que albergará las competiciones de vela.

03 agosto de 2016

El viernes comienzan los juegos de Río y Brasil ya está contagiada por el clima que genera el certamen olímpico. Las noticias que llegan desde el país vecino son en general, buenas, y las expectativas que genera la delegación argentina crece todos los días, con el objetivo de superar la magra cosecha de seis medallas de Londres 2012. Sin embargo, una de las grandes preocupaciones que emergen en la previa del gran evento, es la condición de las aguas de la Bahía de Guanabara, donde competirán atletas en competiciones de vela.

La situación de unos de los centros que albergaran las pruebas provocó críticas y especulaciones hasta las últimas horas. La organización prometió en 2009, cuando la ciudad quedó elegida para organizar los juegos, en limpiar el 80% de la bahía. Promesa que quedó inconclusa. Distintos medios publicaron en los últimos días informes y fotos preocupantes. Las voces oficiales argumentan que las condiciones están mejor de lo que se esperaba y que no existe riesgo de que los atletas sufran enfermedades.

Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), declaró que “lo que hemos ido viendo es que hay problemas de contaminación” pero sostuvo que “tenemos atletas compitiendo y viviendo al lado de la bahía y hasta ahora no hemos tenido ningún reporte”. Asimismo, señaló que se tomaran las medidas pertinentes. “Cuando terminan de competir se bañan con desinfectantes, se cuidan las heridas”, agregó el directivo. Según un lapidario informe del New York Times, noventa y tres piletas olímpicas de aguas cloacales derivan en la bahía todos los días, de las cuales solo la mitad son tratadas, y sostiene que los aproximadamente 1.400 atletas atletas que competirán en las aguas de Guanabara tienen posibilidades de contraer bacterias.

Entre las medidas tomadas por los organizadores, durante meses una flota de doce barcos recolectores de basura, “ecobarcos”, patrullaron y pescaron un promedio de cuarenta y cinco toneladas de basura por mes. “Hemos encontrado perros muertos, ratas, gatos, de todo”, le afirmó uno de los trabajadores a la agencia de noticias AFP. Según consignaron integrantes de los distintos equipos, la posibilidad de enfermarse no es un problema que preocupe a los atletas. Lo que inquieta a los competidores es la basura flotante y los objetos que puedan aparecer, capaces de desacelerar el ritmo o dañar los barcos. El portavoz de los Juegos Olímpicos en Brasil, Mario Andrada, garantizó que los deportistas “podrán competir sin que su salud corra peligro”.

Los ecobarcos y las ecobarreras serán parte de los mecanismos diarios de prevención en la bahía. Todos los días un helicóptero analizará las corrientes marinas para que los doce barcos puedan recoger la basura y las barreras accionar en la detención de los residuos. Habrá además un sistema de tuberías para evitar el flujo de aguas “fétidas” en la Marina de Gloria, punto de partida para las embarcaciones.

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach, respondió a las duras declaraciones del diario neoyorquino, que en palabras de un pediatra que reside en Rio de Janeiro publicó que los deportistas van a navegar entre “excremento”. Según Bach, el agua de la bahía está de acuerdo con los niveles exigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Estamos haciendo cuatro pruebas por día, cumpliendo los requisitos de la OMS. Se están tomando todas las medidas necesarias para eliminar cualquier residuo sólido de la zona”.

Las condiciones de la Bahía se suma a muchos de los temores en torno a los Juegos. Brasil llegó con el tiempo justo y con varias complicaciones para dar comienzo a los juegos, que por primera vez se realizarán en Sudamérica. El estado de la Villa Olímpica, el virus del Zica y el miedo a un ataque terrorista son la sombra que persiguen a los organizadores y también al presidente de Brasil, Michel Temer, que aseguran tener todo listo para que comience la fiesta.

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