Luego de diez subas consecutivas, el Banco Central Europeo mantuvo este jueves la tasa de interés como descontaba el mercado. La tasa de depósito quedó en 4%, el nivel más alto desde que nació la institución en 1998.
El euro retrocedió frente a otros monedas porque los mercados interpretan que la tasa ya no volverá a subir y permanecerá en este nivele levado por bastante tiempo.
Los márgenes de acción del BCE son estrechos porque la inflación está bajando más despacio de lo esperado y el crecimiento del PIB sería inferior al 1% este año.
La mayor preocupación es el desempeño de la economía de Alemania que es el motor de la región. De todas maneras, los analistas esperan buenas noticias en materia de inflación porque la de este mes podría ubicarse en el 3%, que sería el nivel más bajo en dos años.
La decisión del BCE está en línea con la de otros bancos centrales, entre ellos los de Inglaterra, Canadá y México, que han hecho una pausa en el ciclo alcista de las tasa de interés.
En esa situación también está la Reserva Federal que tampoco hará cambios en su reunión de la semana que viene. Otras autoridades monetarias, como las de Brasil, ya comenzaron a reducir las tasas. Pero ni en Estados Unidos ni en la zona euro cabe esperar un recorte hasta el segundo trimestre de 2024.
La propia Christine Lagarde afirmó al término de la reunión del BCE que discutir sobre un recorte de la tasa es "totalmente prematuro".
