Tasas de inflación más elevadas durante un tiempo más prolongado que el estimado junto con una desaceleración en los niveles de crecimiento es la combinación incómoda, aunque para muchos transitoria, que está en el centro de la economía global.
En Estados Unidos, la Reserva Federal empezará un paulatino desmantelamiento de la compra de activos a partir de noviembre, pero no prevé un incremento de la tasa de interés hasta fines de 2022 o comienzos de 2023.
Esto es consecuencia de que la autoridad monetaria considera que la aceleración de los precios es transitoria y que los estímulos deben mantenerse hasta tanto la economía se normalice y la tasa de desempleo vuelva al 3,5% previo a la irrupción de la pandemia.
Los mercados interpretan que la Fed será la última autoridad monetaria del mundo en subir la tasa de interés y por ese motivo el dólar se debilita frente a una canasta de monedas. Sin embargo, un funcionario de la Fed, Randal Quarles, afirmó ayer que si la inflación se mantiene elevada en los próximos meses, habría que anticipar la suba de tasas.
La situación de la economía fue radiografiada en el Libro Beige difundido ayer con la recopilación de distinto tipo de información en los doce distritos que componen el sistema de la Reserva Federal. Las empresas perciben que la inflación seguirá elevada y que la actividad se desacelera. Los analistas estiman que el PIB habría registrado un crecimiento de 3,1% en el tercer trimestre que contrastaría con una expansión de 6,7% en el segundo.
En la zona euro, la inflación anual en septiembre llegó a 3,4% mientras que en agosto había sido de 3,0%. La suba mensual fue de 0,5% con una fuerte influencia de los precios de la energía. Entre las economías más grandes, Italia y Francia tuvieron una inflación anual inferior al promedio mientras que Alemania y España lo superaron. Según un documento publicado ayer por el FMI se señala que al estar la suba de la inflación asociada a los precios de la energía es acotado lo que puede hacer la política monetaria para moderarla.
La desaceleración del nivel de actividad también se observa en el Asia Pacífico que es la región del mundo que registra la mayor tasa de crecimiento. Segú el FMI, el PIB subirá 6,5% este año, 1, 1 punto porcentual menos que en la estimación difundida en abril y la expansión se reduciría a 5,7% en 2022.
En una entrevista reciente con El País de España, Gita Gopinath, Economista Jefa del FMI, descartó que la economía global vaya camino a la estanflación, más allá de los desafíos que enfrenta. "Esperamos que la economía mundial crezca 5,9% este año y 4,9% el que viene. Es un crecimiento muy saludable. Es cierto que estamos viendo shocks por el lado de la oferta y una energía más cara, lo que golpea a la industria y a la actividad y se traduce en precios más altos, pero de ahí a hablar de estanflación? Para hablar de estanflación, la economía tendría que estar estancada y la inflación fuera de control. Y ese no es nuestro escenario base", dijo.
