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China a EE.UU.: “Nos satanizan y nos culpan por sus propios problemas estructurales”

Washington ve a Pekín como un “enemigo imaginario”, dijeron. “Les urgimos a cambiar su mentalidad equivocada”, agregaron

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27 julio de 2021

El 25 y 26 de julio pasado, la subsecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman, mantuvo reuniones con sus pares chinos en Tianjin. Los encuentros se dieron en un contexto de máxima tensión entre ambas potencias.

Hasta el pasado fin de semana, solamente John Kerry, emisario de EE.UU. por el cambio climático, era el único funcionario de alto rango que había viajado a China.

Sherman, segunda funcionaria de mayor jerarquía en política exterior de EE.UU., se reunió con el ministro de Relaciones Exterior de China, Wang Yi, y más tarde con el viceministro Xie Feng, en lo que fue descripto como un encuentro "franco y abierto”.

Según el departamento de Estado, los funcionarios discutieron sobre las ambiciones expansionistas de Pekín en el mar de la China Meridional y Hong Kong, los ataques cibernéticos y los abusos contra la minoría uigur, entre otros asuntos. Además, Sherman resaltó que esperan mayor cooperación del Partido Comunista para averiguar cómo fue el origen del coronavirus.

Aunque en algún momento se especuló con que podían llegar a negociarse las bases para una futura cumbre entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping, ambos gobiernos dijeron que esto no fue analizado.

Más allá de la buena predisposición, el ministerio chino le envió un duro mensaje a Washington: "La esperanza puede ser que, al satanizar a China, Estados Unidos pueda de alguna manera (...) culpar a China por sus propios problemas estructurales”.

"Como si una vez que se suprima el desarrollo de China, los problemas internos y externos de EE.UU. se resolverán, EE.UU. volverá a ser grandioso y su hegemonía continuará”, agregó de manera desafiante.

Washington ve a Pekín como un "enemigo imaginario" y por eso " le urgimos a cambiar su mentalidad equivocada y su política peligrosa”, sentenció la Cancillería del gigante asiático.

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Pekín le apunta a un sector “secuestrado por el capital”

En su lucha por aumentar su tasa de natalidad, China endureció las normas contra el sector educativo con fines de lucro. En el gigante asiático, los cursos de refuerzo y de preparación de exámenes mueven miles de millones de dólares. En 2018, representó U$S 260.000 millones. Estos son considerados cruciales para asegurar el ingreso a las universidades de China. Según cifras oficiales, más del 75% de los estudiantes de entre 6 y 18 años asistieron a este tipo de clases en 2016. Por un lado, las nuevas medidas buscan reducir las cargas horarias y la presión sobre los niños y adolescentes. Por el otro, teniendo en cuenta los altos costos extras, la idea es aliviar la presión financiera de los padres. A partir de ahora, se prohíbe que las empresas ofrezcan clases los fines de semana o los días feriados. Además, tampoco se permitirá que obtengan ganancias a través de la enseñanza de materias básicas. Así, todas las instituciones que brindan tutoría escolar serán registradas como organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, muchos expertos consideran que la medida podría desembocar en un resultado inverso. Esto se debe a que el verdadero problema estaría en los colegios, los cuales no llegan a cubrir los conocimientos necesarios para ingresar en una universidad. A partir de ahora, es probable que muchos padres contraten tutores privados, lo cual haría aún más costoso mantener a un hijo. Las empresas del sector sintieron el impacto. New Oriental Education & Technology, por ejemplo, perdió US$ 8.000 millones de capitalización de mercado en dos ruedas.

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