Tras una histórica asunción, el flamante nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, puso manos a la obra y ya comenzó a diagramar el futuro del país trasandino.
El viernes, el exlíder estudiantil asumió en Valparaíso en un multitudinario acto que contó con símbolos feministas, de pueblos originarios y contra la dictadura. Allí, se destacó el nuevo gabinete, compuesto por 14 mujeres y 10 hombres.
Boric recibió la banda presidencial y la mítica piocha de O'Higgins, símbolos del traspaso de poder, de manos del presidente del Senado, el socialista Álvaro Elizalde, y del mandatario saliente, Sebastián Piñera, de 72 años, quien concluyó su segundo mandato (2010-2014 y 2018-2022).
Sin embargo, Boric no quiere que su discurso se convierta en palabras vacías. Ayer, el nuevo mandatario señaló al cierre de un acto cultural, denominado "Cambio de Mando Ciudadano”, que entiende la necesidad de "recomponer confianzas" en el país y que "lo simbólico no basta".
“Tenemos que trabajar para que, al final del día, nuestro Gobierno haya mejorado en conjunto la calidad de vida de nuestro pueblo”, agregó.
En este sentido, aunque reconoció que tendrá un duro trabajo por delante, se mostró más que optimista: “No pretendo en un día, en un par de minutos, en los cuatro años cambiar todo lo que está mal. La historia es mucho más larga que nosotros: aprendemos de quienes estuvieron antes y vamos a dejar tareas a quienes vengan después”.
