El dólar soja 4.0, o nuevo conejo de la galera que sacó Massa para jugar sus últimas cartas -que es considerado un parche temporario por los analistas- permitió crear una coyuntura de tranquilidad cambiaria, en la que ayer el BCRA logró comprar algunos dólares y sumar unas pocas reservas. Y al mismo tiempo, con pura intervención estatal, los bonos lograron subir, por lo que el riesgo bajó.
Pero -tras el 12,5% de inflación difundido el miércoles por Córdoba para agosto- ayer se conoció que la inflación porteña del mes pasado fue del 10,8%, lo cual significa 127,3% en doce meses, y eso tuvo un doble efecto: los dólares futuros vuelan y las acciones argentinas sufrieron otra fuerte herida (aquí y en Nueva York), con un mundo bursátil que también fue débil por malos datos de la economía china.
Marco externo complicado
Este diverso resultado del mercado local, con dólar tranquilo, bonos mejor y acciones muy en baja, enfrenta un panorama internacional con claroscuros: China sigue entregando datos económicos cada vez más preocupantes y EE.UU. continúa con indicadores muy vigorosos, por lo que se duda sobre lo que en definitiva termine haciendo la Fed con su tasa de interés, ya sea en setiembre o en los próximos doce meses.
Ayer, por ejemplo, las solicitudes de ayuda por desempleo en EE.UU. fueron de apenas 216.000 pedidos, el nivel más bajo desde febrero, contra 229.000 de la semana anterior, cuando se esperaba que hubiera al menos 234.000 pedidos. Esto indica que el mercado laboral sigue muy firme, la inflación no se rendirá fácil, y posiblemente la tasa base de Jerome Powell puede llegar a subir otro escalón de 25 puntos básicos en setiembre o diciembre, y casi con seguridad se mantendrá en niveles incómodamente elevados hasta al menos la mitad de 2024, lo cual es un inconveniente para activos y endeudados.
La reacción de los mercados
Con estos números, ayer se mostró un leve freno en las tasas largas de EE.UU.: se pagó 5,4% anual a 1 año de plazo, 4,4% a 5 años, 4,3% a 10 años y 4,4% a 30 años. Y con eso en el exterior el dólar global volvió a levantar temperatura: subió 1,3% en Chile, 0,4% en China, 0,3% contra el euro y la libra y 0,1% en México, no cambió en Brasil y bajó 0,3% en Japón.
A nivel local, mientras gracias a la composición del nuevo dólar soja (75% tipo de cambio oficial y 25% CCLl) el precio del cereal tuvo un salto en el mercado de Rosario, ya que de pagarse $125.000 por tonelada hasta hace pocos días ayer se pagó $155.000, aparecieron más productores vendiendo, por lo que el BCRA terminó comprando US$ 58 millones en el mercado de cambios, la mayor suba de los últimos días, al tiempo que logró sumar US$ 20 millones a las reservas (a pesar de que el yuan está en su menor nivel desde 2007, algo que afecta el valor del swap que contabiliza la autoridad monetaria como reserva teórica). Pero, con una señal que sigue encendiendo alarmas, Reconquista 266 chupó ayer de los bancos depósitos por otros $1,8 billones en Leliq cortas (y ya tiene que pagar por estos títulos intereses por más de $2 billones al mes, que son emisión pura).
El dólar en Argentina
Con esta distorsión, que practicó Massa para seguir vivo en su "plan llegar a ser Presidente", logró mantener un día más otra rueda de tranquilidad cambiaria. El dólar blue no cambió y cerró a $720, el Senebi bajó $7 hasta $741,63, el MEP subió 44 centavos hasta $674,84 y el contado con liquidación cayó $21,93 hasta $740,73. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 96% y la del CCL con el mayorista fue del 112%.
Pero por la inflación de Córdoba y de Ciudad de Buenos Aires, y a la espera del IPC que dará el INDEC el miércoles próximo a las 16 horas, un amplio espectro de analistas cree que esta tranquilidad cambiaria es temporaria y, sin ambigüedades, están convencidos de que habrá una nueva devaluación antes de la elección. Y de hecho esto se vio ayer en los incendiados precios de dólar futuro que se operaron en el Rofex: desde el valor actual de $350, se operó para fin de octubre a $410, para fin de noviembre a $509, para fin de diciembre a $655, para fin de enero a $720 y para fin de julio de 2024 a $1.014, el oficial. Y debe considerarse que los dólares libres están más del 100% encima de eso.
Es tan notoria la ebullición del dólar futuro que el BCRA entornó un poco más la puerta y le pidió a los operadores del mercado una mayor precisión sobre acceso al mercado de cambios. En un comunicado lo dijo de la siguiente manera: "Las entidades financieras deberán incorporar a la declaración jurada que firman las empresas para acceder al mercado de cambios que no realizaron, ni lo hicieron sus directores y accionistas, de manera directa o indirecta o por cuenta y orden de terceros, operaciones de títulos valores con liquidación en moneda extranjera".
Caída del riesgo país
Con ese marco, que plantea ahora un corto plazo tranquilo pero un futuro incierto, los bonos argentinos operaron ayer con menos negocios, pero pudieron lograr un repunte de casi 2%, por lo que el riesgo país bajó 47 unidades hasta 2.131 puntos básicos. Todo lo que se negocia en torno a los títulos públicos está muy empastado con las especulaciones electorales. Como Milei y su gente va retrocediendo en todos los anuncios que fueron haciendo, con la inflación encendida y los precios de los alimentos volando, se cree que hay mayores chances de que Bullrich entre al balotaje, y se descuenta que con la reciente incorporación de equipos y anuncios podrá terminar logrando la Presidencia, veremos, nadie lo sabe con certeza.
En cuanto a los papeles privados hay dos situaciones, una local y otra externa. La externa estuvo fundamentalmente envuelta a lo que ocurrió ayer con China. El gigante asiático confirmó que en agosto sus exportaciones marcaron una caída del 8,8% anual y que sus importaciones retrocedieron 7,3%, al tiempo que se conocen dificultades inmobiliarias cada vez más confusas. En ese marco hubo una orden gubernamental -en medio de la puja con EE.UU.- que los empleados públicos chinos tengan restricciones para comprar el nuevo iPhone que está por salir al mercado, por lo que Apple cayó 3% ayer en Wall Street (pierde 10% contra máximos), al tiempo que también ayer la principal Bolsa china sufrió ayer en su índice Shenzhen una caída del 1,8%, pierde 35% contra máximos y volvió a valores que no veía desde 2019.
Todo ese cuadro determinó un cierre mixto en la Bolsa de Nueva York: hubo suba del 0,2% para el Dow, baja del 0,3% para el S&P y descenso del 0,9% para el Nasdaq. Al tiempo que hubo una baja del 1,1% en la Bolsa de San Pablo y un descenso del 0,9% en la de México.
Y en el mercado bursátil local, con incertidumbre extrema, porque nadie sabe qué pasará en los próximos 50 días (hasta la elección del 22 de octubre), los inversores siguieron desensillando a gran velocidad. Así, con $16.248 millones operados en acciones y $26.972 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires se derrumbó nada menos que otro 6,1%. En un día en el que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York sufrieron una caída en bloque del 1% al 5% para IRSA, Central Puerto, Pampa E, Cresud, Supervielle, Edenor, YPF, Bioceres, TGS, Macro, Galicia y Despegar.
Todo este contexto se dio con un panorama de materias primas ralentizadas, posiblemente por el apagón chino. Hubo una baja del 0,8% para el petróleo, metales preciosos y básicos mixtos, mejoras para el trigo en Chicago y Rosario, con la soja también firme. Y un clima selectivo en el mundo cripto, ya que hubo un repunte del 0,6% para el Bitcoin, pero con clima bajista en el resto de los valores del panel.
¿Qué se ve por delante? Ocurre una sorpresa gigantesca cada 10 minutos y todavía quedan 50 días de campaña por delante. Frente a eso, algunas encuestas quieren dar intenciones de voto, incluso con decimales, cuando en los conteos previos a las PASO nadie pudo equivocarse tanto. Lo único seguro es que el desequilibrio macro es gigantesco y, después del 10 de diciembre, o quizás algunos días antes, la realidad o el nuevo Gobierno deberán tomar medidas que provocarán cambios por el momento inimaginables.