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Lunes negro

El mundo tembló, pero Argentina lo sintió poco

Los signos recesivos y maniobras apalancadas contra el yen provocaron un desplome en los mercados externos, con lo peor en la Bolsa de Tokio, y un duro día en Wall Street.

El presidente Javier Milei junto a Victoria Villarruel.
El presidente Javier Milei junto a Victoria Villarruel.
Luis Varela 05 agosto de 2024

Parecía una catástrofe. En las primeras horas del lunes, en Japón, la Bolsa de Tokio abría el día con un dramático derrumbe del 12,4%, que se convertiría en la peor rueda bursátil desde la crisis financiera mundial de 1987. Después del desplome nipón, se fueron sucediendo bajas también importantes, del orden del 6% en otras Bolsas asiáticas, que luego fueron del 2% en Europa, y finalizaron con un duro bajón del 3% en Wall Street.

Sin entender mucho cuáles eran las causas que provocaban en día negro, los inversores argentinos se ponían el casco de combate, ya que la plaza financiera local es caracterizada por tener alto "beta", una nomenclatura financiera que define a los que exageran las caídas si hay bajas y las subidas si hay alzas. 

Pero, sin embargo, Argentina año verde, esta vez no sucedió: es más el dólar blue bajó, los dólares financieros subieron algo, los bonos bajaron pero no demasiado, el riesgo saltó y luego retrocedió (quedando igual en máximos desde marzo) y la Bolsa local tuvo una baja leve, con un volumen operado insólito.

A la hora de analizar lo que sucedía en el mundo, los analistas encontraban dos causas bien definidas. Por un lado, están desde el jueves las señales de desaceleración económica en EE.UU. que pueden llevar a la economía estadounidense a una recesión, y no a un aterrizaje suave (como se esperaba), lo cual hará que la Fed deba apurar y aumentar la baja de tasas que se ve venir para setiembre. Y por otra parte, detrás de esa señal principal, se desencadenó un desapalancamiento gigante en valores japoneses: la semana pasada, tras una extendida caída del yen, el Banco de Japón decidió hacer la primera suba de tasas en 30 años, y eso dejó colgados de un alambre a una montaña de inversores especulativos que jugaban contra el yen, y debieron vender lo que fuera (acciones de la Bolsa de Tokio) para cubrir sus posiciones.

Finalizada la rueda financiera de Japón, los analistas de ese mercado no llegaban a calcular si las operaciones para cubrir posiciones apalancadas ya había finalizado, por lo que nadie podía asegurar si este gran bajón japonés podrá continuar. Pero lo concreto, enfocándose en la posibilidad de recesión en EE.UU., los bancos de inversión JP Morgan y Citibank sacaron informes estimando que desde ahora hasta fin de año la Fed bajará su tasa base entre 100 y 125 puntos básicos, es decir del 5,5% anual actual hasta 4,5% o 4,25% para diciembre. 

Y, efectivamente, el mercado respondió: en un ida y vuelta notable, las cotizaciones contado de los bonos de la Fed tuvieron una volatilidad tremenda, tanto que al cierre las tasas largas de EE.UU. terminaron repuntando: se pagó 4,4% anual a 1 año de plazo, 3,6% anual a 5 años, 3,8% anual a 10 años y 4,1% anual a 30 años. Y con eso, en el exterior el dólar subió 1,1% en México, 0,5% en Brasil y 0,3% contra la libra y en Chile, pero bajó 0,4% contra el euro y en China, y cayó 1,9% en Japón.

A nivel local, con otro día con intervenciones de parte de la mesa de Bausili, con un dólar exportador a $1.049,71, el BCRA vendió US$ 24 millones en el mercado, pero al final del día -por un préstamo del BID recibido- la autoridad monetaria sumó US$ 624 millones a las reservas. 

E insólitamente, en un día donde todos los mercados sólidos se hundían, en la plaza cambiaria argentina el dólar blue bajó $5 hasta $1.390, el Senebi subió $6,39 hasta $1.373,74, el MEP saltó $15,53 hasta $1.346,18 y el contado con liquidación subió $12,56 hasta $1.340,92. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 42% y la brecha del CCL con el mayorista fue del 43%, como si nada hubiera pasado.

Es más, en los primeros minutos del día una mirada por las pantallas de los precios, tanto de los bonos como de las acciones se veían todos números en rojo furioso. Pero con el correr de las horas las cotizaciones se fueron recuperando, hasta que al cierre, con pocos negocios, los bonos argentinos bajaron 1,6% por lo que el riesgo país subió 27 unidades, hasta 1.639 puntos básicos (luego de haber arañado los 1.740 puntos en las primeras horas).

Donde sí hubo números preocupantes a lo largo de toda la rueda fue lo sucedido con otra dura caída en la Bolsa de Nueva York, donde el Dow bajó 2,6%, el S&P cayó 3% y el Nasdaq se hundió 3,4%, con duros descensos en las compañías tecnológicas, no solo por los signos de recesión, sino porque los balances vienen con mala cara, y los papeles están en zonas de burbuja, con valores claramente exagerados. En América Latina, en tanto, los principales mercados también cedieron, pero con bajas más tranquilas: la Bolsa de San Pablo cedió 0,5% y la de México perdió 0,9%.

Y en el mercado bursátil local pasó algo parecido. "Nos hicieron precio, sufrimos menos que el mundo, esto nunca lo vi", decía un operador. Es que con $70.820 millones operados en acciones y $74.519 millones en Cedears (un volumen que cuadruplica a una rueda normal), la Bolsa de Buenos Aires bajó 1%. En tanto que los ADR argentinos que se transan en Nueva York mostraron una suba del 1,5% para TGS, con bajas del 1% al 3,5% para Edenor, Cresud, Pampa E, Macro, Supervielle, Telecom, IRSA, Bioceres, Loma Negra e YPF, cuando en la apertura las caídas rondaban una sangrante pérdida del 10%.

En commodities también hubo volatilidad extrema. Pero al final del día las variaciones quedaron en casi todos los casos más tranquilas. Hubo baja del 0,3% para el petróleo. Los metales preciosos estuvieron en descenso. Los metales básicos continuaron con debilidad. Para bien de Argentina los granos estuvieron para arriba en Chicago, con suba para el maíz en Rosario, ero bajas para la soja, el sorgo y sobre todo el girasol. Donde sí hubo una explosión fue en el mundo cripto con fuertes caídas, sobre todo el Ethereum.

Cuando las luces del día se apagaban la pregunta de todos era la misma: ¿puede extenderse este desastre el martes? Dependerá de lo que decida la Fed, hay rumores de que puede hacer una reunión de emergencia para bajar la tasa antes del encuentro programado para setiembre. Dependerá si siguen apareciendo datos recesivos o no.

Aquí, en Argentina, hubo magia y Adefa (la Asociación Fabricante de Autos) hizo tirar papelitos: julio tuvo la mayor fabricación mensual de 2024, 38,7% más unidades que en junio, aunque todavía 9,8% menos que en julio de 2023. Y las sonrisas fueron todavía más amplias cuando se supo que la exportación mensual de julio también fue la mejor de esta temporada, 35,7% más que en junio y apenas 1,2% menos que en julio de 2023. Esto indica que lo peor de la crisis puede haberse superado.

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