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El 43% de los DEG recibidos se esfumó en solo tres días

Los inversores hicieron la cuenta. El 43% de los DEG que recibió el BCRA el martes, se esfumó entre miércoles, jueves y viernes. Y el resto se irá en pagos al FMI en los próximos 60 días. Por eso se van de los pesos. Compran lo que sea: los dólares libres subieron 2%, y los títulos saltaron 8%.

El 43% de los DEG recibidos se esfumó en solo tres días
Luis Varela 28 agosto de 2023

La semana pasada estuvo signada por dos elementos principales, uno interno y otro externo: aquí fue la tensión social (con saqueos o robos según el Gobierno) y afuera la nueva advertencia de Jerome Powell, avisando que la Fed va a continuar subiendo su tasa de interés base. Y detrás de esos dos componentes hubo reacciones muy diferentes.

En el exterior, las tasas largas de EE.UU. subieron en bloque: se pagó 5,5% anual a 1 año de plazo, 4,5% a 5 años, 4,2% a 10 años y 4,3% a 30 años. Y, y a pesar de eso, en la semana el dólar global estuvo mixto: subió 1,2% contra la libra, 0,7% contra el euro y el yen, 0,3% contra el franco suizo y 0,1% contra el yuan, pero tuvo una baja notable del 2% en Brasil y del 2,6% en Chile.

A nivel local, a pesar de la aprobación del FMI de los DEG por US$ 7.500 millones al filo del abismo, los dólares tampoco se calmaron: hubo un salto del 3,7% para el contado con liquidación, una suba del 1,4% para el blue y del 1,1% para el MEP, mientras que el dólar oficial se quedó clavado desde hace dos semanas en $350, a pesar de que las consultoras privadas advierten que la inflación subió a un escalón más peligroso, y que subirá más.

Esta reacción cambiaria, con una brecha insostenible del 121% entre el CCL y el mayorista, ocurre porque los DEG que transfirió el FMI se desplumaron rápido: de los US$ 7.500 millones, el BCRA ya gastó US$ 3.193 millones en apenas tres ruedas (miércoles, jueves y viernes), por pago de deudas, por intervenciones en el mercado y por asistencia a importadores. Y lo que queda se irá pronto, ya que en los próximos 60 días hay que pagarle al FMI deuda de capital e intereses por US$ 3.500 millones. De ahí que el equipo de Sergio Massa, tras la invitación a los BRICS, está insistiéndole a China para que libere el segundo tramo del swap: el ministro candidato quiere tener US$ 5.000 millones libres para usar, algo que Xi Jinping le negó hace diez días.

Frente a esto, los inversores están asustados y abandonan los pesos comprando lo que sea. No tienen la menor idea sobre quién puede llegar a ser Presidente. Y, sea quien sea el que reemplace a Alberto, nadie sabe cómo se va a arreglar el agujero de 5% de rojo fiscal y de 5% de rojo cuasifiscal. Hay un abismo en Leliq (deuda del BCRA con los bancos) que ya supera los $15 billones, con un gigantesco pago de intereses por mes, que significa emisión permanente, más nafta para la inflación y el dólar.

Devaluación y más inflación

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Por eso, a pesar de que los nuevos plazos fijos pagan 9,04% por mes, el traslado de la devaluación a precios fue inmediato. Fue una devaluación sin plan, que generó una inflación de más del 11% en agosto, y ven venir escalones más peligrosos de septiembre en adelante. Mientras tanto, agobiado, el Gobierno pretende acotar los traspasos con más precios justos, pero sobre todo las alimenticias son muy renuentes: "los costos suben sin parar, y no vamos a producir a pérdida".

Frente a esto, la crisis se extiende como una mancha de aceite. Incluso los depósitos en pesos dejaron de crecer, no solo en términos reales sino incluso nominalmente. Y los depósitos en dólares, por temor a un Plan Bonex o algo parecido, se fugan al exterior, se van a cajas de seguridad o al colchón, lo más lejos posible de las garras del Estado depredador. De ahí que el stock total de depósitos privados en dólares haya caído de US$ 16.510 millones a US$ 15.205 millonesd en seis meses: se fue el 7,9% de lo que había, o sea US$ 1.305 millones.

Sigue el rally electoral

Pero, conocedores de los abismos y posteriores recuperaciones que viene sufriendo Argentina desde hace 100 años, lo que más se destacó en la semana fue la continuidad del rally electoral. Como los títulos argentinos tienen precios de liquidación, los bonos pegaron un salto semanal del 7,2%, con el riesgo país bajando 137 unidades, de 2.187 a 2.050 puntos básicos, en una movida que se consolidó desde que el FMI extendió el oxígeno.

Y exactamente en igual medida, con un salto muy parecido al de los bonos, las acciones argentinas también se montaron en el rally, con un avance muy por encima de lo que pasó en el mundo, donde la situación es un poco más dudosa. La semana pasada el índice S&P Merval saltó 8% en pesos o 6,5% en dólares. 

Mientras que el resto de los índices principales estuvo mucho más abajo: gracias a la Inteligencia Artificial, el tecnológico Nasdaq de Nueva York subió 2,3% en la semana, Madrid creció 0,8%, Tokio 0,6%, y Frankfurt y San Pablo mejoraron 0,4%. En cambio, México no se movió, el industrial Dow Jones bajó 0,4% y la Bolsa de Chile retrocedió 1,4%.

Además de la luz amarilla que le puso a Powell, insinuando que puede subir la tasa base de la Fed de 5,5% a 5,75% en septiembre o en diciembre, toda esta situación se da con una importante debilidad china, que está afectando el precio de los commodities. 

Commoditties mixtas

Mercados.
 

Particularmente, los granos en Rosario no mostraron precios el viernes, ya que todos esperan el 1° de noviembre, cuando se abandone el precio fijo de $350 por dólar oficial. Pero en la semana el maíz de Rosario subió 5,2% y la soja de Rosario avanzó 3,5%, pero el resto estuvo todo para abajo: el petróleo cedió 2,2% en la semana, el cobre 5,4%, el aluminio 5,9%, el trigo de Rosario 6%, el níquel 7,1% y la soja de Chicago cayó 7,1%.

Y probablemente lo más distintivo de la semana fue que, con las tasas más altas en EE.UU., las posiciones de reserva del mundo, rendidas a la tasa de la Fed y a la presión impositiva en todas partes, estuvieron todas para abajo: la onza de plata bajó 2%, el oro perdió 2,6% y los fanáticos de las criptomonedas están prendidos fuego ya que el Bitcoin cae 10,8% en el mes, durísimo.

A partir de hoy, luego de todos los DEG perdidos por el BCRA en tres días, los inversores saben que el Gobierno está desnudo, que no tiene posibilidad para enfrentar la presión sobre el dólar. Tiene hasta fin de octubre donde los vencimientos con el FMI se llevarán casi todo. Y para aplastar al mep como ancla, el BCRA seguirá vendiendo bonos a dos manos. Y, para peor, se conoció que la receta del FMI será durísima, un día después de que se vote el 22 de octubre, cuando queden solo dos candidatos para el balotaje, si es que no hay definición en primera vuelta.

O sea, además de las bombas de deuda en pesos de parte del Tesoro y de la bomba del BCRA por las Leliq que se les debe a los bancos (a los depositantes), ahora Massa acaba de sumar en su "plan llegar a ser Presidente" una bomba de tiempo más: aplasta el tipo de cambio, todo con el objetivo de ser candidato con alguna chance, por lo que está creando una bomba cambiaria. Todo con un solo objetivo, seguir vivo en la elección. ¿Después? ¿Qué importa ya el después?

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