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Acciones: cómo augurar el precio

Impulso, reversión, martingalas y value investing; todas pueden ser utilizadas por los inversores son técnicas que pueden servir para definir las apuestas a futuro.

01 agosto de 2016

por Dolores Ugarte

En el mundo de las inversiones, hay dos cosas que los inversores deben saber sí o sí con respecto a un activo que posean o que planeen adquirir: su precio actual y el precio futuro, valores que algunos calculan a través de comparaciones con valores pasados. Un inversor precavido evitará comprar acciones que estén sobrevaluadas y seguro verá con buenos ojos una que esté en un bajo precio histórico. No obstante, otros inversores temen ante los papeles que están sumamente bajos por miedo a que sigan deteriorándose.

A continuación le mostraremos cuatro diferentes estrategias que podrían ayudarlo a evaluar rendimientos y precios futuros de acciones y otros activos.

Impulso

Esta técnica apunta a que los inversores se sumen a las tendencias de moda del mercado, ya sea al alza o a la baja. Esta estrategia asume que el mercado seguirá corriendo por el camino por el que se muestra en un determinado momento.

La esencia del impulso (momentum) es que el inversor compre activos que hayan tenido grandes retornos en los últimos tres a doce meses y vender aquellos que hayan tenido un rendimiento escaso en el mismo período. Se trata de seguir el miedo o el entusiasmo en el sentido de lo que se conoce como finanza conductista.

Es una técnica en la que hay que asumir determinados riesgos, porque si bien ese activo puede seguir por una tendencia alcista, podría tocar techo y volver a caer. No obstante, algunos expertos se muestran contrarios a esta teoría, ya que dicen que si una acción viene teniendo un alza prolongada de entre tres a cinco años, para el mismo plazo en el futuro se la verá rindiendo por debajo de la media del mercado.

Reversión

Como contracara del impulso, aparece la reversión. En este caso, los inversores experimentados que han visto alzas y bajas pronunciadas a través de la historia sostienen que nada es eterno y que en algún momento se revierte el rumbo, y que anticiparse a ese punto puede ser la clave de grandes rentabilidades. En pocas palabras, no creen en la tendencia eterna como sí lo hacen quienes apoyan el impulso.

La reversión ha sido detectada en el análisis de varios indicadores económicos, incluyendo tipo de cambio, evolución del PIB, las tasas de interés y las de empleo, por lo que también sería responsable de los ciclos económicos.

De todos modos, aún no existe una fórmula concreta para identificar este punto, lo que la hace una técnica algo difícil de usar. Esto porque la reversión puede producirse rápidamente en algunas semanas o de manera pausada a lo largo de varios años, lo que la transforma en una estrategia para pacientes dispuestos a posicionarse de cara al largo plazo.

Martingalas

Otra posibilidad es que los retornos que dio el activo en el pasado finalmente, no tengan ninguna importancia. En 1965, Paul Samuelson descubrió que las tendencias pasadas no tenían efecto alguno en los precios futuros y que en un mercado eficiente, esto debería mantenerse, descubrimiento que nadie ha podido refutar de manera taxativa.

Entonces cuando entra la martingala. Se trata de un cálculo probabilístico que se utiliza principalmente en juegos de azar, consistente en multiplicar sucesivamente, en caso de pérdida, la apuesta hecha anteriormente. En el caso del casino, consiste en que por ejemplo: se apuesta un dólar al rojo en la ruleta, si se pierde, se duplica la cantidad y si se vuelve a perder, se triplica. En caso de ganar, se cubrirían todas las pérdidas previas.

En el mundo bursátil, las martingalas dejarían fuera cualquier cálculo de tendencia y se fijarían solamente en el precio de cierre y la volatilidad que la acción experimentó en la jornada. Cuánto se movió hacia arriba o abajo, se trata de un manejo del riesgo a partir de la volatilidad.

Value Investing

Esta técnica, cuyo pionero fue el icónico académico Benjamin Graham, es quizás la más conocida dentro de las cuatro estrategias en cuestión. En este caso esta técnica consiste en detectar empresas que estén en precios bajos, comprar sus acciones y esperar al largo plazo para que éstas se valoricen. En este caso, el inversor anda en la búsqueda de empresas con valor prospectivo.

Actualmente, los principales referentes de esta estrategia son inversores como Warren Buffett o Irving Kahn. Estos gurúes siempre se han basado en comprar empresas subvaluadas y que luego, tarde o temprano, daban el salto de calidad, brindándole a éstos y sus carteras una cantidad significativa de billetes.

No obstante, es una estrategia arriesgada en el sentido de que en un mercado tan volátil como el actual, las posibilidades de golpearse contra una pared ?en el corto plazo? son considerables.

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