La cifra de desocupación del cuarto trimestre de 2021 seguramente va a estar muy cerca del 8,2% del trimestre anterior o tal vez por debajo, entre los 7 y los 8 puntos, número que no teníamos desde el 2017, ya que en la última parte del año pasado se continuó con el efecto recuperación pospandemia.
A esta altura del 2022, tres meses después, seguimos sin muchas variaciones y no vemos que la situación del empleo haya variado demasiado. Continuamos con las mismas deudas estructurales del mercado laboral, que no permite una recuperación ni una generación más genuina de empleo.
Complementariamente, el mercado laboral de 2022 sigue mostrando significativas diferencias sectoriales, con un reducido puñado de industrias que crece, como es el caso de la tecnología de la información y las industrias donde impacta, como es el caso de las finanzas con las Fintech, la salud con HealthTech, el campo con las AgroTech y la educación EdTech.
También está activo el sector agroindustrial, a pesar de las trabas políticas económicas, y los laboratorios. Estos son los sectores con mejores perspectivas al tiempo que el resto están en una situación con muchos más grises e incertidumbre de cara a lo que puede pasar en este 2022 ,que de no mediar una reforma estructural o medida de fondo, seguramente mantenga una perspectiva estable y mediocre de acá hasta fin de año.
El mercado laboral tiene dos asignaturas pendientes, que podrían ser muy positivas, pero con muy pocas probabilidades de que se hagan realidad, como la reforma laboral, que permitiría cambiar las bases del mercado de trabajo actualizándolo abrazando el futuro y la posibilidad de disminuir estructuralmente el desempleo. Estas dos acciones están hoy políticamente postergadas y hay muy pocas posibilidades de que sucedan.
El lado positivo de la situación actual es la creciente demanda en el sector de la tecnología de la información, donde sigue habiendo oportunidades para quienes se formen y se capaciten, con una demanda que supera a la oferta. Y, como efecto pospandemia, la instalación y consolidación por parte de las compañías de un modelo de trabajo híbrido, donde se combina el trabajo presencial y el virtual.
Por último, hay 4 situaciones de características más negativas y que ya están instaladas en nuestro mercado de trabajo.
- La emigración de nuestro talento joven hacia otros países en busca de oportunidades profesionales que aquí no se encuentran. Este no es un fenómeno generalizado, pero sí muy presente entre los más jóvenes.
- Asociado al punto anterior, la exportación de servicios profesionales, que pueden ser virtuales o físicos, y que tienen que ver con trabajar desde Argentina hacia el mundo, potenciado con la virtualidad de la pandemia y que tiene el beneficio de recibir una remuneración en moneda extranjera.
- Sigue firme la desconexión de la oferta y la demanda, ya que mientras hay perfiles que no logran insertarse, sigue habiendo sectores como tecnología y la enfermería donde no se encuentran profesionales capacitados.
- La pérdida del salario real por quinto año consecutivo. Hoy las compañías de primera línea proyectan para su personal fuera de convenio un ajuste del 48%, con una inflación que se estima por arriba del 55%.
