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Las paritarias están funcionando bien como mecanismo defensivo, pero los salarios informales se derriten

En marzo, los salarios se incrementaron más que la inflación: 10,1% versus 7,7%. Pero con grandes disparidades.

Las paritarias están funcionando bien como mecanismo defensivo, pero los salarios informales se derriten
10 mayo de 2023

El índice de salarios registró en marzo un incremento de 10,1% y se ubicó 2,4 puntos porcentuales por encima de la inflación (7,7%), según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En marzo, los haberes en la administración pública mostraron un avance del 16,3%, en el sector privado el aumento fue de 7,9% y en el sector informal de 6,1%.

 

De esta forma, en el primer trimestre, y contra una inflación acumulada del 21,7%, el Indice de Salarios aumentó 22,2%, impulsado por un alza del 25,5% en los salarios del sector público; 20,6% en el privado registrado y 21,2% en el sector informal.

En términos anuales, los salarios perdieron contra la inflación: aumentaron en promedio 102,4% mientras que los precios avanzaron 104,3%.

A mediados de abril, y luego de que el Indec informara que la inflación de marzo fue de 7,7%, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, aseguró que "no hay pérdida" en el poder adquisitivo del salario formal de los sectores público y privado frente a la suba de precios.

"Al 31 de marzo mantiene la capacidad adquisitiva del 31 de diciembre", dijo Olmos en declaraciones radiales.

No obstante, la consultora LCG aseguró: "Respecto a diciembre 2022, las subas del mes ubican a los trabajadores del sector privado, tanto registrados como no registrados, con pérdidas de poder adquisitivo del 0,9% y 0,4% real, respectivamente. Los únicos beneficiados son los empleados del sector público con un aumento acumulado del 3,1% real".

¿Qué dicen los especialistas?

El coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA, Luis Campos, afirmó a través de su cuenta de Twitter: "Si se compara contra diciembre de 2019 los trabajadores registrados del sector privado le empataron a la inflación; los del sector público recuperaron 3,2% y los no registrados perdieron 19,6%".

 

"Más allá de las aclaraciones metodológicas, muy necesarias en el caso de los asalariados no registrados, la conclusión parece bastante clara. El salario de los trabajadores registrados se viene defendiendo como puede, mientras que el de los no registrados se derrite", consideró.

"Imposible no relacionar esta divergencia con el contexto institucional: las paritarias están funcionando bastante bien como mecanismo defensivo. Quienes cuentan con esa herramienta pueden dar la pelea con mucho mejor resultado que quienes no cuentan con ella", aseguró.

"Además, el éxito de las paritarias impide que el salario funcione como ancla antiinflacionaria. Esto es bueno para los trabajadores registrados, pero malo para el ministro de economía y complicado para los asalariados no registrados", agregó.

"La aceleración de la carrera precios salarios afecta mucho más a quienes no cuentan con mecanismos para ajustar rápidamente sus ingresos: los empleadores lo hacen automáticamente, las paritarias llegan un poco más tarde, los trabajadores no registrados son los que más tardan", concluyó el especialista.

 

En perspectiva, LCG afirmó: "En la comparación real, los trabajadores del sector privado son los más perjudicados. Dentro de los mismos, los empleados no registrados acumulan 27 meses con variaciones anuales negativas mientras que los registrados presentan la misma dinámica desde hace 9 meses. Por el contrario, los trabajadores del sector público llevan 4 meses de crecimiento en términos anuales".

"Respecto a los niveles de noviembre 2017 (último pico), el conjunto de los salarios se ubica 23,2% por debajo actualmente. Mientras que los trabajadores registrados muestran una caída del 18,4% respecto al período mencionado, los trabajadores informales resultan los más afectados con una pérdida de más del doble, llegando al 41,8%", explicó.

Respecto a qué se espera hacia adelante, la consultora aseguró: "Con un 2023 en curso, muchas paritarias comienzan a darse a corto plazo con revisiones trimestrales, dando lugar a bajos aumentos con la condición de aplicar una eventual cláusula gatillo". 

"Por otra parte, un poder adquisitivo erosionado podría estimular una mayor oferta de mano de obra para sumar ingresos al hogar, lo que, conjugado con un menor nivel de actividad, podrá presionar los números de desempleo, quitándole algo de capital de negociación a los trabajadores. Dado que los salarios presentan mayor rigidez al momento de un ajuste que el promedio de los precios, no esperamos una mejora real en el promedio del 2023", concluyó.
 

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