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La inflación sacude la interna del oficialismo y el BCRA define el destino de las tasas y el dólar

Las diferencias hicieron que el siempre parsimonioso Martín Guzmán enviara el mensaje presidencial. El rumbo es éste y al que no le gusta, que se baje del barco.

Cristina, Guzmán y Fernández. Otras épocas.
Cristina, Guzmán y Fernández. Otras épocas.
Leandro Gabin 13 abril de 2022

"Los peronistas somos como los gatos. Parece que nos estamos peleando y en realidad nos estamos reproduciendo”. La célebre frase de Juan Domingo Perón parece ser la excepción en esta versión del justicialismo kirchnerista que vive una fragmentación inédita ostentando el poder.

Las diferencias, inocultables, hicieron que el siempre parsimonioso Martín Guzmán enviara el mensaje presidencial. El rumbo es éste y al que no le gusta, que se baje del barco. La tensión política crece con una inflación que este miércoles marcará, según datos preliminares que el mismo ministro de Economía le envió al Presidente, un IPC entre 6,3%-6,5% para marzo.

"Los dichos del ministro muestran que Alberto ya no se banca la extorsión de Cristina. No sólo que no le entrega las cabezas que ella quiere, sino que relanza a Guzmán y lo manda a enviar un mensaje claro para el resto de la tropa. O se alinean o se van. Pasa el presidente a un modo más activo en la pelea de poder con CFK", describe un analista político, que suele tener buena llegada al PRO.

La realidad es que Cristina no tiene (al menos eso dicen sus laderos más mediáticos) nada personal contra Guzmán. El mismo ministro se encarga de resaltar eso. El problema de CFK, como el de la mayoría de los mandatarios, es que creen que la economía se puede supeditar mágicamente a la política. Y no es tan fácil.

"Cristina ya rompió con Alberto y todo lo que viene hacia adelante es su armado político para 2023. Por eso no sorprende que cada vez más gente ligada a ella se desmarque del Gobierno, aunque no haya unanimidad por seguirla. Más bien, nadie se quiere quemar con el fracaso económico de Alberto", agregó el consultor.

Sin CFK y con los notorios cortocircuitos que se hacen públicos (como los pedidos de Roberto Feletti por retenciones móviles), en el Ministerio de Economía se juegan a "tranquilizar" las aguas en los próximos meses con la llegada de los dólares de la cosecha y la aprobación de la primera revisión del FMI. Aseguran que no habrá problemas para cumplir.

Para Guzmán, si no fuera por la interna feroz, los formadores de precios no harían una carrera semanal por remarcar. "Nadie sabe cuánto durará realmente Guzmán y si después viene un Feletti o alguien peor. Ante la duda, todo el mundo se cubre", describe el ejecutivo de un banco francés que tiene línea directa con una cadena de supermercados del mismo origen. "En eso tiene razón Guzmán. Si la política no se alinea en un mismo discurso, te llevan puesto", sostuvo.

El adelanto del dato de inflación que lanzó el ministro en televisión modificará hacia arriba las estimaciones de los bancos y consultoras y sus expectativas. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central del viernes pasado ajustó hacia arriba las proyecciones para los próximos meses, donde estiman un alza promedio de 3,9% mensual. Así, la proyección de inflación para todo 2022 subió al 59,5% (versus 55% del REM anterior). Pero varios bancos de Nueva York ya venían con proyecciones más altas en torno a 62%-65%. En privado algunas entidades de primera línea dicen que no extrañaría que la inflación de este año quede en un rango de 70%-80% porque "no tienen forma de anclarla".

A todo eso, el Banco Central esperará este miércoles a que el gobierno difunda el dato de inflación para evaluar otra suba de tasas. Lo harán esta semana o la siguiente. Estaría cantado que aplicarán otros 150 puntos de alza para llevarla a 46% anual. La tasa efectiva se acercaría al 56%, aún por debajo de la inflación esperada por el mercado y corriendo bien por detrás.  

"Debería tener más efecto en la política de tasas la suba en las expectativas que los datos elevados de febrero y marzo. Las tasas de corto plazo seguirán siendo fuertemente negativas. Recién en el segundo semestre, si se logra contener los niveles de inflación, hay alguna chance de llegar a tasas neutrales o levemente positivas", dice Quinquela Asset Management.

La suba de tasas tiene poco impacto en la economía para enfriar la inflación. Más bien, con un sistema financiero tan chico y de corto alcance como el local, tiene efectos secundarios. Pero mientras que el BCRA sube las tasas para mostrarse proactivo y cumplir con el requisito del FMI, también tiene que acelerar la suba del tipo de cambio oficial. Eso es otro combustible para los precios.

Camilo Tiscornia, Director de C&T Asesores Económicos, dice que los precios están atados mayoritariamente al dólar oficial y que la dinámica de seguirle los pasos a la inflación complicará el escenario. El BCRA aceleró la devaluación del tipo de cambio oficial a un ritmo del 4% mensual. Este ritmo es mayor a la tasa Badlar de 3,5% mensual (42% TNA) y mucho menor a la inflación estimada de marzo. “Esta situación donde el dólar oficial corre más rápido que la tasa de interés no es sostenible, ya que puede desequilibrar el mercado cambiario (exportador retrasa e importador acelera). Esta dinámica podría cambiar si el Banco Central sube la tasa de interés (para empatar el nivel de devaluación del dólar oficial)”, arriesga Fernando Marull, de FMyA.

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