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Comienza hoy la “era Biden”

A sus 78 años, Joe Biden se convertirá hoy en el 46° presidente de EE.UU. tras una ceremonia frugal en un Capitolio sitiado por la Guardia Nacional. Pandemia, economía, inmigración y clima, ejes de su gestión

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20 enero de 2021

Hoy, el demócrata Joe Biden asumirá oficialmente como nuevo presidente de Estados Unidos, luego de triunfar en las elecciones de 2020, donde obtuvo más de 80 millones de votos, convirtiéndose en el candidato más votado en la historia de EE.UU. y superando a Donald Trump por más de 7 millones de votos.

Aunque no lo parezca, solamente ha transcurrido un poco más de dos meses desde los comicios presidenciales del 3 de noviembre del año pasado. Entre esa fecha y hoy, la primera potencia planetaria enfrentó una crisis institucional pocas veces antes vista, fomentada principalmente por Trump, quien aun no reconoce su derrota y sigue afirmando, sin prueba alguna, que los demócratas hicieron un fraude electoral masivo.

El líder republicano realizó varias denuncias ante la Justicia, las cuales fueron rechazadas. Con eso, solo logró aumentar la polarización en su país, que desembocó en el ataque al Capitolio del pasado 6 de enero.

Ahora, Biden asumirá como el 46° mandatario de EE.UU., junto a su vice, Kamala Harris, primera mujer en ocupar el cargo. La ceremonia será hoy al mediodía en el Capitolio, donde John Roberts, presidente de la Corte Suprema, le tomará juramento. Solo habrá 1.000 invitados presentes debido a las restricciones por la pandemia del Covid-19, junto a unos 25.000 miembros de la Guardia Nacional que custodiarán Washington D.C. para evitar nuevos incidentes. Además, será la primera vez, desde 1869, que el presidente saliente no asiste a la asunción de su sucesor.

Así, comenzará oficialmente la “era Biden”, quien pondrá manos a la obra minutos después de la celebración. Una de las primeras decisiones que el exvicepresidente de Barack Obama tomaría es la firma de un decreto que derogue una ley que prohíbe la entrada a suelo estadounidense de personas provenientes de Irán, Libia, Siria, Yemen y Somalia. Además, se espera que envíe al Congreso un proyecto de ley que permita que más de 11 millones de inmigrantes consigan la ciudadanía norteamericana. En caso de concretarse, algo probable teniendo en cuenta la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y la de Senadores, sería uno de los sucesos migratorios más trascendentes en el país desde que Ronald Reagan les otorgó la amnistía a 3 millones de personas en 1986.

Otro de los objetivos del nuevo mandatario será combatir la pandemia del coronavirus. Con más de 24 millones de contagiados y más 400.000 muertos, la potencia occidental es el país más afectado por el virus. Entre algunas de las medidas, se espera que se decrete el uso obligatorio de mascarillas en territorios federales y un plan de vacunación para inocular a 100 millones de estadounidenses en sus primeros 100 días de gestión. Teniendo en cuenta el ritmo de vacunación actual, es algo posible.

El cambio climático será otro de los principales ejes de su Gobierno. Se espera que, después de su asunción, Biden firme el regreso de EE.UU. al Acuerdo de París, del que Trump ordenó el retiro en 2017. El demócrata John Kerry será su “embajador climático”.

En política exterior, Antony Blinken, quien estará al frente del Departamento de Estado, dijo ayer que buscarán un pacto nuclear “más fuerte y duradero” con Irán. También informó que el Gobierno entrante mantendrá la estrategia “más dura” implementada por Trump contra China.

Por último, su principal misión será recuperar la economía de su país, gravemente afectada por el coronavirus. Se espera que, en los primeros días de su mandato, envíe al Capitolio un plan de estímulo de US$ 1,9 billones: US$ 440.000 millones para apoyar a las pequeñas empresas y US$ 1 billón para pagos directos de US$ 1.400 a las familias. El plan también prevé destinar US$ 415.000 millones para acelerar la campaña de vacunación y US$ 70.000 millones para las pruebas de Covid-19.

Además, es probable que insista con que el salario mínimo aumente a US$ 15 la hora y no se descarta que presione por un aumento de los impuestos para las personas y compañías con mayor facturación, revirtiendo los recortes impositivos que su predecesor concedió.

Por su parte, se espera que Trump abandone la Casa Blanca en las primeras horas de la mañana. Ayer, el líder republicano se mantuvo rodeado de su círculo más íntimo, que se vio cada vez más reducido con el pasar de los días, firmando los últimos indultos de su gestión, aunque no se otorgó dicho beneficio a sí mismo ni a su familia.

En lo que fue una de sus últimas apariciones públicas como jefe de Gobierno, Trump pidió rezar por el éxito de Biden, a quien le deseó suerte. También dijo que estaba muy orgulloso de haber sido el primer presidente en décadas en no iniciar nuevas guerras e imponer un freno a las políticas autoritarias chinas.

Próximamente Trump deberá enfrentar un segundo impeachment, acusado de incitar la insurrección que ocurrió hace pocos días en el edificio legislativo estadounidense. A partir de ahora, el Partido Demócrata poseerá 50 senadores en la Cámara Alta, la encargada de juzgar al expresidente. Sin embargo, esa cifra se haya muy lejos de los 67 votos necesarios para condenarlo.

Ayer, Mitch McConnell, todavía líder de la mayoría del Partido Republicano en el Senado y leal a Trump, acusó al presidente de ser responsable de los incidentes con sus acusaciones de fraude. "Se alimentó a la turba con mentiras", dijo McConnell, en lo que fue la reanudación de la actividad en dicha Cámara, y agregó que los disturbios "fueron provocados por el presidente y otras personas poderosas". Se necesitarán 17 votos republicanos para condenar a Trump y las palabras de McConnell sugieren que no sería imposible.

Jorge Argüello ya trabaja en cumbre Fernández-Biden

El embajador argentino ante Estados Unidos, Jorge Argüello, aseguró ayer que trabaja para que haya “ni bien se pueda” una reunión entre el presidente Alberto Fernández y Joe Biden. Además, se mostró optimista respecto de la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el FMI “dentro de pocos meses”. El embajador resaltó que “el Gobierno aspira a tener un encuentro bilateral” y que “lo mismo ocurre al revés”. Acerca de la agenda entre Argentina y Estados Unidos, consideró que “es amplia y está en expansión”, con “la voluntad además de que crezca” y con “una muy positiva expectativa respecto del cambio de gobierno en este país”. “Creemos que se dan las condiciones atmosféricas propicias para la profundización de esa agenda y el agrandamiento de la agenda bilateral“, añadió el embajador.

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