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La recuperación de la economía

Postergada para 2013.

07 diciembre de 2012

(Columna de Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, y Juan Pablo Paladino, coordinador de Estudios y Análisis de Ecolatina)

La ansiada recuperación de la actividad se está demorando más de lo deseable. Si bien existen “brotes verdes” cómo la industria automotriz y algunos indicadores comenzaron a moderar sus caídas (ventas minoristas), se profundizó el deterioro de la construcción, del mercado laboral y la confianza del consumidor y en el Gobierno.

Es decir, el nivel de actividad sólo se habría estabilizado durante el segundo semestre, por lo que el repunte quedará para 2013. Ahora bien ¿fueron los pronósticos de una recuperación en la segunda mitad del año muy optimistas? Veamos lo que sucedió en los últimos meses. Al anuncio de prohibición de atesoramiento en moneda extranjera (julio) le siguieron la regulación del sector hidrocarburífero (agosto), las primeras protestas callejeras (septiembre), la pesificación de la deuda de Chaco y de los créditos hipotecarios (octubre). En noviembre se combinaron el fallo adverso en Nueva York con una masiva protesta social y un paro general, y diciembre cierra en torno al conflicto por la aplicación de la ley de Medios y la auditoría del FMI por las estadísticas oficiales.

Este “entorno” no fue precisamente propicio para hundir capital en el país. Especialmente si se tiene en cuenta que las restricciones a la demanda de dólares afectan a los dos componentes de la inversión (construcción y Eequipo durable). Y sin un repunte de la variable que lidera el ciclo económico, ninguna recuperación se sostiene. La política económica no sólo generó ?en buena medida? esta serie de shocks sino que a partir del séptimo mes del año se volvió más contractiva.

En este mismo espacio, afirmamos en julio que, como las expectativas no repuntan de un día para el otro, sólo una política fiscal expansiva podría revertir el deterioro de la actividad en la segunda mitad del año. Y en el segundo semestre el Gobierno alineó perfectamente los ingresos con los gastos para comenzar a revertir el deterioro del resultado primario y moderar el ritmo de emisión. Esto sirvió para no exacerbar presiones inflacionarias y cambiarias pero se logró recortando la expansión de las erogaciones en más de 8 p.p.

Este ajuste también recayó sobre el consumo, principal motor del crecimiento de los últimos años. La no modificación del mínimo no imponible de Ganancias, los mayores requisitos para percibir las asignaciones familiares formales, el recorte de la obra pública y las menores transferencias a las Provincias, que obligan a las jurisdicciones a aumentar impuestos y/o recortar gastos, fueron medidas procíclicas que perjudicaron la recuperación de la actividad.

Detrás de la moderación fiscal se esconde una “sábana corta”: pese a la ampliación del límite de Adelantos Transitorios en marzo de 2012, éstos no alcanzan para mantener una política expansiva este año y el próximo. El Gobierno optó por hacer caja para poder gastar más en 2013. En números, si las erogaciones primarias no moderaban su ritmo en el segundo semestre, el año que viene la expansión del gasto tenía un techo de 25% i.a. (bajo el actual marco legal de financiamiento con adelantos transitorios). En cambio, gracias al ajuste de la segunda mitad del año, el tope de 2013 se amplió a 32% i.a.

La apuesta del Gobierno para el año que viene es que una mejor cosecha agrícola ?con precios elevados? y menores vencimientos de deuda (por el no pago del cupón) provean las divisas para importar energía e insumos necesarios para dinamizar la actividad en un contexto de mayor demanda externa gracias a la recuperación de Brasil. Asimismo, el margen fiscal alcanzado gracias a la moderación del gasto en los últimos meses de 2012, permitirá inyectar recursos para revitalizar el consumo de cara a las elecciones de medio término.

Esta apuesta no está exenta de riesgos, ya que implica una elevada dependencia de elementos que no se controlan (clima, precios de commodities, crecimiento de Brasil). En el mejor de los mundos, la recuperación sería acotada ya que a diferencia del Modelo Productivo, el nuevo esquema económico no genera incentivos a la inversión. Si estos se alinean desfavorablemente, es posible repetir un año de estanflación. Más allá de la elevada dependencia de factores exógenos, preocupa que la resolución de los desequilibrios económicos ?que son cada vez más profundos y estructurales? quede para después de las elecciones legislativas. Lamentablemente, los costos de oportunidad no se incluyen en las estadísticas ni entran en la ecuación electoral.

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