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“La actividad irá creciendo hacia fin de año”

Entrevista a Orlando Ferreres.

13 agosto de 2012

En diálogo con El Economista, Orlando Ferreres, titular de OJF & Asociados, dio su visión sobre la marcha de la economía y sobre los próximos trimestres.

¿Cómo está el nivel de actividad? ¿Ya pasó lo peor, como indican algunos analistas?

En principio, ya pasó lo peor. Si no hay nuevas sorpresas, el nivel de actividad debería recuperarse. Un factor que golpeó a la economía fue la sequía y todo indica que está en vías de solucionarse. Está lloviendo bastante y el pronóstico climático es bueno para la soja, el maíz y el trigo el año que viene. Otro factor que golpeó fue el impacto de la crisis externa sobre la economía de Brasil y su atraso cambiario. Recientemente, las exportaciones industriales a ese mercado comenzaron a reactivarse, sobre todo las de automotores.

¿Cómo cerró el primer semestre?

La actividad dio cero, es decir, no creció en la comparación interanual. El segundo trimestre fue el peor, o sea que ahora arrancamos desde un pozo. ¿Si hay repunte en estos últimos meses, entonces, el año cerrará en positivo? Todo indica que la actividad irá creciendo hacia fin de año, pero el resultado final de crecimiento será muy bajo. En términos reales, estará cerca de 1% o un poco menos. Estimo que el Indec terminará dando una cifra menor a 3,3%, que es el punto de corte que gatilla el pago del cupón del PIB. Si la economía repunta hacia fin de año, para 2013 quedaría un arrastre de 2%/2,2%, que sería el piso para el crecimiento del año próximo.

¿Qué pasará con el sector de la construcción, afectado por el cepo cambiario?

El mercado inmobiliario está totalmente dolarizado. Desde abril, cuando se hizo más fuerte el cepo, se están frenando muchas obras nuevas. Hay una caída de 50%. Esto es un factor bajista que persistirá sobre la actividad porque creo que el cepo no se va a aflojar. No es algo transitorio. Por eso, la industria de la construcción y el cemento van a quedar en recesión. A la vez, tampoco habrá avances en maquinaria y equipos porque hay preocupaciones a la hora de invertir. Tampoco habrá una gran reacción en explotación de petróleo y gas porque YPF y otras empresas no han hecho las exploraciones suficientes ni tampoco hubo incentivos por el lado de los precios que se pagan localmente.

¿La recuperación en el segundo semestre impactará en la industria?

Creemos que se va a recuperar bastante, sobre todo la producción de automotores y la de tractores y cosechadoras, gracias a las mejores perspectivas para el agro. Lo que no va a recuperar mucho es la maquinaria para instalaciones industriales. Tampoco habrá grandes mejoras en cemento, que es una industria importante y en todas las asociadas a la industria construcción. Por otro lado, la industria textil está estable y sí podría haber una mayor demanda de bienes de consumo durables dada la pesificación forzada.

En 2010 y 2011, decía que parte del éxito electoral del kirchnerismo era que “no había tomado medidas económicas impopulares”. ¿Cambió esa ecuación este año?

Ha cambiado pues hubo que tomar algunas medidas impopulares, aunque hayan sido tímidas y se haya tratado de pasarles el costo a otros. Por ejemplo, a Macri en el caso de los subtes o a Scioli en el caso de los impuestos. Para el Gobierno se llama sintonía fina, pero es un ajuste. De todas maneras, la gente lo percibió. La aprobación de la gestión cayó desde 70% hasta 43%. Ese desgaste no se detuvo. También hay que decir que ninguna figura opositora lo capitalizó.

¿Por qué no bajó la inflación como ocurrió en 2009?

Por la suba en las tarifas y en los combustibles, que tuvieron un alza muy fuerte en el semestre y ya estamos acercándonos al precio internacional. También hay aumentos de costos, ya sea en los impuestos o los salarios, que crecieron cerca del 25%. Ahora no hay forma de absorberlos mediante mayores volúmenes de ventas y, por eso, tuvo que trasladarse a precios. Por efecto de la sequía y otras cuestiones, además, los alimentos subieron mucho. La inflación en alimentos y bebidas es de 30%, que coincide con las expectativas de inflación que tiene la gente según las encuestas.

La inversión suele acompañar al ciclo económico. ¿Cómo se está comportando?

Tuvo una caída muy fuerte, de entre 10 y 12%. En junio, cayó 17%. La caída fue menor a la de 2009. Ahora, a la cuestión cíclica se suman los controles a las importaciones. Lo que más ha caído, casi 40%, es la inversión de maquinaria y equipo importado. Es una caída parecida a la de 2009. La de bienes locales, por supuesto, fue menor. De todas maneras, los controles a las importaciones generaron una demanda reprimida, ya que muchos de esos bienes no se pueden sustituir localmente. Si abren la tranquera de las importaciones, pueden pegar un salto enorme. Sobre todo si no se hace una corrección cambiaria. Es muy barato comprar una máquina importada, especialmente si se la compara con el salario formal, que está en US$ 1.500. En el 2002 estaba en US$ 300. Crecieron cinco veces en dólares. Esto, sumado a una industria del juicio como en la mejor época anterior, hace que muchos quieren sustituir máquinas por obreros. A la vez, si eso ocurre, uno se vuelve menos competitivo. Por eso hay un trade off entre lo barato que está importar equipos y lo caro que es contratar un nuevo obrero.

(De la edición impresa)

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