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El Gobierno, con la mente puesta en volver a crecer

El Gobierno estaría dispuesto a tolerar cierta relajación de su esfuerzo para encauzar la macro con tal de ver al PIB nuevamente en territorio positivo.

26 abril de 2016

En los primeros cuatro meses de gestión, el Gobierno consiguió tres hitos importantes para sanear la economía y empezar a pensar en volver a crecer: la salida del cepo, el ajuste de tarifas y, hace pocos días, el fin del default. Fueron tragos amargos, pero necesarios. Se pueden discutir muchos detalles, pero era imprescindible avanzar decididamente en esos frentes, y hacerlo lo más rápido posible”, sentencia Miguel Kiguel en un informe difundido ayer por la tarde.

“Los indicadores de actividad preliminares para los primeros meses del año dan cuenta de tenues caídas en la producción industrial, la construcción y el consumo, entre otros. Era algo esperable, aunque son caídas menores a las que sucedieron a la devaluación de 2014. La aceleración de la inflación en los últimos meses, aunque sea transitoria, ha tenido mucho que ver”, matiza.

Sin embargo, se vienen meses mejores para el salario real y los ingresos disponibles. “Los aumentos salariales que están entrando en vigencia ayudarán a recomponer el ingreso. La baja de la inflación en los próximos meses también contribuirá en la misma dirección. No obstante, no alcanzarán por sí mismos para que la economía vuelva a crecer en los próximos meses”, dice. Para que el PIB vuelva a terreno positivo, dice, “antes deben bajar las tasas de interés y el financiamiento externo transformarse en nuevas inversiones”. Y precisamente eso es lo que podríamos ver más temprano que tarde.

Sobre el primer punto, Kiguel se la juega y tira un pálpito: “El BCRA quizás no espere a que la tasa mensual de inflación se ubique por debajo de 2% para comenzar a bajar las tasas de interés de las Lebacs de corto plazo”. La baja de tasas ayudará, explica, a abaratar el crédito y hacer más atractivos los proyectos de inversión.

Asimismo, las provincias y las empresas en el corto plazo saldrán a colocar deuda y obtendrán millones de dólares para invertir. “Las provincias hasta unos US$ 4.000 millones y las empresas hasta unos US$ 3.000 millones en los próximos meses. Estos recursos y la baja de tasas le darán un impulso inicial a la actividad”, pronostica Kiguel.

Además, “las menores tasas de interés a su vez ayudarán a compensar la temida revaluación del peso que el ingreso de capitales traerá aparejado”. De hecho, dice, el BCRA está tomando medidas en ese sentido. La semana pasada liberó el cronograma de importaciones pendientes del 2015, permitiendo a los importadores el libre acceso al mercado de cambios. “El lamentable recorte de las proyecciones de cosecha, no obstante, también contribuirá en ese sentido”, dice Kiguel.

El Gobierno, ávido de volver a crecer, estaría dispuesto a tolerar cierta relajación de su esfuerzo para encauzar la macro con tal de ver al PIB nuevamente en territorio positivo. “Es posible que el Gobierno sacrifique una mayor reducción en la tasa inflación en la segunda mitad del año en pos de alcanzar lo antes posible un repunte de la actividad económica”, anticipa. “No parece ser una estrategia equivocada. Bajar la inflación necesariamente demandará varios años. Y el año próximo hay elecciones legislativas”, dice y lanza una recomendación política para los policy-makers: “Es imperioso para el Gobierno llegar a las elecciones con una economía y un consumo en crecimiento para convencer a la población que los recientes tragos amargos eran efectivamente necesarios para volver a crecer”. Hacia allí parece apuntar el oficialismo en las últimas semanas. ¿Alcanzará?

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