(Artículo de opinión de Diego Coatz, economista jefe de la UIA y Pablo Dragún, economista de la UIA)
Los resultados de la balanza comercial argentina del año 2011 arrojaron un nuevo récord de U$S 30.000 millones de déficit en manufacturas de origen industrial. De este número suelen realizase lecturas simplistas que mencionan que el déficit es originado por el sector industrial y su falta de integración y eficiencia. El déficit no es del sector industrial en sí mismo, sino del país en su conjunto. La economía argentina es cada vez más abierta, incluso más que en la década del 90'. El coeficiente de apertura comercial, la suma del total de las importaciones más las exportaciones como % del PIB, pasó del 19% en 1998 a más del 36% en 2011.
Como todos los países del mundo, la Argentina requiere de productos importados. La clave está en el tipo de producto que importa y exporta. Los países industriales con un elevado PIB per capita también presentan un nivel de importaciones elevado, pero concentran y generan la mayor parte de la agregación de valor del producto. La Argentina es un país que, a pesar de presentar un PIB per capita relativamente bajo en comparación con los países más desarrollados, aún mantiene un entramado industrial denso y complejo. Si la economía no tuviese ningún tipo de arancel y restricciones y no existiera actividad industrial, el déficit de divisas sería poco más del doble (U$S 60.000 millones), más allá de los costos sociales, tecnológicos e institucionales que ello acarrearía.
Coyuntura compleja
El fenomenal crecimiento de las importaciones durante 2010 ? 2011 (46% en 2010 y 31% en 2011) hizo que nuestro país sea el de mayor crecimiento de América Latina, y el segundo del G-20 luego de la India. El déficit de MOI se genera en su mayor parte con China (U$S 8.900 millones), Brasil (U$S 7.200 millones), Europa (U$S 7.700 millones) y Estados Unidos (U$S 4.900 millones). Sin embargo, la diferencia con cada región es diferente. Mientras que China mayoritariamente ensambla y exporta en base a costos más bajos,frente al resto de los principales socios comerciales la pérdida se debe a que son más competitivos en productos con alto valor agregado. Este déficit se da en un marco de gran incertidumbre global, en el cual muchos países y empresas continúan con la liquidación de stocks de producción compitiendo predatoriamente con los productos locales. Si bien la industria requiere muchos productos que no se generan localmente, la actual coyuntura supone desafíos en lo inmediato para los productos que sí se fabrican en el país. Existe incluso capacidad de aumentar la producción en un conjunto de sectores en el corto plazo, lo cual requiere la implementación de una política comercial activa e inteligente.
Todos los países del mundo desarrollado o que pretenden serlo manejan con distintas herramientas de administración del comercio exterior en función de sus intereses. Un caso es la India. En la discusión de la ronda de Doha de la OMC, la India está negociando poder consolidar aranceles máximos al 80% para muchos productos de la agricultura (dado que hoy son aún más elevados). El Mercosur tiene un máximo potencial de 35% (el promedio efectivo está en torno al 11%) y en la negociación le exigen incluso reducirlo más en algunos rubros industriales estratégicos, donde existe producción industrial con valor agregado. Tanto Estados Unidos como Europa se reparten cupos, subsidios, restricciones para productos agrícolas o alimentos con valor agregado.
¿Qué tipo de país?
¿Qué tipo de país obliga a todos los que deseen ingresar bienes que sean sustancias químicas o que solamente posean algo de ellas (desde textiles hasta electrodomésticos), a inscribirse en un registro, obtener certificación sanitaria y ambiental, tener que pagar a una consultora local para realizar la certificación y tener que pasar el producto por una provincia alejada para poder ingresar al país? ¿Qué tipo de país además estipula que para inscribirse en dicho registro tiene que tener una filial, un representante exclusivo o entregarle la potestad de inscribirse al importador? ¿Un país como la Argentina? Así como suena, este régimen de control se aplica en la Unión Europea, se llama REACH (Registro, Evaluación y Autorización de sustancias químicas). La ciudad por la que tienen que pasar los productos es Helsinki, Finlandia. De lo que se trata, en nuestro caso, es de elevar la calidad del debate hacia otro nivel: acordar conceptos, discutir herramientas y la manera de gestionarlas. Todo en base al modelo de país y de inserción internacional al que aspiremos.
Así quedarán bien definidos aliados y características de integración regional. El camino hacia una sustitución de importaciones y de exportaciones (pe. exportar menos materia prima y más alimentos elaborados) es sinuoso y con altibajos, que debe leerse dentro de una lógica dinámica. El debate sobre la supuesta “ineficiencia” es limitado y anticuado. Lo que hay que discutir es cómo gestionar adecuadamente las herramientas indicadas para alimentar un círculo virtuoso. Un proceso como tal implica, en primer lugar, que hay insumos que no serán sustituibles en el corto plazo y por ende será necesario seguir importando para evitar inconvenientes en el desarrollo normal de los procesos productivos. En segundo lugar, la generación de nuevas capacidades productivas e innovativas lleva tiempo, pero es necesario que sea en un proceso sustentable. Para todo esto, la política comercial es un elemento importante, pero sólo uno.
También es necesaria una política industrial integral de largo plazo, tal como ocurrió en Brasil, que permita generar el desarrollo de las capacidades productivas e innovativas. Financiamiento (à la BNDES), compras gubernamentales, un esquema tributario favorable a la producción, apoyo a la inversión productiva y desarrollo del capital local junto con una mayor integración de Pymes locales con trasnacionales. Sintonía fina.
(De la edición impresa)
