Continúa la crisis de Tesla: este miércoles, sus acciones se desplomaron más del 10% como consecuencia de una caída en las ventas de la empresa, a lo que se suman los costos crecientes por los despidos de empleados y las inversiones cada vez mayores en su infraestructura de inteligencia artificial.
El martes, Tesla había informado que sus ingresos netos durante el segundo trimestre bajaron 45%, hasta los US$ 1.470 millones, muy por debajo de la estimación de los analistas de US$ 1.900 millones. Esto provocó que las acciones cayeran este miércoles más del 10%.
Si bien los ingresos de Tesla aumentaron 2% a US$ 25.500 millones, superando por poco las expectativas, en realidad, se vieron favorecidos por créditos regulatorios relacionados con los requisitos de emisiones, así como por un crecimiento récord en su negocio de almacenamiento de energía.
Sin embargo, esto no tapa la caída en los ingresos de la empresa, que en el segundo trimestre de 2023 ganó US$ 2.700 millones y tuvo unos ingresos de US$ 24.900 millones.
Así, el margen de beneficio operativo actual de la compañía es del 6,3%, muy por debajo del 9,6% del mismo período del año anterior.
En parte, la crisis está relacionada con que las ventas de los autos eléctricos de Tesla disminuyeron 4,8% en el segundo trimestre, a 444.000 vehículos.
También la participación de Tesla en las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos cayó a menos del 50% por primera vez.
Específicamente, entre abril y junio, Tesla representó el 49,7% de las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos, frente al 59,3% de 2023.
Según el propio Elon Musk, la llegada de nuevos autos eléctricos más accesibles fabricados por otras compañías "ha dificultado que Tesla" venda autos.
