Este viernes, unas 800 personas atacaron una fábrica de Tesla situada en Grunheide, Alemania, a unos 40 km al este de Berlín.
El objetivo de la protesta era expresar el desacuerdo con los planes de expansión de Tesla y las "preocupaciones ambientales" que esto genera.
En este sentido, una de las principales acusaciones es que la fábrica ya estaría generando estrés hídrico en la región.
Sin embargo, el intento de los manifestantes para ingresar a las instalaciones de Tesla fue detenido por las fuerzas de seguridad.
La manifestación obligó a cerrar la salida de la autopista a la altura de Freienbrink y las carreteras que rodean la planta, así como la línea ferroviaria entre Berlín y Fráncfort, después de que varios activistas se sentaran en las vías en la estación de Fangschleuse.
Además, los propios activistas informaron en un comunicado de que unos trescientos manifestantes ocuparon el antiguo aeródromo de Neuhardenberg que actualmente se utiliza como almacén de los automóviles de Tesla.
Según los manifestantes, los coches que allí se guardan son Teslas sin vender, a lo que se suma que cada día llegan cientos de unidades para las que no hay demanda.
Justamente, la policía reportó que los manifestantes dañaron algunos autos allí usando pirotecnia y pintura.
La alianza "Cerrarle el grifo a Tesla" había llamado a varios días de protestas y espera congregar a más de 1.000 personas de acá al domingo.
Por su parte, el propio Elon Musk, dueño de Tesla, comentó en un video en X en donde se observaba a los manifestante escapar: "¿Por qué la policía deja escapar tan fácilmente a los manifestantes de izquierda?".
"¡Algo súper extraño está sucediendo, ya que Tesla fue la *única* compañía de automóviles atacada!", agregó.
