Turquía es uno de los principales destinos turísticos del mundo gracias a su extraordinaria historia y sus hermosos paisajes.
Sin embargo, en los últimos años, también se ha convertido en un destino de elección para los hombres estadounidenses calvos que buscan realizarse implantes de pelo.
Como consecuencia del auge de redes sociales como Instagram, a lo que se suma la creciente tendencia de reuniones por teleconferencia, las personas cada vez le prestan mayor importancia a su imagen.
Y es esto lo que explicaría que el mercado mundial de trasplantes capilares haya aumentado en los tiempos actuales.
Según la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración Capilar, el mercado mundial de procedimientos de restauración capilar pasó de US$ 1.900 millones en 2012 a US$ 4.500 millones en 2021.
Pese a esta creciente demanda, los costos del procedimiento siguen siendo altos: mientras que un trasplante capilar promedio cuesta US$ 7.500, los precios pueden llegar hasta los US$ 15.000.
Y es aquí donde aparece Turquía, ya que, gracias a precios más accesibles, el país transcontinental se ha convertido en un destino popular para los estadounidenses que buscan abordar el problema.
Diversas fuentes han confirmado que, en 2023, más de 1,5 millones de turistas "médicos" fueron a Turquía y gastaron unos US$ 3.000 millones.
En este sentido, son los trasplantes capilares el procedimiento más popular entre los turistas estadounidenses que visitan Turquía, ya que los médicos del país comenzaron a realizar este tipo de tareas en la década de 1980.
Así, su experiencia, el uso de los métodos más modernos y la hospitalidad turca hacen del país un destino atractivo para el procedimiento.
Se estima que los turistas de EE.UU. pagan entre US$ 3.500 y US$ 8.000 por los tratamientos, aunque, como muchos no van a centros acreditados, es difícil saber la cantidad de estadounidenses que viajan para ello.
