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El BNA va a la Justicia para evitar la venta de un frigorífico de los Vicentin

07 septiembre de 2020

La agroexportadora Vicentin sufrió un proceso de vaciamiento corporativo, financiero y comercial que la llevó al default declarado en diciembre por más de US$ 1.300 millones y en medio de su concurso de acreedores vendió una parte de sus empresas, advirtió un informe del Banco Nación.

El trabajo de los especialistas Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti a pedido de la entidad, enfatizó que el "vaciamiento" de Vicentin incluyó la creación de empresas en el exterior y cambios en su estructura corporativa, que determinaron un "desdoblamiento e internacionalización de su estructura empresarial".

A partir de eso se crearon empresas holding en Uruguay como Vicentin Family Group (VFG), que adquirieron participaciones en firmas del grupo. Esto ocurrió, especialmente, entre 2014 y 2017, algo que les permitió a los accionistas "vender las participaciones de algunas de las principales empresas del grupo -como Renova o Friar - luego de que Vicentin SAIC entrara en concurso de acreedores".

"Lo ocurrido con Friar es un ejemplo de esta trayectoria: Vicentin compró la firma en 2004, y años después vendió el 99% a los holdings uruguayos Nacadie y VFG Inversiones y Actividades Especiales, conservando apenas el 0,4%. Esto le permitió a sus propietarios transferir casi la totalidad de la firma en agosto de 2020 a pesar de las restricciones impuestas por la causa judicial", puntualizó. VFG son siglas: Vicentin Family Group.

Otro punto que profundizó el vaciamiento fue la compra-venta de empresas y operaciones intragrupo, operaciones que "se caracterizaron por la opacidad de la información consignada en los balances", al mismo tiempo que el grupo tampoco "informó en sus balances transferencias de acciones muy relevantes a nivel patrimonial", como es el caso Terminal Puerto de Rosario (TPR), de la cual compró 30% en 2012 y vendió 20% en 2017.

También compró y vendió participaciones de empresas con pocos días de diferencia, como es el caso de Playa Puerto, además de que, a pesar de que Vicentin SAIC haya quedado con participaciones minoritarias en diversas empresas, oficiaba como garante en sus préstamos.

El vaciamiento financiero se dio en el marco de una "performance (económica) sobresaliente en los últimos años", pero en simultáneo con "un creciente endeudamiento de las distintas empresas del grupo concentrado en pocos acreedores" y, que en el caso de Vicentin SAIC, "se llevó adelante de forma desfasada a la generación de fondos propios".

Otro punto que destaca es la realización de préstamos financieros intrafirma que tuvieron como protagonistas a las cáscaras en Uruguay, las cuales "movilizaron fondos al extranjero que permitirían pensar a estos como una forma de salidas de capitales".

Entre finales de 2019 y principios de 2020 "el vaciamiento se aceleró" y el patrimonio neto de Vicentin SAIC cayó "drásticamente".

De esta manera, "las diversas cuentas bancarias de Vicentin SAIC comenzaron a poseer saldos negativos debido a que los retiros superaron a los depósitos".

Por último, Vicentin se vio imposibilitada de vender al exterior su producción, pero diversas empresas relacionadas adquirieron producción de ella, que luego fueron exportadas a través de la Sucursal. "Es decir, estamos hablando de un 'pasamanos' ya que en última instancia los bienes fueron adquiridos por la misma empresa que los vendió”, señala el trabajo.

Bloqueo de venta

En otro comunicado, el BNA señalo que reclamará ante el juez federal Julián Ercolini y el fiscal federal interviniente, que se investigue la venta del mencionado frigorífico Friar (50% es de los Vicentin y otra mitad de capitales uruguayos), ubicado en Santa Fe y uno de los mayores faenadores del país, a Buenos Aires Financial Capital (BAF Capital) “ante la posibilidad de que se genere un vaciamiento del patrimonio de la empresa santafesina”.

“El reclamo del BNA surge ante las versiones periodísticas que señalan que Vicentin vendió el 50% del frigorífico Friar al fondo BAF Capital y, al mismo tiempo, habría transferido a Uruguay los fondos que se generaron en esa operación, en vez de utilizar esos recursos para achicar la deuda de más de U$S 300 millones que mantiene con el Banco Nación”, señalaron en la entidad.

Para el presidente del BNA, Eduardo Hecker, “la cerealera concursada continúa con el desprendimiento de sus activos, en una clara maniobra para evitar la cancelación de los créditos, lo que constituye un importante perjuicio para el patrimonio del Banco”.

Asimismo, denunciará esta situación ante el juez Fabián Lorenzini, titular del Juzgado que tramita el concurso en la ciudad de Reconquista, quien tiene que resolver el incidente iniciado por la Inspección General de Justicia de Santa Fe, que en su momento solicitó la intervención del Grupo por supuestas maniobras de vaciamiento. Hoy está prevista una audiencia en Reconquista para analizar el pedido efectuado por el Gobierno de Santa Fe, ocasión en la cual las autoridades pedirán que se evalúen las acciones llevadas a cabo por el actual Directorio de Vicentin.

“A esa situación se suma el informe presentado en el Concurso Preventivo por KPMG, la auditora internacional, quien se negó a continuar como auditora externa del grupo. En el escrito que presentó ante la Justicia Civil y Comercial de la ciudad de Reconquista, KPMG informó que 'suspendió la auditoría' del ejercicio de Vicentin que cerró el 31 de octubre de 2019 al señalar que 'la cesación de pagos del cliente tiene un impacto generalizado en la capacidad de la organización para continuar como empresa en marcha'”, agregaron en el BNA.

Por último, Hecker exigió una vez más la presentación del balance de 2019 que es “imprescindible” para determinar la situación patrimonial del Grupo Vicentin y la adopción de medidas judiciales que impidan que la empresa se desprenda de activos.

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