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Crece el riesgo cambiario

Más recesión y más inflación

14 septiembre de 2014

(Columna de Carlos A. Pérez, economista y ex director del BCRA)

En el último lustro se descartó la elaboración de programas monetarios, se aplicaron continuamente dólares del BCRA para producir “mágicos” desendeudamientos, se practicó el atraso del tipo de cambio, se instrumentó el cepo al dólar y se cambió la Carta Orgánica, para así profundizar el uso y abuso de la emisión monetaria y de la merma de las reservas internacionales. El estado de situación actual es peligroso, ya que los pesos sobran y los dólares faltan, con un mercado cambiario en crisis.

En diciembre de 2009 los pasivos monetarios no llegaban a 200.000 millones de pesos, en tanto que las reservas líquidas estaban próximas a los 50.000 millones de dólares. El tipo de cambio oficial y el de paridad (cociente entre pasivos monetarios y reservas internacionales) eran casi iguales, en torno a los $4 por dólar. Hoy, mientras el dólar oficial es cercano a los 8,50$, el tipo de cambio de paridad supera los $22, loco bien loco.

Y esto se explica a partir de la grosera emisión monetaria y de los casi 20.000 millones de dólares perdidos en las reservas líquidas, a partir del cepo cambiario y en menos de tres años. La expansión monetaria está fuera de control, debido a que la dominancia fiscal sobre la política monetaria está operando a full. En el año 2012 fueron casi 50.000 millones de pesos la asistencia desde el BCRA hacia el Tesoro Nacional. El año pasado prácticamente se duplicó ese tipo de expansión monetaria, que es por lejos la de peor calidad. En lo que va de este año, la emisión de dinero por sector público alcanza los 65.000 millones de pesos y se proyectan otros 100.000 millones de pesos durante los últimos cuatro meses de 2014. Es toda emisión espuria de dinero y representa el 40% de la base monetaria de un año atrás.

El riesgo cambiario es alto en la actualidad y será creciente a futuro, puesto que los pesos no paran de crecer, en tanto que los dólares reúnen todas las condiciones para seguir cayendo. Es mucho más potente el default que el swap de monedas en la proyección de nuestras reservas internacionales, las que serán cada vez menores. Luego; la inevitable devaluación de los tipos de cambios alternativos (el blue, la Bolsa, el contado con liqui) acelerará simultáneamente la inflación y la recesión económica.

La segura nominalidad creciente que mostrará la economía argentina durante los próximos meses, no garantiza la evolución homogénea de las diversas variables económicas. Es más, desde el Gobierno Nacional se intenta, con una inflación del 40% anual, mantener una tasa de interés para los depositantes no más allá del 20% anual y devaluar nuestro signo monetario, como mucho, el 10% anual. Ahora bien, ¿este tipo de política económica, es sostenible?

Ya tuvimos una primavera no muy buena, 26 años atrás, cuando se intentó algo parecido y quedaba poco tiempo de gobierno. Garantizar para ahorristas en dólares tasas positivas (sólo respecto del tipo de cambio oficial) y atractivas, con una inflación sustancialmente más elevada es pan para hoy y hambre para mañana. Primero, hoy nuestro dólar oficial debería ser un 50% más alto (en pesos) para tener el mismo tipo de cambio real que tuvo nuestra Presidenta cuando empezó su gobierno en el año 2007. Segundo, con la abundancia de pesos y la escasez de dólares existente, la brecha cambiaria crecerá exponencialmente, si desde el Gobierno se pretende clavar al dólar oficial. Luego, de mantenerse casi fijo el tipo de cambio oficial, la variable de ajuste será el tan temido “nivel” de las reservas internacionales.

Lamentablemente, lo más probable es que las autoridades nacionales decidan inicialmente la estabilidad nominal del dólar oficial y que la suerte ayude; lo que generará, más temprano que tarde, la reiteración de enero 2014. En esta ocasión, la devaluación tendrá resultados mucho más efímeros, ya que la ilusión monetaria es cada vez menor.

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