¿Qué novedades podrían traer los nuevos líderes de la CGT en relación con los que ahora se apartan?
Son dirigentes de sectores más novedosos dentro del sindicalismo, no tienen la tradición de los anteriores y, en ese sentido, me parece que puede haber un cambio de ideas. Ni Héctor Daer es el referente máximo de los gordos, ni Carlos Acuña es hipermenemista ni promacrista como es Luis Barrionuevo, ni Juan Carlos Schmid es lo combativo, lo vandorista que es Hugo Moyano. En ese sentido, creo que se abre una discusión que tiene que ver con la autonomía o no de la CGT. Ahí me parece que el lugar de Schimd es clave porque es de los dirigentes que más está bregando por la independencia política de la CGT y por concentrarse en una cuestión más autónoma y más de defensa corporativa de la clase.
Los otros dos, en cambio, están más cerca del massismo.
Acuña no tanto, ya que Barrionuevo es un tanto resbaloso con eso. Tiene lazos con (el presidente, Mauricio) Macri, aunque Graciela Caamaño (su mujer) está con Massa. Ahí Acuña, su candidato, no sería tan massista, me parece que está en un plano intermedio. Daer, por su parte, está apostando al Frente Renovador, que tiene otra lógica de construcción, y a cierta reunificaicón del peronismo, que Schmid no tiene. Eso sí, me parece que es una diferencia importante por ejemplo si uno lo compara con el triunvirato anterior de 2004-2005.
Otra diferencia es que en ese triunvirato estaba Moyano y la idea siempre fue que él presidiera la CGT. Ahora el triunvirato es por cuatro años, lo que demuestra que la hiperfragmentación sindical no está puesta ni en paréntesis, sino que ahora empezaría un proceso de construcción de algún tipo de unidad para lograr definir la estrategia de la central.
¿Es presumible que a partir de ahora se eleve el tono de las críticas al Gobierno?
Me parece que sí. Tanto Daer como Schmid tienen claramente una posición crítica. Los dos han hablado de conflicto, más o menos articulados con sectores de la oposición, con lo todo haría dar cuenta de que se va hacia un escenario más de conflicto, aunque tendrá que ver con cómo se desarrolle el conflicto social en general. Además, como dije, Acuña no es Barrionuevo, con los lazos que tiene con Macri.
Aunque, por otro lado, no sé si con todas las diferencias que hay dentro de la nueva CGT va a ser tan fácil convocar a un paro general o a un plan de lucha. Sí me parece que lo que puede haber es, a partir de esta unificación, un proceso de la CGT ?que puede ser más o menos acelerado? por intentar tener una estrategia un poco más articulada de la que tuvieron hasta ahora, que fue muy desordenada.
A partir de la no participación de Gerónimo Venegas, del MASA y del retiro de la Corriente Sindical ¿puede verse dañada la legitimidad de la unidad desde el comienzo?
Son 213 sindicatos de los cuales 124 participaron del congreso, comprobados por el Ministerio de Trabajo, que mandó tres inspectores para ver qué tipo de irregularidad había. Frente a esa intervención del Gobierno ?seguramente mediada por Venegas? el congreso sesionó y se votó, con lo cual yo no creo que haya falta de legitimidad.
El sector de Palazzo, por otra parte, participó del congreso, aunque no aceptaron los cargos que habían negociado y se retiraron antes de la votación, con lo cual cuenta como abstención, pero no es que se van a ir por fuera de la CGT. El que más ruido hizo es Venegas, que no tiene ninguna legitimidad social. Ni siquiera tiene bases representativas, porque ya sabemos las condiciones de trabajo que tienen los representados por él, con lo cual no es un sector combativo que pueda generarte una discusión. Y lo mismo respecto de Omar Viviani y Ricardo Pignanelli (del MASA): no son dirigentes que tengan mucha representatividad de sus bases. En ese sentido, me parece que el objetivo de darle cierta legitimidad a la unidad está logrado.
