“Lo peor que puede hacer el sindicalismo es dividirse", dijo Juan Carlos Schmid, uno de los tres secretarios generales de la CGT tras la marcha realizada esta semana y las réplicas que generó dentro del Gobierno. Además, el referente dijo que la mesa de diálogo tripartito que existía el año pasado “se frustró por el sector empresario”, pero dijo estar dispuesto a recomponerla.
La central obrera se encuentra atravesada por una fuerte interna entre quienes se vuelcan por una postura más dialoguista con el Gobierno y los que creen que es necesario tener la guardia alta de cara a las reformas que se proyectan en el futuro inmediato. La movilización a Plaza de Mayo fue una victoria de este segundo grupo, acatada por el resto de los sindicatos sin mayor convicción, en pos de la unidad. A causa de la medida, el presidente Mauricio Macri dispuso el desplazamiento de dos funcionarios cercanos a los gremios.
Schmid, referente de la postura más combativa, admitió que “hay mar de fondo con el Gobierno” por la realización de la marcha a Plaza de Mayo. De todos modos, defendió la medida al sostener que la central presentó “una agenda social, que no se resuelve sólo con el voto sino con la resolución de los problemas". El dirigente sindical aludió así al resultado de las PASO, en las que el oficialismo resultó la fuerza más votada a nivel nacional. “Los que están en la Casa Rosada son inquilinos, debería haber más sensibilidad, porque las victorias no son buenas consejeras", planteó.
Schmid recordó sobre ello que “el año pasado parecía que había una mesa de diálogo (con el Gobierno) que después se frustró por el sector empresario, pero si hay voluntad de diálogo le pediremos una audiencia a Mauricio Macri”.
En cuanto a sus compañeros de la central, Schmid reconoció la existencia de “diferencias”. "Para definir la movilización hubo que caminar mucho y para poder hacer un paro hay que hablar mucho”, adelantó. El plan de lucha se definirá el próximo 25 de septiembre, fecha en la que está convocado un Comité Central Confederal.
