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Preocupación oficial por el empleo, pero poca iniciativa

El Gobierno pidió que se debata el proyecto de empleo joven, una de las pocas herramientas que dispuso en materia laboral.

26 agosto de 2016

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aprovechó esta semana su presentación ante la Cámara de Diputados para pedir que el proyecto de empleo joven, enviado por el Ejecutivo a fines de abril, tome impulso y comience a ser debatido en comisiones. Esa iniciativa es una de las pocas que puede ostentar el Gobierno en materia laboral, pese a la compleja situación que delineó esta semana el Indec y a las manifestaciones de preocupación de los funcionarios. Ante la consulta de El Economista, desde el Ministerio de Trabajo negaron rotundamente que esté en marcha un plan orientado a desregular las relaciones laborales, como circuló por estos días.

El Régimen de Promoción del Primer Empleo tiene como objetivo propiciar la inserción de jóvenes en empleos formales, de modo que propone subsidiar al empleador que tome trabajadores de entre 18 y 24 años, con menos de 36 meses de aportes a la seguridad social acreditados en su historia laboral. Esto siempre y cuando la empresa contratista esté en un proceso de aumento de su plantilla, para evitar que se dé un simple recambio de empleados existentes por otros subsidiados.

La norma prevé que los empleadores que incorporen nuevos trabajadores bajo este régimen estén exentos del pago de distintos porcentajes de las contribuciones patronales y reciban incentivos económicos durante los primeros 36 meses de vida laboral formal del empleado, que irán disminuyendo progresivamente.

El miércoles, Peña aseguró que están abiertos a la modificación del proyecto, pero pidió que “no se postergue el debate”. El caso es que la iniciativa es blanco de objeciones entre algunos legisladores de la oposición, que advierten un intento de flexibilización encubierto, y denuncian que todas las propuestas laborales del Gobierno van en el sentido de reducir los costos.

A partir del escenario laboral delineado esta semana por el Indec ?9,3% de desempleo, 41,7% de empleo, sólo 46% de actividad? varios funcionarios expresaron su consternación. El propio presidente Mauricio Macri, sostuvo que es “preocupante” que Argentina tenga una tasa de empleo que “apenas supera el 40%”, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, insistió ayer con que “el tema más problemático” que tiene la economía argentina es “la falta de demanda de empleo”.

Lo cierto es que, además del proyecto de empleo joven, el Gobierno no ha anunciado oficialmente ninguna otra iniciativa de magnitud en este sentido. Por estos días circuló el rumor de que el Gobierno está trabajando en un plan de desregulación para facilitar la desvinculación de trabajadores, y tratando de alcanzar algunos acuerdos con distintas fuerzas antes de sacarlo a la luz. Consultados por El Economista, desde el Ministerio de Trabajo negaron esa posibilidad. Sostuvieron que sí es una demanda que reciben por parte de los empresarios, pero que no ha sido retomada por el Gobierno, a menos que esté siendo delineada, suma discreción en los más altos eslabones de la Jefatura de Gabinete. “Hay proyectos de promoción de blanqueo (el de primer empleo, que permite registrar trabajadores informales) y varias iniciativas ?sostuvieron?, pero no un plan de ese tipo”.

La percepción es que el foco del oficialismo está puesto en reactivar la economía y que sea ésta la que empuje el empleo cuando se ponga en marcha. De todos modos, según cálculos de especialistas como Juan Luis Bour, economista jefe de Fiel, por la tasa de elasticidad empleo-producto, que ronda el 0,30%, es dable esperar que si la economía crece 3% o 4% durante el año próximo, el empleo se expanda alrededor de 1%, lo que mantendría todavía lejos la meta oficial de crear 200.000 puestos de trabajo por año.

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