El peronismo bonaerense, que atrevesó el año en una persistente fragmentación, parece dispuesto a encarar un proceso de reagrupamiento de nuevo tipo, con algunas pretensiones concretas. Por caso, disputar la vicepresidencia en Diputados, que había quedado en manos del Frente Renovador. Y con algunas consecuencias políticas concretas. Por caso, la postergación del tratamiento del Presupuesto, que la gobernadora María Eugenia Vidal pretendía obtener esta semana, en las sesiones conjuntas que se habían convocado en ambas cámaras.
Ayer, el ministro de Gobierno de Vidal, Joaquín de La Torre, en el piso 19 de la sede del Banco Provincia en la Ciudad de Buenos Aires, se reunió con dirigentes peronistas de distintas facciones para avanzar sobre el tema. Sin definiciones concretas. Allí estuvieron Gabriel Katopodis, intendente de San Martín; Fernando Espinoza, presidente del PJ Bonaerense; Fernando “Chino” Navarro, líder del Movimiento Evita y Francisco “Paco” Durañona, intendente de San Antonio de Areco.
“Estamos dialogando, las puertas están abiertas”, dijeron a Télam tras la reunión fuentes del oficialismo, antes de confirmar que, tras esta jugada del PJ, se vieron obligados a suspender la sesión de mañana en la que iban a tratar el proyecto de Presupuesto 2017. Cambiemos sabe que necesita de los votos de gran parte de los legisladores peronistas para aprobar el Presupuesto 2017, ya que, sumando los 20 legisladores de Massa a los propios, no llega a los dos tercios que se requieren para aprobarlo.
El fragmentado universo de legisladores peronistas cuenta hoy con 17 bancas en el Senado y 36 en Diputados. De darse esa confluencia, un número superior al que pueden mostrar Cambiemos, y el Frente Renovador. El peronismo pretende hacer valer ese número en la nueva ronda de negociaciones en la Legislatura, luego de que el Frente Renovador ganase espacios luego de acordar a fines del año pasado cargos importantes con la gobernadora Vidal. El enfriamiento de la relación de Cambiemos con Massa, sostienen, podría posibilitarlo.
